Skilningur

Entrenamiento

Pasé todo lo que sobraba de la tarde con mis hermanas, me habían visto un poco distraído y comenzaban a sospechar que algo pasaba así que decidí pasar ese tiempo con ellas, molestarlas un rato, ver alguna película, jugar algo, cosas simples como aquellas las hacía feliz. Ya llegada la noche al terminar mi cena, preparé todo para ir a Ociranay, fui el último en ir a mi cuarto para que no se viera raro que otra vez fuera temprano a mi cama, estaba ansioso por irme al otro mundo pero tenía que asegurarme de que en este lado no sospecharan de nada, y así lo hice, apague las luces de los patios, asegure las puertas y me fui a mi cuarto, me metí a la cama y fui a Ociranay.

Apenas llegue me incorpore rápidamente, no sabía si vería a Trisse de nuevo así que decidí irme por mi cuenta, salí de mi casa y note que ya portaba aquella ropa local, no me detuve mucho a pensar en aquel detalle, quería ir a hablar con Faren sobre lo de ser sabio, tenía que hacerlo tenía la corazonada de que era la única forma de salir de ese lugar, pase por muchas calles pero no reconocía el edificio del consejo, es mas no recordaba haberlo visto en mi recorrido anterior, me detuve a pensar un momento, como encontraría el lugar si ni siquiera sabía cómo era, entonces hice lo más lógico posible que paso por mi mente, pedí instrucciones a alguien, pregunte a la gente que iba pasando por el edificio de los sabios, algunos de ellos me miraban raro y no me hacían caso, hubo uno que me explico cómo llegar aunque no le entendí bien seguí por donde me indicó, al parecer no había visto todo, ese lugar tenía muchas calles por donde ingresar y mi casa quedaba a un extremo de todo el poblado y la de los sabios se encontraban en el centro de todo ese lugar. Después de mucho caminar y varias vueltas erróneas logré llegar al dichoso edificio, al ingresar pregunte por Faren pero aún así no me dejaron ingresar de inmediato, estuve un largo tiempo discutiendo con ellos, asegurando que lo conocía y podría estar esperándome, pero no me dejaron pasar, después de eso alguien apareció por la puerta, el solo preguntó mi nombre, en cuanto los demás escucharon mi nombre cambiaron su actitud, los guardias del lugar se miraron entre si y luego me dejaron pasar.

- Disculpe señor Reizgen, no sabíamos que era usted, el Señor Faren nos pidió que pase a velo en cuanto llegara-. Cuando termino de decir eso me escolto hasta la sala donde él se encontraba, en el camino me puse a pensar el cambio que hubo apenas mencione mi nombre, al parecer en ese lugar yo era alguien importante, tal vez sería así en todos los mundos por eso tanta importancia en que mi nombre sea revelado la primera vez que llegue, estaba decidido iba a usar mi nombre a donde fuera. No me di cuenta cuando llegamos me perdía muy seguido en mis pensamientos, ya frente la puerta esta se abrió por si sola y pude ingresar, no me dio tiempo de hacer nada después ya que comenzó a hablar.

- Te estábamos esperando, tardaste mucho en venir Reizgen.

- Me entretuve más de lo pensado con el recorrido, es un lugar muy curioso el de aquí.

- Ciertamente lo es, ¿has aclarado todas tus dudas?

- Casi todas, solo me queda una, ¿puedo entrenar para ser un sabio?

- Claro que sí, cualquiera puede hacerlo siempre y cuando se crea capaz de conseguirlo.

- ¿Cuándo podría empezar el entrenamiento?

- Ahora mismo si es lo que quieres realmente, ¿estás seguro de la decisión que estas por tomar en este momento Reizgen?

- Si es lo que quiero hacer – estaba seguro de que quería seguir ese camino, necesitaba aprender más sobre aquel lugar y los misterios de los bosques.

Apenas termine de mencionar esas palabras la puerta tras mío se abrió y entro Trisse al lugar, era increíble la coordinación que existía, casi hasta parecía preparado y ensayado, entonces Faren volvió a hablar: