10. AMOR ES AMOR

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Cuando escuche su voz me puse de pie corriendo a toda velocidad hacia el mirador de la playa, con mis pulmones casi saliéndose de mi cuerpo y con todas las fuerzas que no sabía que tenía llegue hasta ahí, en el tiempo más corto que mis pequeñas piernas me permitieron.

Estaba tan asustado que podía escuchar los latidos de mi corazón en mis oídos, pero no podía darme el lujo de temer una vez más.
Seque el sudor frío de mis manos en mis pantalones y traté de sacudirme toda la arena, ahora que lo pensaba estaba vestido con unos pantalones flojos y una camisa demasiado grande para mi cuerpo que lo cubría casi hasta las rodillas, no estaba preparado y no me veía presentable, pero eso pasaba a segundo plano cuando sabía que después de mucho tiempo lo tendría frente a mí.

Las olas seguían golpeando fuertemente contra las rocas de las escolleras, iban y venían tan descontroladas como mis propios latidos, pero cuando comenzaron a calmarse tuve la sensación de querer desmayarme y vomitar al mismo tiempo.

-Baekhyun.-

Ahí estaba esa gruesa voz que ya había olvidado todas las sensaciones que podía causar en mi tan solo con decir mi nombre.

Apreté los párpados fuertemente un par de veces como si esa simple acción pudiera indicarme que no estaba soñando, me giré hacia mi espalda muy lentamente para encontrarme con un guapo chico de cabello rubio cenizo con una gorra negra sobre ellos y en su cuerpo en un elegante saco a cuadros color marrón y unos vaqueros entubados. Mis ojos viajaron de su cabeza a su pies y de regreso, como si mi mente tuviera que convencerse de que la imagen que mis ojos habían visto era real.

Mi mirada cayó en sus manos y llevaba un pequeño ramo de flores en tonalidades blancas a lilas amarradas por un listón de un tono más fuerte.

-¿Chanyeol?-

Mi voz sonó unas octavas más bajo de lo normal, pero por suerte ni había tartamudeado.
Hacia tantos días que no había tenido que usar mi voz para nada que volverme escuchar fue para mi un poco raro.
Lo vi sonreír como un idiota, lo vi dedicarme esa sonrisa tan cálida que me hacía olvidarme de todas mis penas.
Su mirada brillante y sus ojitos bien abiertos que me permitían verme reflejado en ellos.

Sin darme cuenta mis ojos se volvieron medias lunas y mi campo de visión se humedeció por el inconsciente llanto.
Sus ojos cambiaron de felices que preocupados y lo vi correr hacia mí con sus largas piernas, en un tonto impulso mis pies imitaron los suyos y las sal de mis lágrimas se mezcló con la sal de la brisa de mar. Sus brazos se abrieron de par en par como si fueran alas de ángel que esperaban por mi, mi cuerpo se hizo más pequeño y me lancé completamente al vacío una vez más por volver a sentir esa cálida sensación inundandome, consumiéndome.
Sus brazos cerrándose alrededor de mi cuerpo, los latidos de mi corazón casi saliéndose por mi boca comenzaban a calmarse al sentir los suyos, pronto el sonido se sincronizó y pudimos  arrullarnos como un par de niños en el pecho de su madre.

Por la fuerza con la que recibí su cuerpo el ramo de flores cayó al suelo siendo arrastrado por el viento hasta la orilla de la playa y con cada ola se fue adentrando más y más al mar.

Por la fuerza con la que recibí su cuerpo el ramo de flores cayó al suelo siendo arrastrado por el viento hasta la orilla de la playa y con cada ola se fue adentrando más y más al mar

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