En el portal

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Pasó varios días desde el incidente en el lago, mi mente no paraba de recordarme que aún no volvía a aparecer el hombre misterioso,  ni sabía nada de el, cada día que pasaba, daba mas crédito a lo sucedido ese día como un sueño que podría haber tenido al quedarme dormido sobre aquella roca donde me senté a descansar, pero algo no tenia sentido en esa versión, no recordaba haberme sentado en ningún momento sobre esa piedra y no era algo que acostumbraba a hacer, cuando me cansaba normalmente volvía donde mi familia a descansar, así que era poco probable que me haya quedado dormido sobre esa piedra ¿O no?; pero al mismo tiempo no tenia idea de como comprobar que eso era real, divagaba todo el tiempo libre en esas teorías y las posibilidades de que lo que pasó fuese real fue desapareciendo.

Después de varias semanas, el incidente se alejaba de mi mente, estaba cansado de pensar en las posibilidades de que fuese real, así que simplemente dejé la idea en el fondo de mis pensamientos como un susurro que al final, ya no se lograba oír.

Era un día después de la escuela, me encontraba en casa, todos estaban en sus respectivos cuartos haciendo lo de siempre, me aburría, y un momento después de comer un bocadillo me dirigía al terreno donde siempre pasaba el tiempo, pero, cuando me encontraba a medio camino una silueta apareció frente a mi, tarde unos segundos al darme cuenta de que era una silueta muy conocida, mientras me iba acercando lo reconocía poco a poco, mis sospechas se confirmaron cuando estuve a solo unos metros de él, era el mismo sujeto que me había llevado a aquel extraño y siniestro bosque, pero en cuanto me dispuse a realizar todas las preguntas que se formulaban en mi mente, el habló:

– Se que tienes varias preguntas para mi, pero, tienes que encontrarme primero. Ve a donde todos van pero nadie llega, encuentra la puerta siempre abierta, pero, cerrada para muchos, ve mas allá de donde te atreves de llegar, ve y ahí me encontraras y responderé a todas tus preguntas

– ¿Cómo lo haré? – Fue la única pregunta que se me ocurrió.

– Ya te mostré el camino por donde empezar, ahora tú, tendrás que descifrarlo, solo.  – dicho eso, el sujeto desapareció, dejándome otra gran duda en mi mente, mucho mas grande de  lo que había pasado aquel sábado en el lago.

Tenia curiosidad, las palabras de esa aparición me confundieron, algo que me caracterizaba, era que mi curiosidad siempre le ganaba a la razón, y aquélla ilusión que había vivido ese momento, me daba a entender que lo del lago era real, que si pasó en realidad, que mi mente realmente no mentía ni me engañaba con un sueño, y solo eso, fue lo suficiente para convencerme de descifrar lo que me dijo, así que hice lo único que pasaba por mi mente en ese momento; corrí hacia mi árbol favorito lo más rápido que pude y cuando me encontré en la copa, repetí en mi mente lo que me dijo la primera vez en el lago, me senté, cruce los pies y cerré mis ojos tratando de vaciar mi mente y conectarme con lo que me rodeaba; esta vez  parecía más complicado que aquella vez, el hecho de vaciar mi mente era casi imposible, pasaba el tiempo y no lo lograba, quizá realmente fue solo una ilusión… repitió frustrada la voz interna de mi cabeza, estaba a punto de dejarlo de lado y olvidarme de todo, pero no, todo me decía que fue real, mi mente no sería capaz de crear algo así y esa curiosidad de saber quien era ese sujeto y porqué me dijo que lo buscará, hizo que quisiera persistir más, no quería quedarme con más dudas, no me gustaba que mi mente se perdiera pensando en preguntas sin respuestas. Volví a concentrarme, cada vez sentía más mi respiración, la sensación de todo lo que pasaba a mí alrededor y después de lo que parecieron 2 horas al fin lo logre, sentí como todo a mi alrededor me hablaba sin decir una palabra y entonces lo comprobé una vez más, aquello del lago fue real y estaba dispuesto a encontrar a ese hombre pase lo que pase, estaba muy feliz por todo lo que pasaba, pero en el segundo que miré a mi alrededor caí de aquella nube de felicidad y me di cuenta de lo complicado que sería eso, no sabía que buscar exactamente, estaba perdido, física y mentalmente, y para empeorarlo me di cuenta de dos cosas que me impedían encontrarlo: la primera, no tenía ni la más remota idea de dónde estaba y la segunda, al parecer no podía moverme de ese sitio, solo tenía una cosa más que pasó por mi mente después de descubrir esas dos cosas, ¡rayos!
Definitivamente si quería continuar, tenía que encontrar forma de moverme.

SkilningurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora