· Entre Colegas ·
Llegamos a la nueva casa de Guzman lo subimos a su habitación y lo recostamos sobre la cama, comenzamos a desvestirlo para que pudiera dormir.
— No te empalmes ¿eh? — bromeaba Guzman.
— ¡Venga Ayúdame! — decía a Guzman pero estaba como un costal de papas.
— ¡Cuidado que me voy a empalmar yo al final... — seguía diciendo gilipolleces Guzman.
— A ver... — decía mientras le quitaba la playera y Polo los vaqueros.
— Así... muy bien ¡Ay mis amigos! mis amigos... — deliraba Guzman
— Cógele los brazos — ordené a Polo y pudimos sentar a Guzman en su cama — A ver... aquí.
— Gracias ¡Dios mio!
— ¿Qué? ¿nos vamos? — preguntó Polo.
— Sí — le respondí a este.
— No, no os vayáis — dijo Guzman — dormid conmigo aquí un rato como antes ¿os acordáis?
— ¿Cabemos en la cama? — pregunté viendo a Polo.
— Si ¿No? — dijo y comenzó a desnudarse.
Imite su acto ¿que estaba haciendo, joder?
— Esto es raro de cojones.
— ¿por qué? como si no hubiéramos dormido mas veces juntos, Ander.
— Ya, pero ni tu ni yo nos habíamos enrollado con tíos.
— Ander... ¿te ha puesto Guzman alguna vez? — preguntó Polo.
— ¿Qué dices? ¿y a ti? — pregunté bastante intrigado.
— ¿A mí? — preguntó sorprendido — No, nada nada, nunca asco... ¿Y yo? — preguntó pícaro.
— Tsss.. — fue lo único que salió de mi boca junto a una sonrisa.
— ¿Te he puesto yo alguna vez? venga.. creo que un poquito si... no estoy nada mal mira mi cuerpecito — me decía Polo coqueto.
— Ya te gustaría... échate pa' allá, anda — dije acostándome a su lado.
— ¡Joder! hacia mucho tiempo que no dormía acompañado, se agradece el calorcito, el contacto— decía Polo y comenzaba a acariciarme y yo cada vez me ponía más nervioso.
— Ten cuidado con el contacto — advertí a mi amigo.
— ¿Por qué? ¿Te pone nervioso o qué? ¿O te pones cachondo? porque yo a lo tonto me estoy empalmando un poco.
— ¡No me jodas!
— Mira... — dijo mostrándome su miembro erecto.
— Tápate, carbón — dije pero la sonrisa no se me borraba de la cara.