Un soplo de aire fresco.

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A veces creo que ya basta, que ya está bien, que el pasado ha hecho de las suyas y que hay cosas que se ha quedado para él guardadas en una pequeña cajita de oro. Como un tesoro o como yo guardo los recuerdos contigo, que nada le hará cambiar de opinión y que ya nada será igual.

Y es ahí cuando un soplo de aire fresco me dice que que algo queda. 

Y yo, que sólo escribo cuando duele, me doy cuenta que el frío hace calar más hondo la lluvia y me encuentro de nuevo escribiendo a pesar de los momentos felices.

Daño. Los momentos felices, según el contexto también son daño. Y si no, que me hablen a mí de recuerdos y momentos.

La distancia, tu vida, la mía. Diferentes circunstancias que nos envuelven y que dan una de cal y  otra de arena. 

"Me declaro culpable, señoría", acostumbro a decir cuando soy yo la que reconoce sus vandalismos. Demasiadas evidencias en un mismo lugar del crimen. Entre palabras, entre letras, entre las sábanas...

Ojalá algún día te identifiques con alguno de mis textos tanto como que los escribo pensando en tí. Ojalá nunca seamos sólo palabras y besos, carne y sudor.

Ojalá los soplos de aire fresco, vinieran acompañados del calor de tu perfume y no del frío de tus palabras en la pantalla o aún peor...

...DE TU AUSENCIA.

Esto no es poesíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora