capitulo 24.

230 5 0
                                    

“Sigo viva"


Bulma.
—¿Qué pasa amor? —preguntó él.

Es obvio que  se refería a la joven que encontré  primero, se intentó levantar pero crucé rápido  las cortinas volviendo  a la cocina.

—No puede ser —musité ¿Cómo es posible que mi hijo esté aquí? ¿Cómo es que la vida me vuelve poner frente a él? Esto no debería de estar sucediendo... Voltee a ver al piso y esa chica seguía llorando así que me acerqué ayudándola a levantarse—: escucha niña ve a ver a tu novio y yo voy a encender fuego para calentar agua —dije tratando de no hacer contacto visual con ella.

Pan.
—Si, muchas gracias —le respondí apoyándome en la pared de madera, me fuí acercando lentamente a dónde estaba Trunks casi sin apoyar el pie porque me dolía mucho y al llegar a la cama me senté al lado de trunks—: amor vuelve a recostarte.

—¿Quién era esa mujer? —me preguntó curioso.

—Al parecer la dueña de la cabaña, nos va a ayudar.

—No confío en ella —murmuró.

—Yo sí, sólo nos ayudará.

—Debemos irnos.

—¿A dónde? Sigues ardiendo en fiebre.

—A cualquier lugar dónde no hayan extraños.

—¿Te duele mucho el brazo?

—Un poco, a pesar de que la herida solo me rasgó la piel me duele bastante.

—Y sigues con fiebre —dije poniendo mi mano sobre su frente—. Aún no se como puedes tener la fuerza de seguir consciente.

—Es por tí, tú eres mi fuerza.

—Te amo Trunks.

—Y yo a tí hermosa —respondió y luego nos besamos lentamente.

Bulma.
Ya se había calentado el agua, busqué también unas gasas, alcohol al igual que algodón y unas vendas y corrí un poco las cortinas. Me di cuenta que mi hijo besaba a esa chica con mucho amor ¿Tanto ha pasado en mi ausencia? ¿Acaso ya no anda con Mai? Se veía muy enamorado de ella pero ahora se ve que lo está de esa chica.

¿Cuántas cosas habrán pasado en mi ausencia? Dejé de observarlos, fuí por las cosas y me acomodé mejor el pañuelo sobre la nariz y la boca así no logrará reconocerme, entré y le dejé unas cosas en la mano a la chica y otras en el suelo, voltee a ver de nuevo un momento a mi hijo, está tan guapo pero él sólo me volteó a ver un momento su mirada era solo para la chica que estaba a su lado, al parecer le robó el corazón.

Después de un momento lo escuché dandome las gracias, se escuchaba muy sincero pero cuando volteó a verme no resistí su mirada y salí rápidamente de allí.

Pan.
—¿Qué le pasa? —me preguntó Trunks.

—No lo sé, pero no importa te voy a curar —le sonreí, con las gasas y el agua tibia comencé a lavarle la herida pero se quejaba mucho.

—Esto duele Pan.

—Tranquilo ya terminé, ahora a desinfectar la herida —tomé algodón impregnado de alcohol y comencé a limpiarle pero se quejaba más.

—¡Ah! Pan eso duele mucho.

—Es por tu bien.

—Ay no, para, para, me duele demasiado —siguió quejándose.

—No seas cobarde.

—No lo soy pero duele ¡Ah! ya no.

—Pues te aguantas Trunks, hace poco parecías muy valiente al querer protegerme pero ahora eres un cobarde que no se deja ni desinfectar la herida.

$ HASTA QUE EL DINERO NOS SEPARE $ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora