Capítulo 10. -

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Las vacaciones de navidad estaban a la vuelta de la esquina.

Carlie debía ir a revisión con el doctor Stephen esa misma tarde, así que después de salir de clases y limpiar el laboratorio se fue a su casa temprano, no sin antes despedirse de Galen.

Se arregló rápido para comer antes de irse, y preparó lasaña para ella y su papá. Su madre estaba trabajando esa tarde, así que le tocaba a ella cocinar y arreglar la casa.

Le sirvió a su padre y para ella, se sentaron juntos en la mesa y aprovechó para dejar caer la bomba.

—Papá... ¿puedo contarte algo?— su padre se volteó hacia ella con la cuchara llena de comida a medio camino.

— ¿Te estás drogando?— preguntó, le tomó ambas manos entre las suyas y prosiguió. — Eso no es bueno Carlie, las drogas destruyen.

—Papá,  no me estoy metiendo nada. — sonrió a pesar de todo.

— ¿Entonces qué es?

—Tengo novio. — soltó sin más. Su padre no dijo nada, solo la miró fijamente. — Tiene veintiocho años, es medico oftalmólogo y da clases en la universidad. — Soltó sin parar. — Trabaja en Good View y es el mejor amigo del doctor Stephen. — No podía detener las palabras. — Es un buen hombre, muy estudioso y dedicado a su trabajo, me trata bien y me ayuda a repasar mis lecciones cada tarde antes de venir a casa.

—Carlie, detente. — Pidió su padre. — Está bien, no es necesario que digas tanto. — Rió fuertemente y le soltó las manos. — Me imaginé que estabas enamorada. — Dijo él. — Tu cambio de humor fue muy drástico, haz mejorado mucho tus calificaciones, así que no diré nada y me alegraré por ti.

—Entonces... ¿no estás molesto?

—Claro que no. — respondió. — Al contrario, estoy feliz por ti. — ella asintió y se metió una cucharada de comida en la boca. — ¿Cuánto llevas saliendo con él?

—Tres meses. — musitó. — No, más. — negó. — Más o menos tres meses. 

Su padre asintió, y el tema fue dado por terminado.

Tomó el bolso y lo colgó sobre su hombro, se despidió de su padre con un beso en la mejilla, él ni se inmutó por estar viendo Discovery Channel, así que simplemente tomó las llaves del auto y camino hacia la cochera de la casa. 

Condujo con precaución hacia la clínica. Ahora las consultas eran cada mes, mejoraba mucho conforme pasaban los días, así que decidió dejar las consultas más retiradas ya que utilizara lubricante para los ojos.

Carlie había sido operada por Hipertropia unos años atrás. Había sido repentino el descubrimiento de su enfermedad así que habían actuado con rapidez. Ella se sentía asustada, pero el doctor Stephen era muy profesional y bueno con su trabajo, así que todo había resultado perfecto, o por lo menos hasta ese momento.

—Bueno días. — Se dirigió a la recepcionista, el gafete decía Miranda Preston, era una chica de piel blanca y cabello oscuro con ojos verdes y era demasiado bonita. — Tengo cita con el doctor Stephen, me dijo que estuviera aquí a las cuatro de la tarde.

—Deja checo. — dijo la muchacha antes de sonreírle, revisó la lista de pacientes y respondió.

—Efectivamente, el doctor estará libre en diez minutos, si gusta esperarlo ahí está la sala de espera.

Carlie asintió y se movió de ahí.

Se sentó en una de las sillas vacías junto a una mujer adulta que cargaba a un bebé en sus brazos. El bebé tenía su pequeña mano hecha un puño dentro de su boca, la saliva caía hasta su regazo y la madre le limpiaba continuamente solo para que el chupara con más fuerza y se salpicara aún más.

#1 La química del amor.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora