El dueño de Max

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Arrugue mi cara al oír ruido dentro de la habitación. Al abrir los ojos ví a Max tratando de abrir la puerta, pero para él eso era imposible. Se encontraba encima de ella rasgando la y dejándole marcas con sus garras.

Me levanté lentamente.

¿Qué horas es?

En la mesita, recogí mi móvil para ver la hora y eran las dos de la madrugada.

Últimamente no he podido dormir bien en ningún momento, pero Max no era una molestía, en absoluto.

¿Pero que querrá? ¿Por qué hace eso?

–¿Qué pasa Max?– y no podía creer que Max me había respondido con un pequeño aullido.

Es tan inteligente, los pastores alemanes tienen exactamente esa hermosa cualidad.

Abrí la puerta y Max salió disparado de la habitación siguiendo la numeración de los cuartos en forma ascendente.

–¡Max, espéra! ¿A dónde vas?– apenas me dió tiempo de cerrar la puerta y seguirlo tratando de no perderlo de vista. Pero él iba tan rápido que en pocos minutos se me hizo borroso en el pasillo y el hecho de acabarme de levantar no ayudaba demasiado.

Me detuve un instante para pensar dos veces si seguirlo o no. Lo decidí, agarré una bocanada de aire y tome tanto impulso para correr lo más rápido que pude detrás de él. Prometí ayudarlo a encontrar a su dueño y lo voy a cumplir, ahora solo tengo que protegerlo mientras eso pasa.

Había corrido durante algunos minutos pero mis pies ya no paraban, si yo hubiera querido ya lo hubiera hecho, pero literalmente ellos lo estaban haciendo solos.

Todavía no me sentía del todo cansada, pero ya había estado un tiempo corriendo, eso me agobiaba un poco, dejé de pensar en todo eso cuando Max entró a un cuarto. Y ahí fue cuando mis pies se detuvieron en seco.

¿Que hace?

En serio espero que Max no vaya a molestar a la persona que esté ahí dentro.

Así que trote hacia el marco de la puerta y ahí estaban.

Max lamiendo la mano de él y él con la otra acariciando su cabeza.

Cayden

Para mí su silueta era irreconocible y ni sabía por qué.

–buen chico– dijo acariciando a Max.

Entré lentamente para pedir disculpas.

–Disculpa, no quería molestar– dije rascandome el cuello.

–no me molesta– dijo sin ningún tono de voz en él. No le podía ver del todo la cara, ya que había muy poca luz, aún así era como si la luz tuviera la intención de iluminar solo su cuerpo y él no tenía nada más que un boxer negro.

Wow, la creación ha sido muy generoso con él.

No, concéntrate Jade, nunca te has dejado llevar por eso y hoy no será el momento. A lo que vienes.

Era mejor que me fuera lo más pronto posible de aquí.

Esta habitación no me traía los recuerdos más bonitos.

–¡Max ven, es muy tarde para que andes lanzandote a las personas!– hice una mueca con las manos para que viniera. Pero no me hizo caso.

Max dejó de lamer su mano, Cayden sacó algo de su bolsillo y se lo mostró a Max.

Max comenzó a mover la cola de forma incontrolable.–sentado– indicó Cayden.

Y Max simplemente lo hizo. Le obedecio tan fácil como si tuvieran tiempo de práctica.

A S H E R ✓ [ The Circle.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora