Gilberto D7 vs Nazareth D3.
Me mantenía más tiempo corriendo que en caza de tributos, me concentré más tiempo en sobrevivir que en asesinar. Apenas tenía tiempo para esquivar, escuchaba cañón tras cañón. Los profesionales iban una y otra vez detrás de mi, el único vivo del distrito 7. Me escondía detrás de árboles y en ocasiones me alimentaba de su corteza.Luego de un tiempo sólo quedábamos tres y me había prometido a mi mismo ganarle a todos los demás.
A pesar de tener pocos tributos, el peligro aumentaba. Habían todo tipos de mutos en la arena, incluso algunos estuvieron cerca de arrancarme el cuello. Todavía no olvidaba al payaso, había tenido varias pesadillas con él luego de haber conseguido acabar con él.
Una semana después todavía eramos tres en la arena, pero sin darme cuenta, había llegado el día en que uno de nosotros se convertiría en el ganador.
El principio del fin comienza así;
Había notado que habían achicado la arena, obligándonos a todos a estar más cerca del otro. Escuché unas ramas rompiéndose así que corrí con toda mi velocidad en la dirección contraria del ruido. Para mi sorpresa, choqué contra un cuerpo, el de Nazareth del Distrito 3. Ambos estábamos en shock al inicio, el sujetó su cuchillo y lo había lanzado hacia mi. Respondí a tiempo y me moví a la derecha, resultando cortado mi ropa de tributo por el hombro. No sentí nada de sangre, así que me abalancé contra el cuerpo de Nazareth. Me subí en su cuerpo, dándole varios puñetazos en cada mejilla.
— ¡No! — Le pegué uno en la mejilla derecha, haciéndole gemir de dolor — ¡Perderé!Al ser más alto que yo, me derribó con un movimiento brusco hacia delante. — ¡YO TAMPOCO! — Me gritó.
Me alzó hacia arriba con una sola mano y estrelló mi espalda contra el suelo. Mis piernas rodeaban su cintura, así que aproveché ese elemento para chocar su costado contra el suelo. El alcanzó a tomar uno de sus cuchillos en el proceso y lo enterró cerca de mi clavícula. Solté un estruendoso ruido de dolor, tomando mi lanza con toda la ira acumulada. Me levanté encima de él, sin preocuparme de la sangre que corría por mis labios ni el cuchillo enterrado en mi clavícula. Hundí mi lanza en su estomago, por lo que el gimió de dolor y también sus labios se llenaron de sangre. Sujetó con sus dos manos mi garganta, ahorcándome de una forma brusca y agresiva. El se ponía tan rojo como yo por la fuerza que empleaba.
Estiré mi mano lo más que pude hacia la lanza, ya me faltaban pocos centímetros. El me apretó aún más fuerza cuando notó que estaba cerca de tomar mi lanza. Me sentía tan cerca sin embargo, tan lejos. Estaba tan desesperado por respirar como por matarlo. Estiré mi cuerpo del todo, tomando mi lanza con mi mano derecha. Aproveché que tenía sus dos manos ocupadas en mi cuello para enterrarle mi lanza en el cuello. Lo degollé, así que el tuvo que parar de ahorcarme para sujetar su propio cuello antes de que se desangrara. Sentía sus dedos marcados en mi cuello, apresurándome a tomar una bocanada de aire en caso de que decidiera ahorcarme una vez.
Sus ojos al igual que los míos se inundaban en lágrimas, ambos pidiendo socorro como si eso funcionaría... Quiero decir... Son los juegos. Nadie vendrá a salvarnos. Con todas las lagrimas de mis ojos, enterré una vez más mi lanza en su tórax. Mis lágrimas caían en el cuerpo inerte del chico.
Su cuerpo yacía en el césped, tintandolo de un color carmesí por la sangre que expulsaba. Cerré sus ojos con mis dedos de mi mano derecha, tenía una cara de pena en mi rostro. El podría parecer que sólo estaba durmiendo... Si la sangre que corre por todo su cuerpo no lo delatara.
- Lo siento... Pero así son los juegos. - En ese preciso momento, escuché un estruendoso cañón que sonó el doble de fuerte de todos los anteriores. Suspiré de alivio aún con un montón de lagrimas en su rostro. Tomé mi lanza y seguí mi camino por el bosque. Tenía mi ropa llena de sangre, además de que mi cabello estaba de un tono rojo. El olor a hierro de la sangre había invadido mi cuerpo, parecía que yo había nadado en un río de sangre. Lloré y lloré hasta que el fin llegó. Nunca me había sentido tan aliviado pero triste a la vez.
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The 55th Hunger Games.
FanficHistoria ambientada antes del nacimiento de Katniss Everdeen. Gilberto Liranzo, el tributo del distrito 7 nos muestra desde su perspectiva su distrito y lo tenebroso que solían ser los juegos en su época, este nos demuestra la importancia del valor...