4. BASEBALL Y CERVEZAS

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Estaba estacionado frente a la florería esperando a que Yoora terminara de decidirse por que flores debía usar para su ceremonia religiosa.
Llevaba casi una hora tratando de decidir entre diferentes flores y tonalidades que había decidido esperar en la camioneta.
Por que estaba yo soportando esto, no debería ser el novio quien esté aquí eligiendo unas malditas plantas que se marchitarán en tres días.

Cuando salimos de ahí conduje hasta una cafetería, estaba hambriento y mi hermana debía pagarme por estar casi dos horas ahí. Casi sentía el trasero palpitante por estar tanto tiempo sentado.

-Me alegra que le dieras una oportunidad a Baekboom, el es justo lo que siempre quise y me hace feliz, no debes preocuparte por ello.-

-No lo hago, realmente te ves feliz. Y eso hace feliz a papá y mamá.-

-¿Y a tí? Te sientes feliz por mi? No quiero obligarte a aceptar a otra persona en la familia pero va ser mi esposo y su familia se convertirá en la nuestra. Mis suegros son personas muy amables y me han tratado bien, al menos podrías quitar tu cara de desagrado cuando nos visiten.-

-No pongo esa cara es solo que, no lo sé. Supongo que es raro verte con alguien que cuide de tí como papá y yo lo hacíamos.-

-Yeollie, tu y papá siempre serán los primeros en mi vida. Pero Boom será mi esposo. Y espero que puedas acercarte a él y conocerlo, te va agradad una vez que le des la oportunidad.-

-Lo haré, pero solo por que tu me lo pides.-

-Tambien deberías acercarte a Baekhyun, es muy tímido aveces pero cuando entra en confianza es bastante agradable, además tiene tu edad, será fácil para ustedes hacerse amigos. Es más, lo invitaré a que venga con nosotros al partido de papá.-

Mi padre era un aficionado del baseball y solía jugar con un grupo de amigos. La temporada iba iniciando y tenían un juego amistoso con otro equipo local.
Por desgracia el término amistoso estaba mal empleado pues todos sabían como los Park nos tomábamos esto de los juegos, supongo que la competitividad la heredé de papá. Para mi padre si no ganaban entonces tendríamos que vestir de negro como por una semana y guardarle luto a su orgullo competitivo.

Los Park no aceptamos derrotas ni nos damos por vencidos, simplemente atacamos justo al cuello y tiramos a matar pero al final siempre ganamos. Y no solo en la cancha o en un partido, tampoco en los videojuegos ni juegos de mesa, también en la vida. Por eso estaba seguro que si seguía acercandome a Baekhyun iba a terminar jodido.

El día del juego llegó, gracias al cielo había hecho buen clima y no había nevado en varios días por lo que pudimos remplazar los abrigos pesados por sueters más ligeros.

Ahí estábamos todos los Park con nuestros uniformes y carteles de apoyo. El vestirnos así para apoyar a papá era casi una tradición de la familia y para ahora nuestro nuevo integrante de la familia estaba acompañándonos mientras vestía de los mismo colores y traía pintada la cara con el logo del equipo de papá.
Verlo así me hizo darme cuenta de cuánto quiere a mi hermana. Escucharlo gritar e intentar hacer una porra fue bastante gracioso, a decir verdad me estaba divirtiendo bastante. Pero todo el ambiente divertido se esfumó cuando vi al pequeño pelimiel aparecer en ma escena.

Usaba un Jersey de los Yankees de Nueva York color blanco con una camisa de manga larga pegada al cuerpo en color azul marino, debajo llevaba un pantalón bastabte ajustado que resaltaba sus caderas ligeramente curvadas y tenis deportivos negros. Traía una gorra del mismo color que su calzado y unos lentes oscuros que le daban ese toque chic y sexy. La piel de su cuello estaba más expuesta con ese tipo de prenda y pude ver que era tan blanca como sus manos y su cara. Una vez más estaba alerta y tenso, me moría de ganas de poder rosar sus labios como en aquella ocasión. Pero esta vez quería tocar su piel, quería poder sentir la suavidad de sus mejillas y su cuello bajo las yemas de mis dedos. Seguía imaginando la delicia de ese toque cuando la voz de mi futuro cuñado me sacó del transe en el que me encontraba.

Cuando Nadie Ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora