A Fate Worse Than Death ♤ Andreil {TRADUCCIÓN}

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Andrew suspira cuando sale y nota los florecientes heléborus, rosas, bayas de saúco, lirios y alcatraces — todo en tonos oscuros de púrpura llegando casi al negro — por todos los muros de su castillo, en los terrenos que rodean el edificio de piedra gris oscura y las pálidas tierras alrededor que se extienden hasta llegar al río Lethe.

Teniendo una idea de la causa del repentido florecimiento de la flora, se dirige hacia el río donde encuentra a Cerberus dando vueltas con cierto dios joven sentado con los pies colgando en el río Lethe.

Ninguno de los dos se suponía que debían estar ahí.

"¿Qué te dije sobre invadir mi reino y corromper a mi perro guardián?"

Neil dio un elegante encogimiento de hombros mientras continuaba acariciando las muchas orejas de Cerberus, mientras el traidor sacaba las tres lenguas y rodaba para exponer su barriga.

"¿Qué no me importa?" Para añadir más insulto a la herida, Neil le da una sonrisa brillante a Andrew.

Andrew... Andrew no estaba acostumbrado a esto. No estaba acostumbrado a visitantes, a personas que voluntariamente venían al inframundo. Estaba acostumbrado a ser el menos popular de los dioses porque, en realidad, ¿a quién le gustaba todo lo asociado con la muerte? La gente se sentía atraída hacia todo lo relacionado con la vida, a la guerra, al sol y la profecía, a la sanación y la tierra, y tierra y rayos y el mar.

La gente quería ser consolada, saber que la vida continuaría, que ganarían y serían victoriosos y que tendrían algún tipo de legado.

Andrew solo quería hacer su maldito trabajo y que lo dejaran solo. Así que por supuesto, tenía el hijo de Mary, la diosa de la tierra y del hogar, invadiendo su reino para cultivar flores por capricho y convirtiendo a su feroz perro guardián en un cachorro gigante.

Un muy atractivo dios de la primavera que le sonreía y no se iba.

Andrew necesitaba dejar de pensar en esas cosas y solo pensar en los muertos.

"Debería de importarte," insistió. "También deberías dejar de venir aquí."

La sonrisa de Neil vaciló mientras enfocaba su mirada en el centro de la cabeza de Cerberus.

"Pero es tan tranquilo aquí, tan pacífico. Estoy cansado de escuchar a mi madre gritarle a mi padre, de escuchar de su último consejero sobre cómo debería aceptar el contrato de matrimonio que me ha establecido." Se estremeció al pronunciar esas palabras. "Estoy cansado de esconderme en uno de sus jardines. Me gusta estar aquí contigo y con Cerberus." Le dio a Andrew una mirada suplicante. "No me hagas irme."

Era claro que Neil era el hijo de la guerra porque no peleaba justo.

Andrew lo miró con lo que esperaba ninguna emoción mientras luchaba por ocultar lo que sentía al escuchar eso.

"Conoces las reglas," fue todo lo que dijo antes de mirar hacia otro lado.

Como el hijo de dos dioses, Neil, sin duda, conocía las reglas – no podía aceptar nada de 'hospitalidad' por parte de Andrew o le debería tributo (terminar atrapado en el reino de Andrew), no podía comer ni beber nada mientras estuviera aquí. Lo que explicaba el pequeño saco a un lado de la cadera de Neil y la sonrisa agradecida en sus labios mientras continuaba reduciendo una de las criaturas más temidas de toda la creación a un montón de papilla con solo pasar los dedos por su negro y grueso pelaje.

Andrew detestaba que deseara que esos largos, delgados dedos estuvieron haciendo algo en su cuerpo.

Neil se quedó por casi dos 'días' antes de que Mary hiciera una rabieta (lo que ocasionó múltiples terremotos y cosechas fallidas) lo que lo obligó a regresar al mundo de la superficie; era un patrón que había sido repetido ya muchas veces, de Neil huyendo al reino de Andrew para que entrenaran verbalmente mientras... bueno, no sabía qué, exactamente, ya que Neil parecía despreciar a todos los pretendientes que se le presentaban, se había declarado desinteresado en hombres y en mujeres y en todo lo demás en el medio (pero seguía regresando al inframundo y a Andrew.)