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Fue a los seis cuando se enteró que los Prince habían muerto a manos de magos oscuros, era un tema tabú para la comunidad mágica en ese momento, aquella familia que tenía el estandarte de luchar contra ellos había sido asesinada por la misma razón

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Fue a los seis cuando se enteró que los Prince habían muerto a manos de magos oscuros, era un tema tabú para la comunidad mágica en ese momento, aquella familia que tenía el estandarte de luchar contra ellos había sido asesinada por la misma razón. El único sobreviviente fue el pequeño Severus Prince que huyo en brazos de una elfina comandada por su poderoso abuelo Augusto. Cada mago lloro el deceso de la aclamada familia sangrepura durante meses, su propia madre grito a Merlín por su amiga muerta, Eileen y arrullo al último heredero de la familia en sus brazos mientras lagrimas caían por sus mejillas.

El no tuvo otra opción que aceptar que ahora tendría un hermano menor, sin saber que significaba más allá de amarlo y protegerlo, de los gritos de Wabulgar Black, prima de su madre, que exigía tener poder sobre el para criarlo correctamente y no como un traidor de sangre.

Al final no logro su cometido, ellos vieron crecer a Severus, dar sus primeros pasos y palabras, veía el amor de sus padre hacia el niño, pero inexplicablemente el nunca pudo amarlo de la misma forma, un sentimiento sordo que se situaba en su pecho, incapaz de hacerlo amar u odiar a su hermano menor, solo observarlo a la lejanía mientras el estiraba sus pálidas manitas en busca de un abrazo.

Creció de esa manera, con risas infantiles a su alrededor que no le pertenecían y siendo mimado entre las paredes de la Mansión Potter, nunca le falto nada, ni amor ni atención, un niño privilegiado como él lo llevo a ser un poco imprudente pero siempre fue frenado por su vigilancia a Severus, con esa aura inocente y delicada que cargaba, que lo hacía lastimarse por cualquier nimiedad, se volvió su eterno protector, hasta que la carta de Hogwarts llego y con ello su partida.

Abandono al tierno niño en brazos de su madre mientras lloraba su nombre, clamando que permaneciera a su lado como buen hermano mayor y sosteniendo su varita fuertemente camino por la estación tres cuartos y entro al vagón, sin ver atrás, ignorando la culpa por tal acto y conociendo a los que serían sus mejores amigos para siempre, en ese instante su hermanito perdió importancia entre los planes para bromas y el conocer a Sirius Black, el hermano que si había elegido para su vida.

Con los años pasando formo más distancia entre Severus y el, cuidándolo entre la oscuridad pero impidiendo contacto, al inicio eso rompió al niño con pesadillas noche tras noche pero después el mismo se apartó de su camino en los veranos que pasaban juntos, escapándose a viajes a Francia o encaprichándose en vagar por el mundo muggle, todo lo que por supuesto le fue cumplido. Lo acepto con bastante facilidad visitando a sus amigos en esos momentos o escabulléndose por las ventanas en busca de aventura en bajos barrios de Londres que había descubierto junto a Canuto.

Se volvieron extraños viviendo en un mismo sitio, ignorándose selectivamente, uno corriendo a brazos de sus padres y el otro a los de chicas desconocidas, una buena vida hasta que Sirius se presentó en su hogar en el verano que cumplieron 16, su mejor amigo estaba desconsolado huyendo de su madre y siendo quemado del árbol familiar, sin herencia era un huérfano en el mundo mágico respaldado solo por su tío.

Sus padres, benevolentes como siempre, aceptaron su presencia en la casa, le enseñaron la calidez de una buena familia y él estaba extasiado por eso, era casi como si lo adoptaran, pero vigilando a su hermanito lo noto, Canuto desviaba su mirada a Severus continuamente, casi imperceptible pero ahí estaba. Sabía que aunque apenas era un niño de once, Verus era la personificación de la belleza, como los Prince lo habían sido con cada generación, piel pálida impoluta y cabello más oscuro que la noche, pequeños labios rosados y voz de sirena que hipnotizaba y el que un casanova como Sirius lo notara lo hizo encender sus alarmas de peligro, lo alejo de él entreteniéndolo jugando Quidditch junto a su padre, dándole la figura paterna que siempre había deseado y dejando regados folletos de atracciones de diferentes sitios en la biblioteca donde Severus los encontraría y pediría a su madre llevarlo. Los separo todo lo que pudo hasta que el verano acabo y se presentaron en la estación rumbo a Hogwarts, llevando años evitando el contacto con él tomo la mano de Severus férreamente para encaminarlo a encontrar un vagón, ninguna burla o saludo que llego a el tomo mayor importancia que poner a su hermanito seguro, lejos de todas las miradas que estaba obteniendo.

Encontró a una niña pelirroja en un vagón solo, justo enfrente de donde Lunático había entrado y lo tomo como la oportunidad perfecta, una nacida muggle de la edad de Severus, con la que podía confiar para vigilarlo mientras él no podía, mantendría a los sangrepura lejos de él y a los niños igualmente hasta que desarrollaran el gusto por una joven, agachándose un poco lo incito a acercarse a la niña y él lo hizo, sello la amistad que tendría durante los siguientes años. Solo tendría que dejar una advertencia antes de graduarse. Nadie podía acercarse a su hermanito.

Más relajado por ello se permitió entrar al compartimiento donde Remus comía una rana de chocolate escuchando a Peter contar sobre sus vacaciones y a Sirius observarlo fijamente, si él había notado lo sobreprotector que era con Severus entonces significaba que no tendría que darle una advertencia más directa así que le sostuvo la mirada hasta que Sirius la desvió con las puntas de las orejas sonrojadas, atrapado en el acto continuaron el viaje con relativa calma con las armoniosas risas en el compartimento de enfrente.

Pero como solía suceder siempre que se trataba de Severus nunca nada era lo suficientemente fácil, un pelotón de curiosos de varias casas fueron a parar en el pasillo a punto de entrar donde estaba su hermano y solo detenidos por un petrificus totales suyo. Yendo hacia ellos los echo a gritos no sin antes dejar en silencio el compartimiento de Severus para que no se exaltara. Esa noche mientras aplaudida orgulloso y satisfecho en la clasificación de Verus a Ravenclaw junto a su pelirroja amiga, los chismes pasaban de boca en boca, silenciosas advertencias de alejarse de su hermano menor.

Y aquellos pobres que no quisieran o supieran escuchar les enseñaría correctamente a hacerlo, haría un reino para Severus antes de tener que partir de Hogwarts y lo coronaria su rey, intocable para todos, peones a su alrededor que lo protegerían y solo eso. Se encargaría de protegerlo y a la vez hacerlo inmensamente feliz por ello, cuando regresaran ese verano a la Mansión Potter sus padres no podrían contener al niño de los feliz que estaría.

Be My DaddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora