Su vida tomo otro rumbo en un simple pestañeo;
tan espontaneo que no dieron tiempo a pensamientos.
Caminando entre almas perdidas tratando de silenciar la mente;
buscando la luz del día.
La noche llena de susurro, aprovechando la ocasión;
pasando...
El temor inundaba su cuerpo, las gotas de sudor se deslizaban sobre su piel. Escapando de caníbales, que no dudaban en devorar todo aquel que se cruzará en su camino. Tenían sus ojos perdidos y una pestilencia acompañada de ruidos similar a un gruñido.
Se brindaba un escenario pavoroso, las calles se empezaban a teñir de rojo. Varias almas perdidas divagaban entre autos en busca de sus alimentos; sus únicas intenciones era satisfacer sus ansias de sangre.
El bosque era un lugar seguro; no dudo en desaparecer entre las cortezas. Había perdido a sus padres, había perdido la fe. Era ella y la fría compañía de sus lágrimas; no se podía mirar al pasado ni al futuro, ahora solo quedaba vivir el presente sin ser consumida por las almas perdidas.
Asumir la realidad fue un duelo; memorizar cada técnica de supervivencia. Mejorar su resistencia, estudiar cada actividad realizada bajo la luz del sol y de la luna. Decretando con certeza que desplazarse sería más dócil por las oscuras noches.
Se comenzaría a considerar una mujer vagando por los oscuros bosques, sin ser percibida por otros sobrevivientes. Kate Lee sería el nuevo fantasma sobre la humanidad.
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