ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ sɪᴇᴛᴇ.
Hermosos chico.
No era normal para Jungkook recibir atención, de hecho desde que llegó a Seúl jamás había sido visto como persona de destaque, claro, además de presa para las burlas.¡Pero sorpresa!
Estar con Park JiMin, Kim SeokJin y Kim TaeHyung era significado de que cada diez centímetros habrían personas mirándote. Algunas con alegría y saludando, otros pasando de largo, algunos hablando mal o murmurando que JiMin se había hecho cirugía de glúteos.
De todo un poco, pero también estaba ese pequeña grupito que acostumbraba a molestarlo y dentro de ese grupito, una mujer ardía en celos al ver como TaeHyung traía de los hombros al menor.
Cabe recalcar que JungKook lo que más quería era separarse, pero TaeHyung no se lo dejaba para nada fácil.
Al fin llegaron a su respectivos salones y pudo sacarse a ese hyung de encima.
No es que no le agrade, todo lo contarío, la caía muy bien y ese era el problema.
JungKook era conocedor de la fama que se gastaba TaeHyung y ese era el problema. Él era una persona amable, linda, para algunos tierno, pero siempre hay algo malo, una parte que teme por su bien. Esa parte desconfiada, suspicaz y hasta se podría decir que receloso consigo mismo.
Aunque ¿Cómo no serlo? si desde que llegó al instituto lo molestaban sin parar, sin una razón, sin una lógica a tantas burlas.
Suspiro, y la clase dio comienzo, temió mucho por sus notas cuando lo único que podía pensar era en el fino y perfecto rostro del mayor.
No le dio gran importancia, TaeHyung era una persona muy atractiva y el ser feo no implicaba estar ciego, decir que no podía mirar más allá de las asquerosas pero atractivas personas que se había encontrado. Kim TaeHyung no tenía el título de príncipe por nada, era muy muy hermoso.
—¿Sabes? Sacarme una foto sería más fácil, Kookie. —salió de sus pensamientos y casi se va para atrás con silla y todo al notar a TaeHyung tan, pero tan cerca.
Demasiado.
Se acomodó de mejor forma sus lentes, sin ellos le era borroso todo el panorama. Pero Kim quería hacer las cosas difíciles y se acercó, mucho, excesivamente al rostro de JungKook.
¿Quería ponerlo nervioso? Definitivamente lo había logrado.
—Hy-Hyung —Sus mejillas ardían por la cercanía, llegaban apenas una semana como amigos y el mayor lo único que hacía era alinear sus rostros de esa muy rara e innecesaria forma hacia él—. ¿Po-Podrí- —dejó la pregunta de lado.
Puesto que TaeHyung había tomado entre sus dedos un mechón de su castaño cabello, jugando con el, e incluso sonriendo al tocarlo.
¿Qué acaso no lo veía con asco?
—¿No puedes ver sin ellos? —preguntó alejándose del rostro rojito de JungKook, el cual casi al momento comenzó a respirar como se debía.
TaeHyung desconoce la fuerza de voluntad que tuvo el más joven para no apartarlo de un empujón. También dejó de lado tanta tortura mental y desecho aquellos pensamientos.
—¿Ah? Bueno, puedo, borroso, pero puedo.
—¿De verdad? Probemos qué tal es tu vista. —Y con una sonrisa saco delicadamente los lentes negros.
JungKook inmediatamente entrecerró sus ojitos. Ahora Tae se veía nublado, borroso y había notado que no podía ver ni un sólo granito de su cara. TaeHyung carcajeo con ternura al verlo de esa manera.
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Eres mi apuesta [[Taekook]]
FanfictionDonde Taehyung tiene una apuesta, y esa apuesta es enamorar al cerdito de la escuela. Jeon Jungkook es un chico gordito de lentes gruesos, acné en su rostro y viste con grandes suéteres. ¿Quién es él? ━ Eres mi apuesta. ━ monólogo internamente Tae...