Pintó la pared blanca de colores extravagantes para mi gusto, sin pincel ni brocha — Solo manos y pies — repetía cada vez que tocaba la pared de un blanco perfecto, manchándola con sus delgados dedos pálidos cubiertos de pinturas de colores variados. No tenía un orden ni un patrón, su único objetivo era vestir la pared con un mar de colores, como un lienzo en blanco que le pedía a gritos que lo cubriera con mantas de arcoíris.
Nunca la entendí, y menos ahora que a terminado de vestir cada rincón de mi habitación.
— Terminé! — exclamó con entusiasmo.
— Y ahora ¿Quién limpiará todo esto? — pregunté.
— Es tu cuarto, solo vine ayudarte a decorar — dijo para luego salir cerrando la puerta atrás de ella, dejándome un recuerdo de ella en mi pared y corazón.
ESTÁS LEYENDO
Cuando el Aburrimiento Trae Letra
AcakUna reunión con todas mis historias sueltas en mi cabeza... ¿Te unes?