Capítulo dos.
Paz;
Estaba en la cocina lavando los platos. A mi mamá la llamaron por una reunión de trabajo, Tomás había ido a jugar un fútbol 5 y Alejandro también trabajaba. Lo cual significaba que Valentín podía caer en cualquier momento y yo iba a tener que estar sola con él hasta que los demás llegaran. De la nada, me puse a pensar en nuestro primer beso, y la maldita apuesta que se le había ocurrido. Acá, en este lugar.
[Flashback]
Bajé las escaleras unos minutos después de que Valentín hubiera bajado.Cuando llegué, lo vi comiendo solo en la mesa, no estaba mamá y tampoco Alejandro, así que me acerqué a él y me senté mirando el plato, supuse que lo había dejado mamá. Unas tostadas y mermelada al lado. Tranqui.
— ¿Por qué yo no tengo algo para tomar y vos sí? — Dije tratando de sacar tema de sacar conversación.
— No me lo hizo tu mamá, si eso es lo que estás pensando. Me lo hice yo, tenía alta sed. — Dijo, luego miró el vaso y sonrió, supuse que algo planeaba. — ¿Querés? — dijo apuntándome el vaso.
— Dale, ¿está rico?, sabes que no me gusta muy dulce. — Dije haciendo una mueca, algo disgustada al imaginar el sabor de algo extremadamente dulce.
— Ya sé, te gusta lo amargo, no? Muy amargo. — Me miró divertido.
— Algunas cosas nomás. — Le tiré una sonrisita falsa y me levanté. — ¿Hay más?
— Creo.. En la cocina debe haber, me parece que dejé un poco.
Empecé a buscar el maldito jugo de naranja, pero no lo encontré por ningún lado, sólo vi el exprimidor, envuelto por pulpa de naranja arriba de la mesada que hay en la cocina. Mientras que maldigo internamente, escucho que alguien abre la puerta, obviamente es Valentín.
Me mira con una sonrisita juguetona en la cara, mientras que yo por dentro tengo altas ganas de mandarlo bien a cagar.—¿Vos sos pelotudo? Sí, efectivamente lo sos. — Dije mirándolo, con un tono sobrador, tomándole el pelo.
Sentí sus pasos, no respondió a lo que le dije anteriormente. Supuse que había entrado para dejar las cosas del desayuno en la cocina, pero luego escuché que se acercaba a mí, lo ignoré.— ¿Cuál es la gracia si no te hago enojar? — Dijo con la voz ronca. Me estremecí al escuchar su voz.
— ¿Por qué siempre me quieres joder la vida?.
— Me gusta verte enojada. — Dijo y corrió mi pelo hacia adelante, para dejar en vista mi cuello y nuca. — Me vas a decir que no te gusta que te de bola?
— No, no me gusta, ojalá alguna vez me ignoraras. — Dije ya harta.
— Na, no te creo. — Ríe por
lo bajo. — Te encanta que te busque. Lo llego a dejar de hacer y te morís, no me dejarías de pedir que por favor vuelva a darte pelota. — Dice entre risas.— Terrible autoestima tenes pá. Me parece que tenes el ego un toquecito alto. — Dije son una sonrisa, tratando de restarle importancia a todo lo que él mencionó anteriormente. — Ni que me importara tanto que me prestes atención, sería un regalo hermoso que dejaras de joderme por un buen tiempo.
— ¿Apostamos? — Dijo y me dio vuelta quedando frente a frente. Su cara traía una sonrisa divertida, como si él estuviera disfrutando todo el momento.
— ¿De qué hablas? — Dije arqueando una ceja.
— A que no puedes soportar que te ignore por una semana. — Dijo con una sonrisa en su rostro.
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Queridísimo hermanastro; 2da temporada. - Wos
FanficNo sé que estoy haciendo solo tengo ganas de escribir