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Estaba en su habitación, mirando nuevamente por la ventana. Desde hacía un buen tiempo que se dedicaba a eso, esperando algo, no sabía qué.
Su mano recorría los anillos casi en un tic nervioso. Miró hacia su mano, envejecida por los años. Los anillos de Natasha, el de compromiso y el de boda. Leyó por centésima vez el grabado interior. Luego llevó la mano a su pecho. De una cadena pendía su propio anillo de bodas. Abrió el broche de la cadena y enganchó los anillos de su mujer para luego meterlos bajo su camisa.

- Te extraño...- dijo a la nada.

~°~

- Cuándo llegará la cama que pediste?

- Debería haber llegado hace una semana. Llamé para preguntar y dijeron que la enviarían mañana sin falta.

- Y dónde has estado durmiendo todo este tiempo?

- Aquí - señaló el sillón donde estaban sentados. Ambos se estaban vistiendo nuevamente.

Cuando terminaron sólo se quedaron sentados, mirando la chimenea. Luego de unos momentos ambos giraron la cabeza hacia el otro y se miraron con una pequeña sonrisa.

- La primera vez no fue tan incómoda como esta - dijo él.

- Tienes razón - dijo Natasha con un pequeño rubor en sus mejillas.

Él se acercó a ella y sujetándole el rostro con ambas manos la atrajo para besarla. Un beso suave, pausado pero lleno de pasión. Cuando se separaron sólo se quedaron mirando a los ojos.

- Te amo - le susurró James.

- Te amo - respondió ella, acercándose para besarlo nuevamente. Luego de unos momentos chequeó la hora - debo irme - Natasha sujetó sus manos con las suyas.

- Quédate.

- No puedo, cariño.

- Por qué no?

- Tengo trabajo que hacer.

- Iré contigo.

- Todavía estás suspendido - James la miró sin saber qué contraargumentar - vendré mañana.

- De acuerdo.

~°~

Al día siguiente la cama llegó a primera hora. Y cuando estaba terminando de instalar el respaldo, escuchó la puerta de la entrada abrirse.

- James?

- Arriba!! - gritó desde la habitación.

Natasha dejó caer pesadamente el bolso que traía y subió la escalera para encontrarlo terminando de atornillar la madera. Caminó entre un montón de plásticos, cartones y poliestireno.

- Wow! Es alta!

- Todas las camas nuevas lo son - dijo él quitando el plástico del colchón. Natasha lo ayudó - Demonios!!!

- Qué? - dijo ella.

- Olvidé comprar sábanas - dijo sintiéndose un idiota por olvidarlo. Natasha sólo rió - sí, ríete. Ahora no podremos usarla.

- Mira - dijo Natasha mostándole una bolsa de papel que había traído. Eran sábanas que había pasado a comprar.

- Cómo supiste que sería King size? - ella solo le sonrió - Olvídalo. Ni siquiera sé para qué pregunto.

- Ayúdame a ponerlas.

Y entre los 2 pusieron las sábanas nuevas y el edredón. Lucía maravillosa, invitándolos a adentrarse en ella.

- Tienes planes para hoy? - le preguntó James que se había acercado a ella.

- No. Por qué? - y él le susurró al oído.

Instinto 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora