XXXV Lo siento, papá

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-Tío, buenas noches-balbuceo Marcus, levantando la cabeza. Apreté mis labios, sin ánimos de dar un paso más- Yo… Am-soltó una risita- olvide lo que diría. Es raro sentirse así-volvió a reír. Esa misma risa idiota que soltaba con Zayn-
-Yo… Papá, puedo-mire a Marcus, buscando excusas- esto no es tan malo, digo, puedo explicártelo. Sé que no debería haber pasado esto, pero-Papá me interrumpió de inmediato, notablemente harto de mi búsqueda por una explicación-
-Entra. Mande a tu mamá a dormir y espero que de algún modo no sepa que has tomado-gruño, hablándole a Marcus- ¡Entren!-exigió al ver que no nos movimos y asentí temerosa, jalando a mi primo. Me sentía horrible, culpable y responsable por la situación. Debía cuidar a Marcus como a mi hermanito, aunque fuera él mayor. Lo llevaba directo a mi cuarto para acostarlo, desvestirlo y hacer todo lo que debía para luego hablar con papá- ¿Dónde vas? Oh no, vengan los dos aquí-me voltee confundida y él señalo el sofá- Ya.
-Marcus está muy borracho, papá, necesi…-me volvió a interrumpir-
-No me importa. Ni sé por dónde empezar-paso una mano por su rostro mientras me sentaba junto a Marcus en el sofá, con él jugando con mi cabello como si nunca hubiera visto rizos o lo que fuera que es mi cabello.-¿Por qué Marcus esta borracho?-soltó y suspire, solo esperaba que nunca llegara la pregunta de quién nos trajo o algo por el estilo… No sabría qué decir, tenía pánico-
-Yo fui a una discoteca y Móni…-lo interrumpí, evitando que su ebriedad lo hiciera soltar la verdad-
- Y nos separamos, papi. Lo siento, sé que no debí llevar a Marcus a ese lugar, pero pensé que sería divertido y lo perdí de vista… Deje que se divirtiera y terminamos así. Yo no tome en lo absoluto, le dije que no tomara, pensé que no lo haría porque él mismo me ha dicho que no le gusta-mire a Marcus y suspire, tratando de ser convincente, tranquila y parecer en verdad arrepentida. Lo estaba, obvio que lo estaba, pero no por lo que decía-
- Marcus… Ya eres mayor-masajeo su cien, enojado por lo que salía de mi boca. Al menos no estaba gritando y descargándose contra mí- Creo que puedes saber tú limite, sobrino-hablo severo, pero suave. Papá nunca fue un tío que actuara de padre, él no lo regañaría y conociendo a papá, él tampoco le diría a mi tía sobre la borrachera de Marcus- Y tú, Mónica, no debías dejarlo solo. En primer lugar, no debían ir a una discoteca, pensé que habíamos superado eso, hija-su tono subió de a poco hasta convertirse en un serio regaño que tome con calma, bajando la mirada y asintiendo- ¿Y tú auto?-gruño-
-Marcus perdió las llaves-susurre-
-¿Qué?-exigió que lo repitiera y más fuerte-
-Marcus perdió las llaves-repetí en voz más audible- No sé cómo sucedió, solo perdió las llaves y no teníamos como abrir el auto… Yo lo iré a traer mañana-apreté mis labios con vergüenza-
-¿Hay algo que no haya hecho Marcus?-pregunto incrédulo, cruzando sus brazos. Seguro no me creía y seguro imaginaba que me aprovechaba de Marcus, tirándole todo a él-
-Es en serio lo que te digo-bufe, elevando la voz. Él me respondió también con un tono alto y prácticamente nos gritamos hasta que él cedió-
-¡Bien!-dio unos pasos de un lado al otro. Marcus nos miraba confundido y me hacía preguntas incoherentes - ¿Quién era el chico del auto?-la pregunta sonó demasiado bajo, como si solo me estuviera probando, como si estuviera jugando conmigo- ¿Quién?-repitió después de unos segundos de silencio-
-Es un buen chico-soltó Marcus e intente volver a hacer lo mismo que antes-
-Sí, es un amigo que me encontré en el club y…-papá puso una mano frente a mi cara, indicándome silencio. Sabía lo que haría, papá era astuto y él se aprovecharía del estado de Marcus. ¿Cómo me escapaba de está? ¿Cómo retrocedía el tiempo y evitaba que esto pasara? Oficialmente estaba muerta-
-Dime, Marcus, ¿Quién era el chico de la camioneta negra?-pregunto con cautela, intentando sacarle la información a mi pobre primo. Un ebrio suelta la verdad con más facilidad, esto era un juego para papá, sin saber lo que le esperaba-
-Uhm, es el profesor-me miro, pero yo no moví mi mirada de Roko, acostado al otro lado de la sala. No iba a levantar la mirada para encontrarme la de mi padre- Tiene un nombre divertido, tío, usted debe conocerlo-no miraba las acciones de Marcus, ni las de papá- Es el novio de su hija.
-¿Louis?-susurro confundido y solo negué para mi misma, sabiendo que Marcus lo negaría por mí-
-No, no, no, no-soltó con pobre habilidad para articular las palabras- Un nombre divertido, no ha de ser estadounidense, nunca había escuchado ese nombre. Pero es el tipo mayor… El moreno, ¿Cómo se llama, Mónica?-su mano golpeo con torpeza mi hombro y no me atreví ni a voltear. Las lagrimas amenazaban en salir y quería huir del lugar-
-Mónica-hablo papá después de un momento de silencio. Su voz era muestra del miedo que sentía en ese momento, deseando que no fuera quien él creía ¿Qué tenía de malo que me gustará alguien mayor? ¿No podía aceptarlo? Sabía la respuesta… Yo era la bebe de papá, una niña para sus ojos- ¿Es el mismo?
-Sí-limpie unas lágrimas que resbalaron de mis ojos. Algunas gotas cayeron en la alfombra y otras fueron limpiadas por el dorso de mi mano. Con miedo levante la mirada y me encontré a papá en estado de shock, viéndome con pura decepción en sus ojos-
-¿Qué quiere decir Marcus con profesor?-miro a Marcus y le pidió que se fuera a la habitación. Marcus me miro algo confundido y asintió, poniéndose de pie. Al escuchar la puerta cerrarse, papá se sentó al lado mío y se inclino un poco para ver mi rostro- Responde, Mónica.
-Es su profesión-susurre y lo mire- Su nombre es Zayn Malik.
-Malik-susurro para si mismo y arqueo una ceja. Sus ojos vagaron por la sala y luego me miro a mí, confundido- ¿es tu profesor?-asentí y papá asintió mientras apretaba sus labios. Dejo de verme por largos minutos y luego se puso de pie- ¿Qué haces saliendo con un profesor?-murmuro, pasando sus dedos por su frente, frotándola como si una fuerte jaqueca atacara su cerebro en ese momento- No me sigas que por nota o…
-¡NO!-ataque de una vez y negué repetidas veces para luego suspirar-Yo… -jugué con mis manos y cerré los ojos por unos segundos- Él… Me gusta. Y yo le gusto, papá, sé que no me creerás, pero es la verdad. Él me lo ha dicho, él me ha confesado que me quiere  y por eso hemos tenido una cita. Debía decírtelo antes, lo sé, pero tenía miedo de que no me dejaras, de que te volvieras loco y me vieras con esa misma mirada-lloriqueé, apartando lagrimas de mis mejillas- ¿Qué tiene, papá? Hay parejas que se llevan 15, 20 años y son felices ¿por qué me miras así cuando te digo que me gusta un hombre 10 años mayor?
-¡Eres una niña!-grito, cortando mi discurso y quejas- ¡eres aun una niña ingenua! ¿Crees que ese hombre busca algo puro en ti?-gritaba moviendo sus manos, llevándolas de un lado a otro- Es un profesor, claro, siempre son los profesores que se aprovechan de sus alumnas ¿sabes cuantos profesores y profesoras han ido a la cárcel por ello? ¡Ya no eres una menor de edad, Mónica, pero sigues siendo una niña a la par de un hombre de 28 años!...-el silencio se hizo presente. Yo no hablaría y sabía que él tenía más por decir- te quiere-rió como si fuera una broma privada, que solo él disfrutaba- ¡Dime cuanto te querrá cuando obtenga lo que quiere!
-¡Papá!
-¡No, Mónica! No hay excusas-bajo la voz, volviendo a caminar de un lado a otro- Te he dado libertad, te he dado mi confianza… Te he dado todo para que tú fueras feliz, para hacerte sentir cómoda y que sintieras que yo no era tu jefe. Yo nunca fui buen padre, yo no quería ser padre, pero Amy siempre quiso un hijo. Yo acepte y nunca creí que tendría que hacer esto solo-las venas de sus brazos eran notorias, su voz era rasposa y forzada, enojado y al mismo tiempo triste, algo que odiaba ver en papá- No sé cómo decirte que tengo miedo, que hago esto porque tengo miedo de lo que él podría hacerte. Él puede lastimarte, meterte con alguien mayor es jugar con fuego, Mónica ¿no entiendes?-sus manos pasaron por su rostro mientras soltaba un fuerte suspiro- Debería denunciar a ese hombre, deberían despedirlo de la escuela… No lo volverás a ver, porque la próxima que ese hombre se te acerque, hare que lo metan preso ¿Entiendes?- estaba por quejarme, por tirarme al suelo a llorar y hacer un berrinche, exigir que me escuchara y entendiera lo que yo quería decirle, pero él me interrumpió con un sonoro grito- ¡¿Entiendes?!
-No dejare que lo hagas-susurre, ahogándome en mi propio mar de lagrimas. Él me exigió que hablara más fuerte y grite, poniéndome de pie- ¡No, no entiendo! ¡No entiendo porque esto debe estar mal!-me acerque a mi padre y le di un golpe en el pecho con mis puños, llorando, cegada por las lagrimas acumuladas en mis ojos- No lo conoces, no sabes nada… Nada-él tomo mis muñecas y yo me empecé a sacudir, exigiendo que me soltara. Sabía que si papá fuera un poco agresivo y esto no fueran Los Estados Unidos, yo estaría llorando de dolor y no de sentimiento-
-¡No saldrás de esta casa el resto de las vacaciones!-sentenció, pero no me importaba, solo quería a Zayn- ¡Deja de llorar, de sacudirte y de ser una típica adolescente! ¡deja de llorar por un muchacho que no es bueno para ti, soy tu padre y sé que te conviene!
-Te tengo una noticia: Soy adolescente-me logre zafar y baje mis manos, apretadas en finos puños- Y no, no sabes nada-lo acuse… Estaba jugando a algo peligroso de lo que luego (obviamente) me arrepentiría- No sabes que me conviene, no sabes ni cómo educarme… Pasas solo en tu trabajo o tirado en el sofá, viendo tus series y tus películas, mientras yo salgo y me emborracho, salgo con chicos y lloro en mi cuarto. Nunca me detuviste en tiempos que lo necesitaba, me dejabas salir con Matt y creo que nunca supiste lo herida que estaba hasta que yo abrí mi boca-me señale a mi misma- Me dejabas salir por las noches y nunca recibí un severo castigo por regresar al amanecer. Tal vez en ese momento te hubiera odiado, pero ¿sabes qué? Ahora te lo agradecería, porque mi vida ahora es una mierda por eso-limpie mis lagrimas. Estaba perdiendo mis fuerzas, ya no tenía para gritar- Nunca has sabido que es conveniente para mi, ¡NUNCA!-sus ojos de asombro y su boca entre abierta, me daban la noticia de que ya no tenía palabras. Sus ojos estaban cristalinos, al borde del llanto, pero no tendría lastima por él- No dejaré a Zayn, porque me ha costado meses lograr esto. Él ha demostrado que lo que sea que busca en mí, no es sexo y yo creo que sus palabras, papá. No tienes el derecho a decir nada, porque me he metido con peores hombres y tú no has estado presente, ahora solo porque su apariencia no es de un muchacho universitario, joven e igual de idiota que yo, no vendrás de decirme que él está mal para mi-lo mire unos segundos y solo había más y más silencio. Una lagrima escapo de los ojos de papá y cerré los míos con dolor, volteándome para caminar al cuarto. Justo antes de subir las gradas, unos fuertes brazos me rodearon y junto a un sollozo, la voz de papá se hizo presente-
-Como lo siento… Soy el peor padre del mundo-me sentía una manipuladora, porque ahora él era el que lloraba y sentía culpa, pero realmente solo había soltado la verdad, había soltado lo que guardaba y necesitaba decir-
-No lo eres, papá-susurre con debilidad, con un profundo dolor en mi corazón. Me voltee y lo rodee con mis brazos, llorando en su hombro-

Sin palabras, nos separamos y él me miro un largo minuto. Sus manos pasaron por mis hombros y cayeron por mis brazos hasta mis manos, dando una caricia paternal en ellas. Creo que no era el momento para seguir hablando… Y él lo sabía. Ambos nos dirigimos a nuestras habitaciones y nos encerramos ahí, olvidando lo sucedido. En el colchón que estaba en mi habitación, Luciana estaba despierta, viéndome con miedo y Marcus estaba desplomado en la cama. Hable un momento con ella, haciéndole prometerme que no le diría a su madre ni padre sobre cómo había visto a Marcus esta noche, y que no se preocupara por la pelea que papá y yo acabábamos de tener. La hice dormir y luego entre a mi baño a limpiar mi maquillaje. Todas mis fuerzas se habían ido en esa pelea, así que media vez termine conmigo y con Marcus, me acoste y sin pensamientos ni lagrimas, caí dormida. 
