Wicce

Capítulo IX

Note una respiración cerca de mi oído, un escalofrío recorrió mi cuerpo, no quería girarme pero no me hizo falta, sus grandes manos atraparon mi boca impidiendo así pedir ayuda.

Cayden y Melanie seguían fuera, no se dieron cuenta de todo lo que estaba ocurriendo, de un momento a otro mi visión se emborronaba, hasta que me desmaye en los brazos de este.

Pude escuchar un murmulló...

-Muy bien Dafne, vamos a comprobar si el perrito va hacía su hueso.

No podía moverme, solo escuchar y no entendía muy bien las palabras, todo eran ruidos, gruñidos, cosas rompiendose contra el suelo, me dio a entender que estaban ellos cerca o ya se dieron cuenta.

...

Cada parte tenía su final, su etapa, su transición, todo muere, lo que nace termina, como una flor cuando crece, toda hermosa pero luego marchita dejando su luz desvanecerse por todo aquello.

Notaba que era mi final, no veía ninguna luz, todo era oscuro, la esperanza no hallaba en mi interior.

Al fin, después de unas cuantas horas, un olor a putrefacción alcanzo mis fosas nasales, respondí al estímulo arrugando esta y achinando los ojos, los abrí.

El suelo era pegajoso, de un color característico a la falta de limpieza, unos cuantos huesos adornaban aquella diminuta habitación, me agobiaba el echo de saber que estaba encerrada y me habían capturado. 

Jared.

Su nombre resonaba por mi mente, me levante apoyando mi mano a una pared cercana, acerque mi cuerpo a los barrotes suspirando, di un golpe de rabia.

Escuche el tintineo de unas cadenas en una celda, esta se encontraba a mi derecha pero no podía saber con exactitud cual, ya que solo se veía oscuridad ante tal estrecho pasillo, no le di mucha importancia, al menos podía estar segura que no estaba sola en aquel lugar.

Un hombre de gran estatura, corpulento, musculoso bajo por las diminutas escaleras que se encontraban a la izquierda de mi celda, pude ver sus rasgos definidos en su rostro, cejas pobladas acompañados de unos ojos color rubí, me eché hacía atrás.

-Con que aquí tengo el juguete de Cayden, ¿no es así? - me examinó de arriba abajo, hizo una mueca acompañada de una sonrisa burlona- No es para tanto, no entiendo como puede fijarse en ti.

-No hables de Cayden, no sabes una mierda de él y de lo que siente - musite enfadada, alcé mis manos de nuevo a los barrotes de esta haciendo sonar-

-Ay...Dafne, Dafne - puso su mano a través de estos acariciando mi mejilla- se puede oler a kilómetros lo diferente y fuerte que eres, por eso mismo debemos acabar con tu especie -mordí su dedo al dirigirse hacía mis labios, este acto seguido pego mi rostro dejando marca en el- No vuelvas hacer eso, o será peor tu castigo, quiero decir, tu muerte -río yéndose por donde vino-

-Gilipollas...  - alcance a decir en modo susurro cuando esté se esfumo, toque mi rostro, picaba, tenía fuerza, debía encontrar la manera de superarle. Pero no sabía como hacerlo, todavía.

...

Narra Jared:

-Mierda- di un golpe contra la pared de este edificio al salir de allí, este muro se derrumbó un poco, mire mi dedo, me había mordido bien, suspiré, sabía que me quedaría marca, acto seguido fui a curarme- Me las va a pagar, esa zorra no debe durar mucho.

Después de vendar mi dedo indice, reuní a toda la manada.

-Como sabéis pude capturar a la última criatura que podría exterminar nuestra especie- mi voz se alzó, anduve hasta una piedra alta mirando así a todos sonriente y victorioso- esta noche podremos divertirnos- se escucharon aplausos, aullidos celebrando ese momento- pero, ¡esperad! - todos se quedaron en silencio escuchando sus instrucciones- no debemos bajar la guardia, vendrán a rescatarla, a ella y a su querida madre - inundaba la tensión en el ambiente- por lo que he podido averiguar son nuestros queridos traidores, Cayden y Melanie, con ella hacer lo que queráis, pero el chico es mío, quiero divertirme con él un rato - no pude contener mi risa bajando de la gran y alta piedra, el comunicado había sido finalizado.-