Su vida tomo otro rumbo en un simple pestañeo;
tan espontaneo que no dieron tiempo a pensamientos.
Caminando entre almas perdidas tratando de silenciar la mente;
buscando la luz del día.
La noche llena de susurro, aprovechando la ocasión;
pasando...
Pasos torpes, casi cayendo; intentando acabar su ser. Conmocionada, acelerada por la carretera. Presenciando a cada alma perdida; conocidos y desconocidos. Gente que tenía un futuro; una masacre en el aire. Sus piernas temblando, teniendo leves corrientes en ellas; falta de ejercitación.
Esa puerta abierta; su casa se encontraba desecha. Con recelo, visitando cuartos; el principal era el remate. Aquellos rostros; día a día contemplaba. Madre y padre; no estaban en sí. No reconocían a su creación; solo se abalanzaron antes de una reacción.
Lágrimas haciendo presente; no volvería a recibir ese amor. Eran su cuerpo pero sus almas estaban perdidas, no se encontraban. Agitada; cerrando el seguro como así su corazón. Todo quedó detrás de ese pedazo de madera; oyendo esos gruñidos que antes eran besos.
Anulando esos pensamientos; no quería demostrar lo que tenía por dentro. Haciendo lo que no pudieron ellos; sobreviviendo hasta que se acabe el tiempo. Aceptando ese desierto; mirada al frente y ojos abiertos.
En mal momento; se encontraba encerrada entre errantes, este sería su fin. Sola y con un simple cuchillo; todas esas manos queriendo alcanzarla. Ese basurero era la única salvación que tenía por el momento; arriba de él analizando todo aquello.
Rendida se sentó mirando a cada uno; no importaba edad, solo te tocaba y ya. Dios no tuvo piedad ni por los más pequeños. Se encontraba allí hundida en sus pensamientos; el retumbar de disparos y el caer de los muertos.
El grupo le había dado una ayuda; más no entendían su naturalidad ante aquellos. Se mantenía tranquila alrededor de lo moribundos; eran muy lentos e inútiles. Era cuestión de unos minutos para que se despejará.
— ¿Cómo haces para mantenerte tan serena?
— Solo es cuestión de tiempo para que se vayan.
— ¿Cómo estás tan segura de eso?
— Todos se dan por rendidos en algún momento.
— ¿Cómo haces para no tener miedo?
— Hay que temer a la vida antes que a la muerte. Uno allí está más tranquilo.
Rodando los ojos, no le agradaba mucho ese comportamiento. No quería ser tan vil; daba las gracias al terminar con las preguntas de aquel niñato de ojos como el océano. En cuanto dió su adiós, fue detenida por el supuesto líder.
— Oye, puedes responder tres preguntas.
— ¿Acaso me ves cara de consultorio?
— Ya. ¿Cuántos caminantes mataste?
— ¿Acaso habría que contarlos como si fuera un maldito juego?
— ¿A cuántas personas?
— Varias.
— ¿Por qué?
— Simplemente porque se la jugaron y se acercaron demasiado a mi. No soy una adolescente inocente, yo si respondo por mi sola. No necesito a tu grupo para que me ande cuidando, nunca tuve que esperar a nadie para que me ayudara día a día a sobrevivir. Se va mejor por la vida solo, en grupo corres más peligro. Dime la verdad ¿Quien se fijaría en una sola persona? Solo buscan grupos para poder atacar, hablo de las personas. Si va una sola persona nunca podrán conseguir muchas provisiones.
Todos se habían quedado en silencio; esas palabras cargaban con una gran verdad. En grupo se podía vivir mejor teniendo sus riesgos.
— En algún momento vas a necesitar a alguien y no necesariamente para que te proteja. Si no un apoyo en quien poder confesar una carga y unos brazos como si fuesen familia.
Esas letras hicieron erizar su piel; no deseaba una familia. La única que tuvo se la llevaron los muertos; dejando ese peso en sus hombros. Pensamientos que llevaron sus noches de desvelo; agua siempre en sus orbes.
— Tendrían que aprender que una familia no se puede tener; en algún momento ellos se la llevarán. Dejando a todos con el pecho vacío y sin aliento, y ahí es donde se van a dar cuenta que es mejor estar solo y no llevar ningún peso.
Nuevamente callados; impactado por tanta madurez en esa niña. Aún no se podían adaptar a su realidad; aceptando que ella tenía la verdad. Solo no debían dejar de esa manera la vida pasada; eso era lo único que lo podían hacer humanos.
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ɢʀᴜᴘᴏ ғᴏʀᴍᴀᴅᴏ ᴘᴏʀ:
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