Capítulo 2. -

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Nada podía ir peor.

Carlie había olvidado su cuaderno en el laboratorio de química la tarde anterior, y no había tenido tiempo de recogerlo, tuvo que escribir en su computadora, porque eso era mejor que no hacer nada. Incluso pensó en grabar la clase, pero sería demasiado raro e incomodo hacerlo.

Cuando las clases terminaron, tomó sus cosas de la mesa de la cafetería y se encaminó hacia el laboratorio prestando mucha atención en donde y como pisaba. Dio vuelta en el edificio de Anatomía humana y siguió derecho por el pasillo empedrado, la universidad era enorme, tenía demasiados edificios y mucha gente a sus alrededores, todos vestidos de blanco y muy sonrientes, o por lo menos la mayoría de ellos.

Tocó la puerta con los nudillos y esperó un momento, el profesor Lenny abrió la puerta con una sonrisa en su rostro y se movió hacia un lado para dejarla pasar.

—Eres demasiado huraño Galen. — dijo mientras cerraba la puerta, ella notó que el maestro Galen estaba en la misma mesa del día anterior, pero ni siquiera volteó cuando el maestro Lenny habló. — Deberías conseguirte una novia. — Carlie dejó sus cosas en el suelo, junto en la esquina más apartada mientras se acercaba al lavabo por los trapos.

—Y tú deberías conseguirte una vida. — respondió Galen sin apartar la vista de su libro. El cabello oscuro le brillaba bajo el foco, y sus lentes seguían en el puente de su nariz.

—Probablemente me consiga una chica. — Dijo encogiéndose de hombros. — Las chicas de primero son realmente bonitas. — bromeó.

—Eso es ilegal. — Galen apartó su vista del libro y lo miró fijamente unos segundos. — Son tus alumnas, no puedes hacer eso.

— ¿Quién dijo que escogería a una de mis alumnas?— preguntó con sorna.

—Todos los estudiantes de primero toman tu clase Lenny. — negó suavemente y apoyó las palmas de sus manos sobre la mesa.

—Bueno, entonces tú deberías aprovechar, ellas no llegan a  tu clase hasta dentro de algunos años, y siempre es interesante salir con un doctor... o por lo menos eso me han dicho. — sonrió. —Debe ser extraño, incluso podrías enseñarles cosas. — dijo pensativo. — ¿Tú qué opinas Carlie?— la chica saltó desde su lugar, tan solo unas mesas junto a ellos. Había intentado no prestar atención pero era demasiado difícil evitarlos, sobre todo si hablaban tan alto.

—Yo...— dudó un momento. — No lo sé, nunca he salido con alguien. — se encogió de hombros y pasó el trapo por encima de la superficie.

—Tal para cual. — murmuró Lenny solo para el mismo mientras se recargaba en el escritorio.

—Por cierto. — Interrumpió Carlie. — Dejé un cuaderno aquí ayer por la tarde, ¿no lo miró usted por algún lugar?— cruzó sus dedos en la espalda para que dijera que sí, y el asintió con la cabeza.

—Lo encontré en la mesa de Galen, pensé que era suyo ya que es el único aquí que utiliza libretas, pero luego vi que era rosa y decía Carlie Wrenadeg en la portada, así que supe que era tuyo. —Se lo tendió y ella lo tomó con ambas manos mientras suspiraba aliviada. — Es extraño saber que alguien más aún estudia de la forma antigua. — sonrió. — Alguien más a parte de Galen.

—Yo tomo notas a mano, porque comprendo aún más el tema. — Dejó el cuaderno con sus otras cosas y tomó el trapo de nuevo. — Me concentro mejor y entiendo más rápido, es.... Más fácil para mí.

Lenny sonrió nuevamente mientras Galen lo fulminaba con la mirada y dejaba su libro de lado.

—Lenny, ¿no tenías que ir a la fábrica a conseguir las sustancias faltantes?

#1 La química del amor.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora