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Capítulo cinco.


Paz;


Me encerré en mi habitación. Un millón de sentimientos me invadieron. Lo primero que se me cruzó por la cabeza fue Tomás, segundo, ¿tan basura podía ser una persona?, ¿se puede estar enamorada de alguien así? La respuesta es sí. Y por último, ninguno de los dos nos cuidamos. Me quería morir. Caminaba de un lado a otro con ambas manos en mi cabeza, pensando, analizando cada detalle. En menos de dos segundos, imágenes de mi yo del futuro embarazada, esperando un hijo del hijo de puta de Valentín se me vinieron a la mente, como si estuviera viendo una película en mi cabeza. Las lágrimas no tardaron en llegar, en cualquier momento me iba a morir deshidratada, aunque, pensándolo bien, no estaría nada mal.

Después de estar unos minutos perdida en mis pensamientos, cayeron un par de notificaciones en mi celular. Lo desbloqueo y me fijo desde la barrita. Una piba desconocida me había hablado a Instagram. No entré a su chat y leí lo poco que pude desde la barra de notificaciones.

"Hola Paz, no me conoces, pero yo a vos sí, y sé que hace mucho que estás de novia con Tomás Ocampo. Te quería mostrar estas capturas, la verdad que me pongo en tu lugar y no me gustaría que me lo hicieran a mi. Espero no te moleste, mereces mucho más que esto. Un beso."

No entendía nada. ¿Quién era esta piba y qué significaba todo esto? Entré a su chat decidida a ver qué onda.

Otra vez, el mundo se me vino abajo. Eran banda de capturas en las que se veía claramente al pajero baboso de Tomás reaccionando y hablándole a esta misma piba, diciendo que su novia, o sea yo, no le importaba. Que me cagaría con ella, que era hermosa. Otra vez, había comenzado a llorar.

Me dolía, aunque ahora tenía una mezcla de sentimientos confusos y raros. ¿Realmente amaba a Tomás?. Comencé a cuestionarme. Si lo amaba posta no lo cagaba con Valentín, si lo amaba de verdad no se me cruzaba por la cabeza ni un segundo cojerme a mi hermanastro. ¿Pero por qué seguía llorando?. No lo entendía. Lloraba por Valentín, lloraba por Tomás, lloraba por mi posible embarazo. Sí, re exagerada. Pero en este momento lo único que pensaba era en cosas negativas y mis emociones estaban amplificadas al máximo. Los sollozos de hicieron presentes, haciendo que retumben por toda la habitación. Traté de calmarme, hasta que sentí el sonido de la puerta golpear. No abrí. Pero siguieron insistiendo.
Me levanté con todo el enojo que tenía de la cama y abrí, ahí enfrente estaba Valentín.

- ¿Qué mierda querés? - Le dije limpiando las lágrimas que aún seguían cayendo. No podía creer que en menos de dos días estuviera en el mismo lugar que hace un año atrás. Él me miró fijamente a los ojos, me encantaría decir que sentía lástima o arrepentimiento, pero la realidad es que en sus ojos no veía nada.

- Nada, te escuché llorar y... - No lo dejé seguir. ¿Ahora te venís a preocupar, pelotudo?

- ¿Y? Dejame en paz, ¿cuánto falta para que te vayas otra vez? Ya está, viniste de pasada, ¿cuánto pensas quedarte? - Le dije forreando, sabía que lo que le decía le iba a joder.

- Loca me preocupo por vos y me tratas así, sos una pelotuda. - Dijo con bronca en su tono de voz, apartando la mirada de mi.

- Bueno, ya que tanto te preocupas por mi, anda a la farmacia y comprame la pastilla del día después. - Le dije firme. Ni en pedo me arriesgaba a quedar embarazada ahora y mucho menos de él.

- ¿Eh? ¿De qué hablas? - Me respondió confundido.