La mañana siguiente, Marcus estaba caso sobre mí y Luciana ya había salido del cuarto. Mire la hora y eran 5 para la 1pm, había dormido ya lo suficiente. Me puse de pie y fui al baño, me di una ducha y me vestí con cualquier cosa para andar en casa.

-Mónica, buenos días-los brazos de mi tía me atraparon y beso ambas mejillas de mi rostro. Su sonrisa demostraba que no sabía nada sobre ayer y tal vez ni escucho los gritos que papá y yo nos soltamos por la madrugada-
-Hola tía… Huele muy bien-sonreí y luego busque a papá con la mirada- ¿Dónde está papá?
-Uh sí, el almuerzo está casi listo… ¿tu padre? Creo que sigue en su habitación, querida-asentí en agradecimiento y subí, dejando a mi tía seguir con su tarea de cocinarnos un perfecto almuerzo-

Al llegar al cuarto de papá, toque algunas veces hasta que él me dio el pase. Entre con cautela, viéndolo acostado, con el control en la mano y una película reproduciéndose en la vieja TV que aún conservaba en su habitación. Estaba en perfectas condiciones, pero cualquiera preferiría la de la sala, grande y moderna.

-Buenos días, papá-él me miro y se acomodo, apagando la tv-
-Buenas días, princesa-dio una palmada a su lado, indicándome que me sentara junto a él. Hice lo que me pidió y aclaro su garganta antes de hablar- Creo que debemos llegar a un acuerdo sobre esto… Sobre… Sobre…
-Zayn-lo ayude y él asintió, lamiendo sus finos labios para hablar-
-Si, sobre Zayn. Tenías razón ayer sobre eso. Es decir, es verdad que no tengo el derecho a negarte algo que no me parece, mientras te permití peores por no darme cuenta-rasco su nuca sin saber que decir. A papá siempre le ha costado hablarme, regañarme y darme ánimos. Él no era el papá con las perfectas palabras, todo lo contrarió, él divaga demasiado para llegar a su punto. Él era un increíble vendedor, con las palabras justas y perfectas, pero era un inseguro e inexperto padre-
-No quise ser así de directa, papá, lo siento-baje la mirada, enredando la sabana que estaba en la cama con mi dedo-
-No importa, princesa, creo que lo necesitaba para darme cuenta de lo mal que he estado haciendo todo contigo. Solo quería decirte que lo de ayer no pasa desapercibido, estas castigada el resto de la vacación-lo decía con calma, pero firmeza-
-¡No!-hice puchero- me habían invitado a una fiesta el 31, pensaba ir, es con los chicos de la universidad, Tati, Sebas…-nuevamente me interrumpió, como costumbre de él-
-Pero no-negó- estarás en casa, conmigo y la familia. Agradece que te dejo el celular- y en verdad lo hacía- y respecto a Zayn… Hija, yo en verdad no creo que esto sea conveniente… Seguro él no es tan malo como otros, pero sigue siendo mayor, tu profesor, un hombre con su vida hecha, alguien que puede lastimarte, aprovecharse de ti. Puede obligarte o convencerte a hacer lo que él quiera. Y eso es solo por el momento, Mónica, piensa en el futuro. La diferencia de edad trae consigo diferentes ideologías entre las edades, la falta de madurez en el menor, los hijos, sus círculos sociales, etc. Piensa cariño, no quiero ser un amargado que te lo prohibirá porque no quiero y punto, lo hago porque pienso lo mejor para ti- Y aunque cada palabra que decía, tenía completo sentido, yo creía en algún lado de mi cerebro, que Zayn y yo podíamos lograrlo… Y de sus amigos no me preocupaba, solo debía pensar en Nathan, que era un hombre completamente inmaduro y divertido-
-¿Qué si lo logramos? Creo que hay que intentarlo para saber-hice una ligera mueca y papá soltó un suspiro, empezando de nuevo. No le permití seguir, siendo atacada por una idea- ¿Qué si te lo presentó?


Sr. Malik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora