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Kim Hongjoong fue un gobernante amado. Sabio y capaz, su reino prosperó como nunca antes. Había pocos impuestos, lo que mantuvo en el favor de las clases de comerciantes y de los campesinos por igual. Uso diplomacia y negociación experta para mantener el reino fuera dela guerra. No había pueblos de viudas afligidas o huérfanos hambrientos bajo su gobierno. Los soldados disfrutaban de largas visitas a sus hogares para pasar tiempo con sus familias fuera de peligro y poder ayudar con los asuntos domésticos. Su mirada te trasmitía tranquilidad, los aldeanos del pueblo solían hablar muy seguido con él y contaban los problemas que tenían para encontrar una solución. Para muchos era el mejor Rey de la historia y solían compararlo demasiado con Seonghwa, pero ninguno de ellos sabía de la existencia del otro.

Amaba a su hijo y a su esposo como a nadie en el mundo, pero la adoración y respeto que le tenía a su marido se habían esfumado cuando escuchó sobre los horribles actos de los que había sido acusado. Su amor se amargó de tal forma que cuando llegó su ejecución, sintió más ira que tristeza. Mingi lo había dejado solo para cuidar a su hijo en un mundo indiferente.

Poco tiempo después de la ejecución de Mingi, la fiebre se apoderó de su hijo, Jongho. Si su esposo hubiera estado presente, Hongjoong estaba seguro de que podría haber hecho algo. Pero, aunque hizo todo lo que pudo, llamó a los mejores médicos de Treasure y vigiló con oraciones silenciosas junto a la cama del niño. Sus esfuerzos no fueron suficientes. Después de su entierro, sintió como si no le quedara ninguna razón para seguir viviendo. Ya no había ninguna razón para seguir con sus días como había hecho antes. Comenzó a pasar casi todas las horas de vigilia junto a la tumba de su hijo. A veces despertaba en el cementerio con un inquietante lamento, a veces miraba la lápida durante horas y horas como en un trance. Se olvidaba de comer y su rostro se volvió vacío, sin ninguna expresión. Meses después decidió que era hora de pasar página y abandonar ese triste y solitario palacio, así que comenzó su nuevo reino en las viejas tierras de uno de sus mejores amigos, en Aurora, comenzaría una nueva vida.

Pero cuando llegó al Palacio, lo único que hizo fue sentarse en los pies de un Sauce que se encontraba frente a las puertas del Castillo y llorar, como hizo todas esas semanas, llorar y no hacer nada más... 

Heart of Stone | SeongjoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora