Lenny se sentó sobre el escritorio del laboratorio mientras esperaba que Carlie llegara. Galen estaba muy nervioso, pues tenía miedo de que ella no aceptara su invitación, los chicos lo habían apoyado, le habían recordado que no pasaba nada, que Carlie era una buena chica y que si lo "rechazaba" sería por algo meramente importante, como estudiar para los exámenes semestrales o una urgencia familiar.
La puerta se abrió, y Carlie entró rápido mientras se deshacía de los guantes que cubrían sus manos y entraba en la calidez del lugar. Saludó a ambos con un señalamiento con las manos y comenzó a hacer sus deberes como todos los días.
Limpio todas las mesas, lavó los recipientes y los dejó limpios de sustancias químicas, y alguno que otros de sangre. Acomodó los microscopios en la pequeña bodega y puso las láminas de vidrio en su cajón correspondiente. Eso era todo, ya había terminado.
Se sentó en uno de los bancos y recargó sus manos en la mesa, después enterró su cabeza ahí para descansar un poco. Se sentía cansada, y no por haber limpiado el laboratorio, sino más bien de tanto ir de arriba para bajo todo el día en busca de los salones (aún no recordaba donde quedaban la mayoría de ellos).
Galen se acercó hacia ella y Lenny lo siguió unos pasos más detrás, pero aún así los suficientes para poder escuchar su conversación.
— ¿Qué pasa?— preguntó acercándose a ella. Carlie levantó su rostro y le dio una sonrisa mientras ladeaba la cabeza y volvía a su posición anterior.
—Estoy cansada de tanto caminar. — Murmuró, se quitó el cabello del rostro y suspiró. — Mañana tengo examen de biofísica y se me dificulta.
Galen asintió.
— ¿Quieres que te ayude a estudiar?— preguntó rosándole las mejillas con la punto de sus dedos.
—Eso sería genial. — respondió Carlie sonriéndole.
—Con una condición. — dijo él tomando un aspecto serio.
— ¿Cuál?
—Qué mañana por la noche me acompañes a una cena de mi trabajo. — dijo, y ella solo lo miró fijamente esperando a que se riera y dijera que era una broma.
— ¿Hablas en serio?— preguntó cuándo se dio cuenta que él no pensaba decir nada más.
—Claro, ¿por qué no? Digo, eres mi novia, es una cena importante para mí y me gustaría que estuvieras ahí, también estarán Lenny. — lo señaló. — Stephen y Lucy.
Carlie asintió.
—Está bien. — dijo. — Solo necesito pedirle permiso a mis padres.
—Andando. — Galen la obligó a levantarse. — Tienes mucho que estudiar, y yo sé de un lugar perfecto. — le sonrió abiertamente.
Carlie le dio un beso en la mejilla a Lenny en forma de despedida, él solo se le quedó mirando con los ojos muy abiertos y la boca de la misma forma, Galen y Carlie rieron ante su reacción.
Era la primera vez que Carlie actuaba tan "cariñosa" con él, y lo había dejado desconcertado.
Galen condujo sin decirle a donde iban, de igual forma Carlie tampoco preguntó, pues supuso que irían a algún café, un parque o una biblioteca. Se llevó una gran sorpresa cuando vio que se estacionó en el garaje de un edificio de departamentos.
Sus manos temblaban mientras se bajaba del auto con la mochila colgada en su hombro derecho, el estetoscopio en su cuello y los lentes en el puente de su nariz. Se sentía como caperucita roja en medio del bosque esperando al lobo feroz.