Con un leve temblor de cuerpo me aleje de Sebastián mientras él me miraba con una mueca de lastima. Parpadee un par de veces y puse una expresión más dura, queriendo fingir que la noticia no me lastimaba como una maldita bala al pecho.
-¿Por qué se va?-tartamudee y él se encogió de hombros. Metió sus manos en los bolsillos para apoyar todo su peso en su pierna izquierda-
-¿Por qué no le preguntas tu misma?-alzo una ceja oscura y sus ojos brillaron con un color chocolate, llenos de lastima y compasión, a pesar de que escondía ese sentimiento sin éxito-
-No tienes porque sentir lástima por mí, Sebastián. Tú lo dijiste bien, él ya no me importa, ya no tengo nada con él y se vaya o se quede no cambia nada-me cruce de brazos con actitud orgullosa y Sebastián no bajo su ceja, haciendo que su frente se arrugara-
-Ve a despedirte antes que se vaya mejor y deja de decir idioteces, me enoja que siempre quieres verte como una chica fuerte y orgullosa mientras todos sabemos que no eres más que una nenita confundida, Mónica-ataco frunciendo el ceño. Mi rostro cambiaba constantemente de expresión, no sabía que sentir ni hacer. Noto que su comentario fue muy fuerte para mí y que tal vez no era el momento adecuado para decirme lo obvio- Anda, no lo digo por lastimarte, Momo, lo digo porque debes dejar de actuar frente a mí-se señalo a sí mismo y luego puso sus manos en mis hombros- sé cómo eres y, la mayor parte del tiempo, cómo te sientes ¿okay? Sé que esto te duele como la mierda y no tienes nada que decirme para cambiar mi parecer.
-No quiero aparentar nada ni ser otra que no soy-aparte de un manotazo sus manos y me gire en dirección a la puerta por donde los profesores entraban y salían a toda hora- Dile a los demás que me esperen 10 a 20 minutos, procurare no tardar más de eso-bufe y antes de alejarme escuche el suspiro de Sebas. Odiaba que me dijeran lo que ya sabía, odiaba recibir la verdad que trataba de ocultar pero más odiaba que no hubiera forma de cambiarlo-Sin voltear me dirigí a la puerta y entre con paso seguro a la sala de profesores. Me encontré con más de una alumna rodeando a un hombre más alto que ellas, con cabello oscuro y lindos ojos oscuros con toques de verde. Sus ojos siempre serían mi gran adicción, no había explicación para sus cambios de color y mirada tan cambiante y extraña. Sus ojos me atraparon mientras abrazaba a una chica de onceavo grado que lo presionaba contra su cuerpo como si fuera su propio padre el que se iba.
-Hola-susurro cuando las demás alumnas se habían largado. Me cruce de brazos mientras él parecía nervioso, como si debía darme explicaciones como a su madre-
-¿Te vas?-parpadee tratando de no expresar ni una emoción con mi rostro pero termine apretando mis labios con la idea de esconder mi labio tembloroso-
-Sí-froto sus manos antes de seguir y dio una rápida mirada a su alrededor- Es muy cobarde de mi parte irme de este modo, lo sé, pero debo hacerlo. Ya mi vida aquí no tiene sentido, no necesito seguir en este infierno si no es necesario.
-No quiero que te vayas por lo que sucedió-no moví mi cuerpo en absoluto, solo me mantuve firme ante él. De alguna manera buscaba las palabras exactas para hacerlo recapacitar y tal vez hacerlo quedarse-
-Mi vida aquí se está yendo en un hoyo negro, Mónica. Necesito volver a mí país, volver a lo conocido pero al mismo tiempo alejarme de lo conocido, de las personas que he conocido estos 4 años y alejarme de mis costumbres... Lo necesito-dio un paso vacilante hacía mí y yo aparte la mirada con debilidad- Mis razones no se limitan a ti o a Vanessa, hay más que no puedo explicarte.
-Me encantaría entenderte-lo mire nuevamente pero mis ojos se paseaban de un lado a otro en busca de no conectar nuestras miradas- pero sigo pensando que lo haces por mí. Es egocéntrico, lo sé pero ese pensamiento me hace sentir culpable y no quiero que abandones tu actual vida por mí, por lo mierda que soy y por lo que ha sucedido.
-No te entiendo ni tú me entiendes a mí. No entiendes el porque de mis acciones y yo no entiendo tu... tu-movió levemente su mano derecha en busca de la palabra y finalmente se encogió de hombros- no te entiendo simplemente. Se porque hago las cosas y definitivamente tengo una lista de "porque me voy de aquí". No quiero que te sientes culpable por mi partida, solo quisiera que quedáramos bien ¿si? ya sabes, dejar atrás lo que sucedió y quedar como amigos, o si quiera conocidos... ¿Cómo hago para que no me odies?
-Tienes razón, simplemente no nos entendemos-suspire bajando la mirada y jugué con mis dedos, escuchando los pensamientos desordenados que venían a mi mente- No te odio, creo que eso es imposible-levante la mirada. Tal vez era hora de decir la verdad, con sutileza y a medias, pero la verdad-creo que puedes hacer lo que quieras conmigo y yo voy a seguir sintiendo algo por ti, Zayn-suspire al saber que estaba perdiendo cada gota de orgullo que había recuperado- Tú mismo me dijiste que dónde estaba mi orgullo y la respuesta es que no existe, no tengo orgullo ni apreció por mi misma ¿okay? Creo que así de idiotas somos cuando estamos enamorados. Te he sido sincera muchas veces diciéndote como me sentía y creo que ha sido imposible para mí cambiarlo-hablaba suave para evitar oídos curiosos-
-Mónica-susurro con dolor, apartando la mirada con deseos de silenciarme, de hacerme callar de una vez. Note en sus ojos algo que no había visto antes y era duda- Tengo miedo-soltó con valor, volviendo a verme pero su mirada no se sostenía, ninguno de los dos tenía la fuerza para ver al otro a los ojos- Tengo miedo de mí, de mi vida, de mis decisiones y sobre todo de lo que estas pueden llevar a mi vida.
-Creo que ya sabía eso-me cruce de brazos buscando como acomodar mi cuerpo en esa incómoda situación- Solo decídete y piensa de una vez que es lo que quieres, Zayn-di un paso hacia él y el espacio entre nosotros se volvió casi nulo- Deja de tener miedo.
-¿Puedo abrazarte?-rogo con ojos brillantes, llenos de vida. Su mirada era realmente muy expresiva pero necesitabas conocerlo o verlo muy bien para notarlo, era como si tuviera una máscara que tenías que quitar tú mismo al acercarte a él. Solo asentí y sus brazos me rodearon de una manera tan única. Su calor me daba paz y seguridad, me daba ese increíble deseo de nunca dejar que sus brazos me soltaran-
-te voy a extrañar-confesé al notar que no daría vuelta atrás a sus decisiones y él dejo un beso en mi cabeza. Las lagrimas de dolor casi salían por mis ojos pero contuve con fuerza cada lágrima que deseaba salir y me aparte de él. Ya no podía seguir enojada con él, no cuando se iría... Y me daba cuenta de que cada mentira que me hice a mi misma de que lo había superado o que ya no quería nada con él se desmoronaba al pensar que no lo volvería a ver en mi vida. Como dije, era hora de decir la verdad-
-Adiós, Mónica-susurro y se separo de mi con los ojos tristes y opacos, dejando atrás la vida que tenían minutos antes- En verdad siento todo lo que te hice y quisiera haber hecho más por... Esto-se encogió de hombros y yo solo negué, sin poder hablar por el nudo en mi garganta- Espero estar tomando buenas decisiones.
-Adiós-susurre con la poca voz que logro salir de mí boca y me di media vuelta para salir y largarme de ahí-

ESTÁS LEYENDO
Sr. Malik
FanfictionAl inicio de su último año, Mónica Ferro conoce a su nuevo profesor de historia quien, como a todas las chicas, le atrae físicamente. De golpe, Mónica se encuentra obsesionada con él, con su sonrisa, sus gestos, sus ojos... Hay algo más que solo...