- Que no nos cuidamos boludito. Y no pienso tener un hijo tuyo. - Largué con asco, sabía que mis palabras le dolían por más que él se hiciera el que no pasaba nada.

- Linda sorpresita se llevaría tu novio si eso pasa. - Dijo riendo. - ¿Te imaginas un hijo nuestro? Alta facha tendría. - Respondió como si todo lo anterior dicho fuera una joda.

- Primero, no tengo novio. - Dije y me arrepentí al toque. Él no tendría que haber sabido eso. Él nunca se tendría que haber enterado que lo dejé porque era alta cornuda. Pero aún así seguí hablando. - Y segundo, eso nunca va a pasar porque si llego a quedar embarazada me tiro abajo de un camión con tal de no compartir ningún tipo de sangre con un pibe como vos. - Dije acercandome más a su cara. - Así que ahora anda y compra la puta pastilla.

- Para, para. ¿Cómo que no tenes novio?, ¿ya le dijiste al salame ese que hicimos el delicioso? - Seguía actuando como si lo anterior jamás lo hubiera mencionado. ¿No se podía tener una conversación como la gente con este pibe? Las ganas de darle un buen rescatate me invadieron, pero no lo hice.

- No, no sabe. - Dije apartando la mirada, me sentía mal, triste, no podía entender porqué todo el mundo me boludeaba.

- ¿Terminaron por nosotros o por otra cosa? - Ahora, por fin, me habló de verdad, preocupado. - ¿Te hizo algo? - Sus ojos se oscurecieron, su mandíbula se tensó e hizo un puño con su mano.

- Nada, me cagó. Nada que yo no haya hecho. - Dije restandole importancia. Él se apartó y miró hacia otro lado, parecía molesto.
En segundos, mi celular comenzó a sonar. Era una llamada de Tomás. Todavia no le había dicho que lo dejaba porque nos cagamos mutuamente. Tomé mi celular y cuando estaba a punto de atender, Valentín me saca el celular de mis manos y responde él por  mi.

- Flaco deja de llamarla, ¿me escuchaste? No le rompas más las bolas, no te quiere ver, ya se enteró que la cagaste con medio mundo. Ahora no rompas la pija porque te voy a buscar yo y te voy a romper la cabeza, ¿entendiste? - Dijo con bronca, enojo. Mis lágrimas brotaron otra vez. No entendía qué me pasaba, tenía miles de sentimientos encontrados que no sabía qué hacer, no sabía qué sentir.

- Dios, no llores. Por favor, no llores así por él. - Me dijo Valentín intentando acercarse a mi para abrazarme pero lo aparté.

- ¿Sabes qué pasa Valentín? Que no es por él solamente. Es por vos también. No podes aparecer en mi vida como si nunca hubiera pasado nada y hacerme volver a sentir mil cosas que había enterrado. Sentimientos que no quería recordar. Así que por favor, andate de una vez y dejame en paz. - Otra vez me arrepentía de mis palabras. Había admitido que de nuevo, en dos días, había despertado todo el amor y deseo que sentía por él hace un año. Sin dudarlo, le cerré la puerta en la cara y me acosté. No quería pensar en nada ni nadie más. Necesitaba aclarar mis sentimientos y entender qué me pasaba.

Me acosté en mi cama y no sé en qué momento me dormí. Miré la hora en el celular y habían pasado una hora y media desde la pequeña discusión con Valentín. Alguien tocó la puerta de mi habitación y eso me despertó. Abrí y no había nadie, sólo había una cajita en el piso. La levanté y en la caja decía "píldora de emergencia", supuse que era la pastilla del día después. Me adentré en mi habitación y la tomé, acostandome de nuevo.




🎀🎀🎀



Ya se que es el capítulo más choto de la vida pero necesitaba actualizar algo 😔 voten y díganme si quieren que la siga
Gracias por leerme siempre, son lo mejor. 💞

Queridísimo hermanastro; 2da temporada. - WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora