Capítulo 4

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Jinyoung estaba en la comisaría. Parpadeó varias veces completamente intoxicado, su novio lo miró a su lado con los ojos rojos. Jinyoung intentó tomar su mano pero este la retiró enseguida.

—No puedo creer que no me dijeras que era menor de edad —dijo con rabia.

—Tampoco lo sabía… —mintió.

—¡Jinyoung, ese niño es el hijo del ministro! —le gritó.

—¡Haz silenció! —le respondió.

—¡No me callo nada! Jinyoung, te metiste en un problema más grande que tu dinero.

Jinyoung lo miró asustado. Quería despertar, quería que ese malviaje se terminara de una vez por todas. No creyó que esa bobada se saliera de control. Ese niño era divertido pero tomó tanto que terminó desmayado y en una ambulancia, ahora los que le ofrecieron el alcohol y las marihuana estaban en comisaría.

—¿Cómo vamos a salir de esto? —se preguntaba su novio una y otra vez en un mantra.

«¿Cómo iban a salir de eso?»

Jinyoung saltó de la cama repleto de sudor, respiraba agitado en su diminuta cama. Intentó calmarse pero el recuerdo era tan fuerte que tuvo que pararse. Fue al baño y se lavó la cara para luego mirarse al espejo. Su reflejo le recordaba sus ojos esa noche, completamente rojos por la intoxicación de su cuerpo.

Necesitaba fumar, tanto, necesitaba llamar a su novio y preguntarle si aún lo amaba, si aún eran novios, si aún pensaba en él.

El reloj marcaba las 4:30 de la mañana, pronto tendría que empezar a trabajar, tenía que calmarse antes de eso. Salió de la casa en silencio y se dirigió al establo buscando a su pequeño caballo.

Gordis en las últimas semanas se había vuelto un apoyo para Jinyoung ya que era el único con el que hablaba, era muy buen psicólogo.

Cuando entró el pequeño caballo, al igual que todos ya que los caballos no dormían mucho, se encontraba despierto. Jinyoung se acercó a acariciarlo suavemente y el pequeño se dejó como siempre, sin hacer nada. Jinyoung solo se sentó a su lado y continuó acariciándolo y dándole un poco de avena.

—Ojalá pudiera escapar de aquí —le comentó al poni— si fueras un caballo normal correriamos fuera de aquí juntos.

—Es un caballo normal, solo es un poni —dijo una voz atrás suyo que lo hizo gritar del susto.

Seunghun se rió al ver esto. Jinyoung miró al chico en cuestión y este se encontraba regresando con uno de los caballos, aparentemente su favorito, Ace, el que siempre usaba.

—¡Casi me matas del susto! —le gritó.

—Que lástima —dijo quitándole la silla a Ace— pensé que esta vez lo lograría. Hierba mala nunca muere.

—Que lástima —susurró en respuesta y volviendo a mirar a Gordis.

—Con esa actitud vas a deprimir al caballito de terapia —le comentó mientras ponía a Ace en su lugar en el establo.

—¿Qué haces despierto a esta hora?

—Te puedo preguntar lo mismo...

—Tuve una pesadilla —dijo simplemente.

—¿Y vienes a estresar al poni contándole?

—Es un poni de terapia... —le respondió frunciendo el ceño.

—Para niños con problemas de motricidad, no es un atrapasueños.

Jinyoung solo acarició al poni sin responder más, quería volver con alguna respuesta hiriente o sarcástica, pero nada más el día de ayer había tenido que limpiar todos los baños de la casa por haberle levantado la voz a Seunghun. Más tarde Hyunsuk cortó el agua mientras se duchaba porque "¿Otra vez enojas a hyung, cabeza de centavo?". No quería más problemas.

Aprende del trabajo duro | BAEHUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora