Árboles y Ongar

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Al día siguiente desperté confundido y agotado, mi cuerpo estaba en contra de levantarse, con demasiadas dudas en mi cabeza se me fue imposible descansar, además que era fin de semana, no pasaría clases y tampoco tenía deberes pendientes, todo apuntaba a que podría quedarme unas horas más en cama. Cuando estaba dispuesto a volver a dormir por unas horas más, mi estómago no se encontraba dispuesto a esperar el desayuno, un fuerte gruñido provino de este que hizo que mi cuerpo se levantara, a regañadientes salí de mi habitación con dirección a la cocina, me sorprendí al ver sola a mi hermana, siempre suele estar con mamá, pero no le di importancia.

Mientras preparaba mi desayuno, mi hermana comenzó a molestarme, según ella últimamente parecía más perdido que antes y se encontraba preocupada, yo me limite a decirle que era por los deberes pendientes que tenía, ella solo asintió y se fue con rumbo a su habitación con un plato de cereal con leche, no la culpaba...Las últimas semanas me encontraba más al pendiente de lo que sucedía del otro lado que mi vida acá, incluso los deberes de la escuela y la casa quedaron en un segundo plano, debía equilibrar mis pensamientos y preocupaciones para no levantar sospechas. Cuando terminé de desayunar mi padre fue por las compras al mercado del pueblo, antes de salir me dijo que no olvidara que hoy estaba a cargo de la limpieza de la casa, olvidé que aquel fin de semana me tocaba a mí, eso explicaba la tranquilidad de mi hermana de desayunar en su cuarto. Pasé por mi habitación, me di una ducha rápida y comencé a ordenar, por suerte la casa donde vivíamos era pequeña y no tomaba mucho tiempo limpiarla, lo complicado era limpiar el patio, siempre encontrabas hojas caídas y mucha tierra.

Cuando terminé de limpiar ya era medio día, no pude evitar perderme en mis pensamientos y las preguntas que tenía para Faren, ya tendría tiempo por la tarde para resolver todas las dudas, después de cambiarme fui a almorzar, tenía mucha hambre después de todo, en el almuerzo todo parecía estar tranquilo, excepto por una que otra mirada que lanzaba mi hermana, después de todo ella no creería que estoy así por los deberes... tampoco podría contarle la verdad, estoy seguro que no creería en nada y eso solo serviría para que ella les cuente a mis padres que definitivamente si estoy loco o solo una excusa más para molestarme.

~🐾~

Me encontraba observando el lago desde la rama más alta del árbol que me encantaba, por las tardes todo se encontraba en calma desde aquél lugar, ninguna persona alrededor, solo hojas, una brisa fría que desordenaba tu cabello y las hipnóticas olas del lago que chocaban contra las piedras de la orilla, era curioso pensar como Drau dio conmigo, pero esa quizá sea otra historia; después de descansar un largo rato en la rama del árbol estaba decidido a obtener respuestas, cerré mis ojos y viajé a Ociranay.

Al llegar era de día, aun me encontraba en la habitación echado en la cama, no lograba percibir ningún sonido alrededor, quizá era muy temprano y todos dormían, salí de la cama y encontré un cambio de ropa sobre la cómoda que se encontraba en la esquina, era una vestimenta sencilla, el material de la tela era extraño al tacto pero muy cómodo y suave, luego de cambiarme quise salir de la habitación, pero esta se encontraba cerrada, mi corazón comenzó a latir más rápido pensando en que me habían encerrado una vez más, pero después de forcejear la puerta, recordé que antes de irme yo la cerré, di un golpe a la cama y busqué llave. Al salir y dar una vuelta por el lugar no encontré a nadie, pensé que quizá estarían esperándome para guiarme por su ciudad, pero la realidad fue otra, frustrado quise recorrer el lugar solo, Cuando cruce la puerta principal el panorama me sorprendió mucho, era como un lugar de fantasía medieval, bueno al fin y al cabo estaba en otro mundo, las personas a caminaban despreocupadas, usaban un atuendo muy sencillo; las mujeres con un vestido largo que llegaba casi hasta el suelo y los varones con un pantalón que parecía de tela y una camisa holgada con algún tipo de sandalias, la vestimenta que traía era similar a aquellas, solo que en mi caso no contaba con las sandalias, una sonrisa se dibujó en mi cara me recordaba mucho de donde yo venía, las sencillez del lugar y la amabilidad de las personas que se reflejaba en su rostro, las sonrisas de las mujeres que caminaban a algún lugar, seguí observando el lugar con detenimiento, las casas eran un poco extrañas, el material estaba claro que era madera, pero no de madera tallada o cortada, parecía que habían brotado de la tierra como si de un árbol se tratara, me voltee para ver la casa de donde yo había salido y esta era igual...las ventanas no tenían vidrios solo una cortina muy delgada, pero no lograba ver el interior, la curiosidad me gano, por la noche cuando llegué no logré percibir los detalles que ahora estaban frente a mi así que volví a entrar en lo que sería mi casa para explorar más, las preguntas a Faren podían esperar.

SkilningurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora