Cuatro años después...
Estaba con mis ahora dos hermanos pequeños en nuestro nuevo hogar, era una pequeña cabaña algo alejada del pueblo pero muy cerca de un río, la había encontrado hace tres años cuando estaba cazando y enseguida me encantó, los chicos se emocionaron mucho con la idea de vivir en una casa y no en una cueva, solo teníamos que reabastecerla de alimentos, un poco de limpieza y que quedo hermosa.
Con respecto a los lobos, no los he sentido cerca de nosotros desde la última vez, así que estoy un poco intranquila, porque si no vez donde está tu enemigo no podrás predecir sus movimientos.
- Agatha, tengo mucha hambre, ¿qué hay de comer?- gruñó Abdel
- Creo que hay algunas frutas en la canasta que esta en el mesón.
- ¿Que haremos hoy para cenar?
- Iré a cazar algún animal y haré una deliciosa sopa, ¿qué les parece?- le respondí a Volker
Él asintió en aprobación.
Cuando estaba por irme sentí a los licántropos demasiado cerca como para reaccionar a tiempo.
Lo único que escuché fue un aullido y la puerta siendo destrozada.
- Con que aquí era donde te escondías demonio- dijo el alfa con una voz muy molesta e irritada- sabes todo lo que me costó encontrarte y a demás de poder acercarme lo suficiente para evitar que huyeras como una rata.
- Tuviste mucha suerte para encontrarme- intenté mantener mi expresión tranquila pero se que él olía perfectamente mi miedo, pero no era miedo por mi sino por mis hermanos.
- El fin justifica los medios, ahora basta de tanta charla, a lo que vine, me debes algo y tu sabes perfectamente lo que es.
- Yo solo me defendí, el era un licántropo muy grande e intentó matarme, no tuve opción- intente explicar.
- ¡Hay Agatha!, crees que eso me interesa, mataste a mi primogénito y ahora la estúpida de mi hija ascenderá al puesto de alfa, bueno, hasta que se la prometa en matrimonio a algún lobo lo suficientemente fuerte para ser el próximo alfa.- el machismo lo expulsaba hasta por los poros, pero que podía esperar de un viejo licántropo los seres más machistas, agresivos y posesivos que jamás hayan existido.
Mientras el seguía hablando idioteces, en mi mente estaba controlando a algunos lobos con mi poder de la hipnosis para que nos ayudaran a escapar.
Así que de repente el absurdo discurso de ese hombre fue interrumpido por tres lobos que habían entrado a retenerlo, mientras yo tomaba a mis hermanos como siempre a Volker en la espalda por ser un poco más grande y a Abdel adelante para que se acomodará mejor mientras yo corría a toda velocidad, con algunos lobos detrás de nosotros.
Solo que en ese momento decidí que estaba cansada de escapar así que dejé a mis hermanos en una cueva y regresé con el alfa.
- Así que regresaste cobarde.
- Regresé, pero para acabar contigo. - susurre
- Ya lo veremos- dijo con altanería, algunos de sus hombres estaban haciendo una especie de círculo a nuestro alrededor.
Como era de esperarse el dio el primer golpe, pero logré esquivarlo solo por unos milímetros, no tuve mucha suerte con el rodillazo que me dio en el estómago y el codazo en la espalda que le siguió. Estaba tendida en el suelo, pero en cuanto se alejó un poco autoproclamandose victorioso me levanté como si nada y me abalanze a su espalda subiendo por sus hombros hasta que con mis dos manos le agarré la cabeza.
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La lujuria de la reina
Vampire- ¿Porqué siete?- Pregunto Viktor. - Por que es el número de la perfección, y para mí ustedes son perfectos- respondí con tranquilidad bebiendo una taza de café irlandés.