Capítulo 2

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Sintió como le quitaban su cobertor y el frío se apoderaba de su cuerpo, gritó en un quejido y abrió los ojos para encontrarse con Seunghun, el chico de cabello rubio lo miraba con el ceño fruncido.

—¿Eres sordo? —le preguntó enojado— ya son las 5:30, será mejor que te alistes rápido, hay trabajo —terminó tirando la manta al suelo y saliendo de la habitación.

Jinyoung no entendía nada, ¿qué era todo esto? Miró la ventana y aún no entraba ni la luz del sol. Intentó buscar la manta en el suelo a tiendas pero enseguida notó que toda la casa estaba despierta. Ruido de zapatos, golpeteos en las puertas, las duchas abiertas y el televisor abajo prendido a todo volumen.

Se paró lentamente para ver todo ese circo en esa casa a las 5:30 de la mañana. Cuando llegó a la puerta vió a uno de los chicos que se acercaba a su puerta.

—Hola —lo saludo entregándole ropa— mi nombre es Kuanlin —se presentó— y te recomiendo que hagas todo lo que dice Seunghun hyung, un hyung enojado contigo es un hyung enojado con todos, así qué espero que muestres tu mejor desempeño hoy —le sonrió hipócritamente— cabeza de centavo.

Jinyoung abrió los ojos ante ese último comentario pero el chico se fue enseguida. Cerró la puerta y miró la ropa, era solo un jean común y un par de botas de agua para trabajar.

Se vistió y bajó para encontrar otro caos en la cocina. Vió a Yonghee que le sonrió desde un lado y lo llamó, por alguna razón se sentía más tranquilo con Yonghee que con los otros, sobretodo si eran así como Kuanlin y Seunghun...

Todos se servían distintas cosas en sus platos y comían como bestias, toda la comida se veía asquerosa o grasosa y si su estómago no pidiera algo a gritos, Jinyoung ya hubiera vomitado.

—Será mejor que comas algo, no podrás hacerlo hasta el almuerzo —le advirtió mientras se servía algo que parecía lo peor del menú— si no ganas peso perderás fuerza y sin la fuerza... Bueno, será duro.

Yonghee sonrió antes de irse y sentarse en algún lugar de la mesa. Jinyoung inspeccionó la comida y seleccionó lo que menos horrible se veía. No tuvo suerte y eso estaba asqueroso. Sin embargo, tal vez afortunadamente, no tuvo tiempo de terminar porque antes de darse cuenta ya todos estaban saliendo.

—Debes comer rápido si quieres terminar todo —le dijo desde atrás Seunghun asustandolo —vamos.

Así fue como llevaron a Jinyoung a una zona de herramientas donde le dieron guantes y un cinturón de muchos usos y ya se dirigieron a los establos.

Entrar a ese lugar era... Asfixiante podría decir Jinyoung. Olía a estiércol, obviamente, y a campo. Todos los chicos estaban haciendo distintas tareas y había heno por todos lados.

Pero lo más impresionante de todo era la basta cantidad de caballos, de todos los colores y tamaños, eran animales inmensos, majestuosos. Jinyoung miraba asombrado el establo recordando que le habían mencionado que era sólo uno de muchos más que tenía el centro.

—Esta es tu primera tarea —comenzó Seunghun— escucha con atención, no la puedes arruinar —advirtió— ¿ves ese heno allá?

Jinyoung miró el punto señalado, una gran barrera de heno se encontraba allí.

—Sí.

—Bueno, cada uno de los caballos tiene su comedero, pon un poco en cada uno —dijo haciendo una rápida demostración— y listo. Cuando termines me vas a buscar.

—¿Todos? tardaré horas —se quejó viendo la cantidad de caballos.

—Bueno, tienes todo el día —le aseguró con una sonrisa irónica antes de darle golpecitos en el hombro y retirarse.

Aprende del trabajo duro | BAEHUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora