Narra Cayden:
La luz del día hizo que despertará, me encontraba al lado de ella, podía observar su cuerpo desnudo cubierto con la blanca sabana dejando solo ver su perfecta espalda, con sus lunares adornando su pálida piel.
No podía estar mucho rato a su lado, ya que tenía que salir a cazar para calmar un poco el hambre, intenté levantarme sin despertarla, puse mi camisa acompañada con los pantalones y salí de la habitación.
-Buena noche, ¿no? - Mel me lanzó una mirada perversa mientras alzaba una ceja-
-Y que lo digas- Dije sin reparo, una sonrisa de triunfador se marco en mi rostro, ella me dio un leve codazo mientras reía-
Cada mañana muy temprano íbamos a reponer fuerzas, me encontraba como nuevo, con mucha energía y por primera vez en mi vida, feliz, con Dafne a mi lado podía olvidarme de mis demonios y continuos pensamientos.
Saltemos de la ventana-balcón que teníamos en el salón donde daba directamente con el espeso bosque, Mel entro en fase al tocar suelo, era una gigante loba blanca con sus naturales ojos zafiros, en cambio yo, tuve demasiada adrenalina que entre en fase en pleno salto, era complicado hacer algo así, lo hice sin reparo alguno, al mismo tiempo Mel y yo eramos muy distintos en cuanto a la transformación, a mi se me podía ver que era más grande de altura y contextura, mi pelaje era negro como el carbón, en cambio, mi cicatriz se podía ver a distancia, ya que era una gran parte de mi lomo.
Mel me miro muy asombrada por aquella transformación en pleno aire, daba algunos brincos y lamió mi oreja, sacudí mi cabeza al notar aquello, de un momento a otro, nos esfumemos como el viento, eramos muy rápidos los dos, mientras cazaba no podía parar de pensar en ella, caí en que la dejamos en casa sin protección alguna, pero intenté calmarme ante la mirada de tranquilidad de mi hermana.
Siempre íbamos juntos, pero esta vez ella se fue algo más lejos, yo me quede observando el lugar desde arriba de un precipicio, me puse alerta cuando olfatee un aroma familiar pero peligroso a la vez.
-Están aquí, ¡corre!, ¡tenemos que irnos a casa! - sonó la voz de Melanie en mi cabeza, no podía ser verdad-
-¡Dafne! - corrí más rápido, dado a la preocupación que llevaba encima-
La manada se dio cuenta de donde estaba Dafne, mi corazón se aceleraba a cada pisada que daba, no me importaba el cansancio, solo quería que estuviera a salvo, por otro lado, mis pensamientos se inundaron de culpa al dejarla sola tan indefensa.
Llegamos a casa, volví a mi forma humana en cuestión de segundos, entré rápidamente gritando su nombre por todos lados.
-¿Que quieres...?¿Por que tanto grito? - Apareció Dafne restregándose los ojos y bostezando, en cambio yo corrí abrazarle-
- Saben que estás aquí, esto ya no es seguro para ti, mientras...tendremos que hacer varias guardias... - Mel indico con una mirada entristecedora, sabíamos los dos que volveríamos a pasar aquello-
Narra Dafne:
Desesperación, tristeza, temor, rabia, muerte... Todo me vino de repente a la mente, no era capaz de recapacitar toda la información que me estaban ofreciendo, estaba aterrada.
Quería tiempo, espacio para poder encontrar mi talento, mi verdadera forma, no me lo dieron... Estuve mirando a todos lados y a la misma vez a ninguno, solo notaba los brazos de Cayden abrazándome, me sentía protegida pero no.
Odiaba ser la chica a la que deben proteger, quiero luchar por mi misma... Quiero y debo prepararme para esto... Pero no logro encontrar nada... Mi cabeza iba a estallar.
ESTÁS LEYENDO
Wicce
WerewolfEn la actualidad se conserva la mentalidad fría, cobarde e inmadura, de no ver más allá de lo que el mundo nos ofrece, de temer a lo desconocido, desconfiar y no razonar. Wicce, es una novela donde te introduce en un mundo lleno de posibilidades, si...