4

5.2K 495 227
                                    

La cálida luz del sol que traspasaba a través de las cortinas iluminaron la habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La cálida luz del sol que traspasaba a través de las cortinas iluminaron la habitación. Se removió entre las sabanas sin querer levantarse de la cómodas de la cama aún. La sensación era tan gustosa que tanto él ni su animal interior querían despertar de su preciado sueño.

Gruñó disgustado en cuando escucho la puerta ser tocada insistentemente.

—Su alteza, temo interrumpir su sueño, pero su alteza la reina Mikoto lo llama para tomar el desayuno, me pidió que le recomendara apresurarse —bostezó, aún acostado cómodamente. La mujer se impaciento al no obtener respuesta.

—En un momento —bufó molesto. Si tuviera a su nana acompañándolo todo será más fácil.

Tomó un baño caliente y se vistió con normalidad. Antes de salir de su alcoba se aseguró de su apariencia, se sentía diferente, pero no tenía idea clara del porqué.

—Gracias por la poca espera alteza, sus majestades lo esperan ya —al parecer la mujer se había quedado esperando fuera de su puerta hasta que él se dignara a salir.

Caminaron en dirección al enorme comedor del castillo, pasando por los amplios pasillos y las tantas habitaciones que habían.

Pudo notar que en el aire algo se notaba diferente, pero no tenía en claro que era.

Al entrar al comedor, pudo divisar a ambos reyes y a su madre. Entró al lugar aún siendo guiado por la omega. 

—Oh cariño, supongo ya descansaste lo suficiente, temía que siguieras cansado —el tono de su madre taladro en su cabeza de mala manera.

Tanto el rey la reina lo saludaron como debían.

La reina en especial parecía un tanto molesta, o más pensativa, parecía que algo le molestaba, mientras que el rey se miraba tenso, pero nada fuera de lo normal, incluso se atrevía a decir que le recordaba a su padre.

Los tres reyes comenzaron a hablar de forma amena, ignorando sin querer la presencia del príncipe en la mesa. Por supuesto a Sasuke no le afectaba tanto, de hecho era mejor para él de esa manera.

El desayuno fue servido de forma abundante; pequeños pastelillos, galletas, té, lo supuesto normal para familias reales.

Mientras tomaba una taza de té; recordó a Gaara.

Ya había pasado un día de su celo, usualmente la duración de los celos en ellos como omegas duraba normalmente dos días, tres por mucho. Para este punto el alfa de Gaara ya debería de haber llegado, incluso se atrevía a afirmar que ya lo debería de estar reclamando. 

Aún cuando la situación era ajena a él y no parecía el momento, preguntó;

—¿Cómo se encuentra el príncipe Gaara? —los presentes se giraron hacia él, al verse interrumpidos por la pregunta del príncipe. 

ɪʀʀᴇᴍᴇᴅɪᴀʙʟᴇ ᴛᴇɴᴛᴀᴄɪóɴ | narusasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora