Las 23:43...

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  Mis manos sudaban, mi corazón estaba al punto de salirse de mi caja torácica; mi vista se poza en la puerta, madera vieja pero resistente, de marco de caoba y puerta blanca, con signos de cambios y arreglos; un eco sonó por el pasillo, utilizándolo como un altavoz, haciéndose sonar por todo el piso bajo; — "Están tocando la puerta" —, miré el reloj, marcaba las 23:43, la luz de la lámpara exterior se sobresalía por debajo de la puerta, dejando ver una sombra — "¿Será un viajero buscando refugio?" — me hice paso por el oscuro pasillo hasta la puerta, posé mi mano sobre la manilla de metal, me armé de valor, tomé una bocanada de aire y abrí la puerta; el chillido molesto de esta sonó, la luz invadió todo el lugar, dándole su distinguido tono anaranjado; y una mano se posa en la esquina de la puerta...   

Cuando el Aburrimiento Trae LetraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora