viii.

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"bring on the ice"
"ice baby"

No pasó mucho tiempo cuando Aiden tuvo que despertar a Piper y Leo

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No pasó mucho tiempo cuando Aiden tuvo que despertar a Piper y Leo.

"Ya hemos llegado" dijo. Leo se frotó los ojos para despejarse, mientras que Piper se estiraba para sacarse el sueño.

Debajo de ellos había una ciudad sobre un acantilado que dominaba un río. Las llanuras que la rodeaban estaban cubiertas de nieve, pero la ciudad emitía un brillo cálido con la puesta de sol invernal. Rodeados de unos altos muros se amontonaban los edificios como en una ciudad medieval,  mucho más antigua que todos los lugares que Aiden había visto antes... excepto el olimpo, probablemente. En el centro había un castillo con enormes muros de ladrillo rojo y una torre cuadrada con un puntiagudo tejado verde a dos aguas. 

"Dime que es Quebec y no el taller de Santa Claus" dijo Leo.

"Sí, la ciudad de Quebec" confirmó Piper, repentinamente sin sueño "Una de las ciudades más antiguas de Norteamérica. Fundada en torno a mil seiscientos más o menos." Leo arqueó una ceja.

 "¿Tu padre también ha hecho una peli sobre eso?"

 Ella le hizo una mueca, pero el gesto no acababa de funcionar con su nuevo maquillaje glamouroso. 

"A veces leo, ¿vale? Solo porque Afrodita me haya reconocido no quiere decir que sea una cabeza hueca."

"Lees?" Aiden habló casi sin pensarlo. Piper le miró mal. "Por la dislexia!-- No por nada más!"

"Qué genio" comentó Leo. "Ya que sabes tanto, ¿qué es ese castillo?" 

"Un hotel, creo." Leo se echó a reír. 

"Imposible."

Pero a medida que se acercaban, Aiden vio que ella tenía razón. La majestuosa entrada estaba llena de conserjes, aparcacoches y porteros recogiendo equipajes.Lustrosos coches de lujo negros avanzaban lentamente en la entrada. Gente con trajes elegantes y capas de invierno se apresuraba para escapar del frío. 

"¿El dios del viento del norte se aloja en un hotel?" preguntó Leo. "No puede ser..."

"Cuidado, chicos" lo interrumpió Jason. "¡Tenemos compañía!"

Aiden miró abajo y vio a lo que se refería Jason. En lo alto de la torre se elevaban dos figuras aladas: ángeles furiosos con espadas de horrible aspecto. A Festo no parecía agradarle los ángeles. Se detuvo en el aire, batiendo las alas y enseñando las garras, y emitió un sonido estruendoso con la garganta que a Aiden se le hizo conocido. Se estaba preparando para escupir fuego. Oh no.. Algo le decía que a los ángeles no les haría ninguna gracia que los quemaran.

"Tranquilo, chico" murmuró Leo. 

"Esto no me gusta" dijo Jason. "Parecen espíritus de la tormenta."

WAR   CHILD | 𝚓𝚊𝚜𝚘𝚗 𝚐𝚛𝚊𝚌𝚎Where stories live. Discover now