IV

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Derek siente dolor mientras camina por el bosque, hace unos minutos después de correr sin rumbo, se ha detenido para caminar y permitirse relajar.
Es todo lo contrario, sin embargo.

El dolor se suma a la desesperación.

Ha comenzado. El lobo empezará a influir en sus acciones de forma más bruta y dominante e irá a vincularse con Stiles.

Lo sabe.

Todo inicia cuando se observan por primera vez en el bosque. El niño escuálido hace que su corazón lata con más fuerza de la que debería. Su amigo, al lado, estaba iniciando el cambio de humano a hombre lobo.

Su esencia es dulce, muy contrariado a lo que Stiles representa y a lo que él mismo es. Es extraño para él, hasta que todo comienza tener sentido. De alguna forma Stiles está para él. No lo abandona cuando llega a creer que es un asesino y un delincuente. No lo deja ahogarse cuando fue inmovilizado por el veneno de Jackson en aquella piscina. Puede oler el dolor que emana cuando Derek aparece frente a él rasguñado, herido o a punto de morir, o inclusive muerto.

O también puede oler como las hormonas estallan cuando está sin camisa frente a él. Mentiría si dijera que no lo hace apropósito. Y lo negaría si dijera que no le gusta, como su cuerpo sufre en silencio pequeños roces rojos.

Recordar se vuelve una tortura cuando todas las memorias y recuerdos se dirigen a él.

Lo ha pensado tantas veces. Se ha permitido tocar un poco de eso, un poco del futuro imaginativo que le esperaría a su lado. Sin embargo todo cae antes de materializarse en su mente.

Derek lo reconoce fervientemente. No engaña a nadie cuando piensa en Stiles como una persona valiente, amable, gentil y un poco idiota. Bueno. Muy idiota.

Todas esas cualidades le han hecho dirigir su atención más allá de los impulsos del lobo. Intenta sumergirse por completo en su parte humana. Puede sentir algo, no por el destino, no por los vínculos, sino por su parte más delicada y más sensible. Esa zona, dentro de él, que está completamente amurallada con paredes de hielo y roca.

No ha vuelto a experimentar eso. No después de Paige.

Prefiere mantenerla en su mente. Los buenos recuerdos, el beso que marcó una parte muy hermosa en su vida, no son suficientes para no agregar la tragedia a su lista personal de pecados personales.

(…)

Toca cada pedazo de madera que encuentra, cada pared, cada parte del pasa manos. Cada resto que, él recuerda, pertenecía a la mecedora favorita de su abuelo Alex.

Sube las escaleras, observa el pasillo que conecta un sinnúmero de habitaciones. Fija su mirada en la habitación final, su recamara, puede ver la de Cora, a su derecha, la de Laura, a su izquierda.

Como un murmullo. Puede escuchar las risas de sus primos, Mathew de 8 y Lucas de 6, corriendo por todo el lugar. Puede oler las galletas que hacía su madre, chocolate y avena eran sus favoritas, desde la planta de abajo para la víspera de Navidad.

Luego solo se escuchan gritos.

Es lo único que inunda el silencioso lugar, gritos y más gritos. El olor a galletas recién horneadas desaparece y cambia para inundar el olor a carne carbonizada que acompaña los gritos de dolor.

Todo es oscuro después.

(…)

Derek no llora.

Llorar, para él, tiene el significado del símbolo de hipocresía. Es una burla a lo que ocurrió. Él no puede hacer eso. Lo aprendió así y lo lleva en el corazón ahora, tallado con el nombre de sus padres, con el nombre de cada familiar que perdió la vida en la terrible masacre disfrazada de incendio. Lo supo desde que estuvo en el hospital junto a su hermana Laura. Lo supo cuando visitaba la tumba de sus padres. Lo supo cuando visitaba al descarado e intrépido tío Peter.

Derek considera que una lagrima, una sola de ellas, no traerá de vuelta a sus padres, a su familia. Que llorar, siendo él el culpable, solo es una bofetada directa a lo que pasó.

Allí, recostado de la pared oscura de su habitación, sufre. Ni una lágrima sale.
Él no merece nada bueno. No merece nada de felicidad. Todo, no merece nada.

Por su error, por su culpa, ese es su castigo.

(…)

En su dolor Derek trata de mantener los recuerdos. Trata. Trata demasiado en aferrarse a lo bueno. Los momentos felices, las memorias y recuerdos que no están manchados de sangre. Se aferra a la vieja foto en sus manos, donde su familia está sonriente, donde todos comparten la cena y se ríen de las bromas que hace Laura y donde todos disfrutan de las delicias de su padre.

Todo se escapa de sus manos cuando intenta atraparlo con un solo roce. Nunca los toma, ese es un hecho.

Lo único que su mente le ofrece a cambio es la sonrisa de Kate, recordándole que él es el culpable. “Son monstruos”, le había dicho esa trágica noche, “no merecen vivir entre los humanos”.

Ella no mentía.

Eran monstruos. Pero dentro de esa familia de bestias comehumanos, había personas. Humanos que murieron por creer que esos monstruos eran todo menos monstruos. Murieron creyendo firmemente en que la humanidad tal vez era el monstruo ahí.

Por segunda vez, allí sentado, aún con la foto en mano, todo se vuelve a oscurecer.

(…)

Stiles llora.

Desde allí, apacible mirando el techo de su habitación, llora. No sabe el por qué, pero las lágrimas recorren sus mejillas como pequeñas gotitas de roció recorriendo las hojas de las flores buscando el suelo.

No tiene un sentimiento, solo salen así, de sus ojos.

Su corazón aprieta y sus pensamientos han sido bloqueados, no piensa en nada en particular. Solo hay vacío. Solo hay más lágrimas.

(...)

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NOTA:______________________________

Bueno, este capítulo fue una locura. Es parte del pequeño Little Hurt que se encuentra en los Tags. En lo personal quise abarcar el dolor, más en el POV de Derek, para que entiendan al personaje. Sus miedos, sus culpas y muchas otras emociones. Lo cual es muy triste.

#DerekMereceCosasBonitas.

Solo para aclarar, Derek necesita terapia, todos lo sabemos, para que pueda superar el trauma y el dolor. O por lo menos para hacerlo más llevadero.

Por otro lado, este es solo eso, un capitulo doloroso que me costó escribir por todo lo que el personaje pasa en su mente (según yo) y desde aquí va a ser más humor, cosas lindas y muy doméstico, aunque tal vez los sorprenda, no, mentiras (¿o tal vez no?).

Espero les haya gustado, recuerden votar y dejar comentarios lindos (eso me anima).

Pd: Dos capítulos en un día, soy un loco absoluto.
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