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Las semanas pasaron y según el equipo médico todo había salido bien, sin embargo las 2 rayitas en el palito blanco no aparecían. Siempre era solo una.
Al quinto mes de intentos Natasha empezó a sentir angustia. Ambos seguían trabajando con Sam. Las misiones se habían vuelto cada vez más seguidas y era realmente poco el tiempo que tenían para buscar un bebé.
Y luego de varias discusiones por calcular las horas de mayor fertilidad y tratar de arrastrar a James a la cama, Natasha se dio por vencida.

Había estado bastante molesta durante todo el día y James sabía por qué. Así que después de contenerse de iniciar una pelea en varias ocasiones desde que habían vuelto a casa, se fue al baño, puso el tapón en la tina y comenzó a llenarla de agua caliente. Agregó un poco de jabón de burbujas con escencia de lavanda y salió a buscar a Natasha.
Ella se paseaba por la habitación con el celular en la mano, revisando la aplicación donde registraba sus ciclos para buscar los días de mayor fertilidad.

- Natalia, vienes al baño conmigo?

- Dame un segundo. Estoy revisando algo.

- Podrías dejar de agendar cuando tenemos sexo?

- Sólo quiero aumentar las probabilidades.

- Y si tengo ganas un martes y hay que hacerlo un jueves? - ella finalmente levantó los ojos hacia él.

- Cuál es tu problema?

- Es lo que yo te pregunto - cruzó los brazos sobre su pecho - no te parece que esto raya en la obsesion?

- De acuerdo, no lo intentaremos más. Esto es demasiado estresante - arrojó el celular a la cama y pasó ambas manos por su rostro.

- Tal vez sólo tenemos que dejar que pase y no estarnos presionando tanto.

- Para ti es fácil decirlo - murmuró sabiendo que él la escucharía.

- Fácil? - soltó el aire en forma de risa sarcástica.

- Qué?

- No sabes lo difícil que es tener que soportar toda esta presión de tu parte?

- Presión? Sólo tienes que disfrutarlo. No es algo que te cueste demasiado.

- Es lo que tú crees. Cómo se supone que lo disfrute si ni siquiera pareciera que estás ahí conmigo? - apuntó a la cama - estás en...no sé dónde...no me miras, no me deseas, no lo disfrutas, sólo quieres que acabe dentro tuyo para que te embaraces - Natasha lo fulminó con la mirada - no me mires así. Es verdad y lo sabes.

- Eres un idiota - salió de la habitación con la cara ardiendo de rabia. Él tenía razón y ella lo sabía, pero también esperaba un poco de comprensión de su parte.

- Dónde vas?

- …

- Natalia! - James estaba harto. La siguió hasta el primer piso y cuando ella estaba por salir por la puerta la sujetó por la espalda- sabes que es lo que más quiero en este momento? - le susurró al oído aún sintiendo la tensión en todo el cuerpo de ella - quiero ver el deseo en tus ojos, quiero sentirte temblar, que me muerdas y me rasguñes, quiero que vuelvas a ser tú. Quiero que volvamos a ser tú y yo en un callejón, teniendo el mejor sexo del mundo sólo porque nos gusta.

Y entonces ella lo entendió. Había abandonado todo lo que tenía por buscar algo más, algo que tal vez nunca conseguiría y por lo que estaba sacrificando todo. Bajó la cabeza dando un fuerte suspiro y lentamente se volteó para quedar frente a frente con James.

- Perdóname. Nunca quise que llegáramos a esto - lo miró a los ojos.

- Todo saldrá bien - desvió la mirada a su boca - ella asintió - ahora vendrás conmigo - la tomó de la mano y fueron directo al baño. La tina estaba llena de agua caliente, con espuma.

Instinto 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora