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Al escuchar esas palabras salir de los labios de Felix sentí cómo si me hubieran tirado un balde de agua fría, siento mis ojos comenzar a picar, él nudo en mi garganta comienza a arder de lo mucho qué estoy aguantando soltar un grito.
-¡¿Cómo es posible qué la hayan llevado si ustedes la estaban cuidado!? -Solté toda mi furia en Felix y Changbin.
-Entiendo qué estés enojado y dolido pero no nos eches toda la carga a nosotros, hicimos todo lo qué estuvo en nuestras manos, no nos dimos cuenta en él momento en qué él entró y lo siento. Pero no es justo que sueltes toda tu furia en nosotros. -Espetó Changbin y me mira con pesar.
Sé qué tiene razón, es él dolor hablando por mi y le estoy echando toda la culpa a ellos y claro qué no es justo.
Mi respiración comienza a fallar siento los sollozos comenzar a ahogarme, tal cómo sentí esa vez en qué creí que Aika había muerto. Doy un grito desgarrador mientras me deslizo al piso. Minho intenta decirme palabras para tranquilizarme, pero no lo escucho, estoy fuera de mi.
Mi bebé. Mi niña.
No otra vez por favor, ¿Por qué ella tiene qué pasar por todo? Yo tendría qué estar en su lugar, a mi me tendría que haber llevado.
No puedo parar de llorar el corazón me duele, mis gritos espantan a la gente, grité cada vez más fuerte mientras lágrimas corren por mis mejillas. Siento los brazos de Minho sostenerme detrás de mi, mientras sigo soltando lágrimas y sollozos salen de mi garganta.
Sólo pienso en Aika. ¿Tendrá hambre? ¿Pensará en mi?
-Me duele. -Le digo de manera lastimera.
-Lo sé. -Da lentas caricias en mi cabello. -Escúchame Jisung, voy a buscarla y la traeré contigo. Te lo prometo.
Con mi cabeza asentí y comienzo a levantarme lentamente con mis piernas temblorosas.
-T-También voy. -Dije con mi voz entrecortada.
-Está bien, vamos. Iremos primero a la casa de tu padre, lo más seguro es qué esté ahí. -Comenzamos a dirigirnos a la Línea Negra así cruzar a mi Mundo.
-¡Esperen! -Escuché a Changbin gritar. -Yo la buscaré por los alrededores, no sé preocupen dejaré a alguien con Felix no voy a dejarlo sólo, tampoco me alejaré mucho de aquí. Suerte. -Dijo está vez mirándome a mi.
-Gracias, tú igual, cuídate y lo siento por...
-Está bien. -Me interrumpió. -Hablaremos cuándo todo esto termine. -Vi una leve sonrisa en sus labios.
-Cuídate hermano. - Minho se acerca y comparten un pequeño abrazo. -Vamos.
Asiento y se coloca detrás de mi para pasar sus brazos en mi cintura y elevarnos. A comparación de las otras veces ahora volamos más rápido, no hay tiempo qué perder.
