Terminaron las clases, por fin era hora de volver a casa. Estaba guardando apresuradamente mis libretas en mi mochila, dispuesta por salir corriendo del lugar y tomarme un respiro.
Me despedí de mis amigas antes de llegar al estacionamiento, el novio de Andrea, Alan, estaba entrenando y ella convenció a Cris de que la acompañara a buscarlo. Mi momento de soledad había comenzado, o al menos eso creí, hasta que una colorida voz resonó en el aire.
YO: Hola, Elaine.- Sonreí amable. Ella corría de forma tierna hasta donde estaba.
ELAINE: Habías dicho que después de clases nos pondríamos de acuerdo para el proyecto.- Sonrió haciendo que sus ojos se vieran rasgados.
YO: Cierto, lo había olvidado.- Mentí.
ELAINE: ¿Tu casa o la mía?- Arrojó sin más.
YO: Supongo que la mía...
ELAINE: En verdad esperaba que dijeras eso.- Interrumpió.- Mi casa es un caos total con la mudanza.- Soltó una leve carcajada y volvió a dejar sólo una amplia sonrisa.
YO: Cierto, bueno, me tengo que ir.- Dije dando pasos hacia atrás.
ELAINE: ¿Ya a casa?
YO: Sí...- Dudé.
ELAINE: ¡Perfecto!- Festejó.- Llévame contigo, así sabré dónde vives.- Sonrió.
Sentí la sangre arder en mis mejillas, ¿cómo podría negarme? ¿Qué excusa sería lo suficientemente buena para librarme? Bueno, tarde o temprano iba a pasar, la chica nueva estaría en mi casa, teníamos un proyecto que hacer.
YO: Vamos.
Conduje hasta casa, por ratos, la observaba de reojo, ella no iba prestando atención en lo absoluto al camino, iba mirando su celular. No dije nada. No sería mi problema si ella se perdiera después. Un par de minutos más tarde, estacioné el coche frente a la casa.
YO: Es aquí.- Traté de llamar su atención.
ELAINE: -Sonrió observándome.- Somos vecinas.
YO: ¿Qué?- Dije analizando sus palabras. Ella sólo señaló la casa de al lado sin ocultar su blanca dentadura. Frente a la casa, había mucho movimiento. Se veía personal bajando muebles finos e introduciéndolos en la casa.
ELAINE: Bueno, es genial conocerte, ya tendré quien me lleve a la universidad.- Sonrió divertida y bajó del coche casi corriendo.
Entré a mi casa dando un pequeño portazo, me sentía ansiosa, esa chica volvía loca mis nervios, y no en el mejor de los sentidos. Pensé seriamente en pedir un cambio de pareja, pero sería algo duro siendo la nueva del grupo. Comí. Me encontraba en mi habitación, sentada justo en la orilla de mi cama mirando la ventana que daba a la calle. El cielo se veía despejado. Me levanté y di unos pasos hacia enfrente, recargándome en el marco de la ventana y mirando hacia la calle, todo estaba completamente solitario. Se veía tan pacífico, hasta que un coche rompió la calma. Pasó a gran velocidad tratando de frenar. Tuvo que echarse de reversa con cuidado, dejando el coche estacionado frente a la camioneta de mudanzas.
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Running From Myself.
Casuale¿Alguna vez has imaginado lo que sería el querer escapar de tu propio destino? Sí, de esas decisiones que tomaste y que ahora darías lo que fuera por volver el tiempo atrás y evitar hacerlo, el querer construir otro futuro, y como si fuera poco, enc...