Tell Me Love

III

Él no logra recuperar su sudadera.

A cambio de eso, llega casa con una maraña de nervios y completamente asustado. También llega con un propósito y una misión en mente: Investigar qué demonios son los compañeros de hombres lobo y por qué nunca supo nada al respecto.

Cuando se encuentra totalmente a solas en su habitación, con un suspiro y sentado en la silla de su escritorio a punto de abrir su computador, se da cuenta que tendrá que preparar grandes tazas de café.

Una larga noche lo espera.

(…)

La mañana siguiente, se despierta completamente tirado en su cama, como un borrado o alguien a que ha sufrido una dosis excesiva de alucinógenos, como un barril de cerveza totalmente desparramado por ahí. Una línea de saliva recorre el lado inferior del lado izquierdo de su mandíbula, manchando por completo su camisa favorita.

Desde su posición puede observar el extremo contrario de su cama, su mesa de estudio, y puede ver hojas tiradas y desordenadas en sobre la mesa y la alfombra.

Lo cual pensando, la situación y el lugar donde está, no recuerda haberse ido a la cama.

Decide evitar el autodiagnóstico de sonambulismo, para que no tenga otro hecho extraño que añadir a su lista personal: cosas raras con las que la vida se desquita de Stiles Stilinski.

Todo se va por un agujero cuando recuerda, mirando su teléfono celular, que va allegar tarde a clases sino se apresura.

(…)

Los últimos 5 días han sido un infierno.

Probablemente porque han tenido que enfrentarse contra 5 brujas, que habían decidido que lo más ventajoso y recomendable era atacar una después de otra los días en un mismo orden, y él no puede más. Decide morir entre las sabanas de su cama y los sueños.

Y podría jurar que sintió, mientras dormía, que alguien lo abrazaba.

La mañana siguiente, de ese sábado, se encuentra con las energías suficientes, como si hubiera sido conectado al tomacorriente de flujo eléctrico al lado de su mesa de noche, y puede decir que testificará a favor de ese milagro de la naturaleza, si es necesario.

Recapitula, ahora que puede tomar aire y se permite hundirse en la tranquilidad., para seguir con la misión de hojas y textos relacionados con los compañeros de hombres lobo.

Ha leído cada página, cada letra que conforme la información de vital importancia personal, con el tema de los libros de licantropía (que Deaton “muy amablemente le prestó”.) y de los sitios web que visitó, que parecen ser de procedencia discutible.

Hay cosas locas por internet, no lo juzguen, ¿Omegaverso? ¿Eso que mierda es?
Solo una ojeada a una historia mal escrita en este sitio, Wattpad, y ya puede percatarse de que se trata.

La gente está loca. Eso es un hecho.

Llega a la conclusión de que sí, esto es algo mucho más complejo de lo que el viejo druida intentaba hacer parecer.
Y a él no le importa, en lo absoluto.

¡Vamos, que es cierto!

¿Descubrir quién es la otra mitad que completará al lobo? ¿La otra parte que inquiere y deposita la total confianza del lobo? ¿La contraparte que puede cambiar su anatomía, si es humano y resulta ser hombre, para poder dar descendencia?

Ahora que lo piensa, esa historia, con ortografía garrafal, tiene más sentido ahora del que debería.

¿La persona, ser sobrenatural o extraterrestre que hará totalmente feliz al grandulón?

No, a él, en lo personal, no le importa.

(…)

Resulta ser bastante complicado no importarle algo que, obviamente, si le importa y está conmocionado ¡eh!

Él por supuesto no es un obsesivo. Es solo un adolescente que ingiere demasiada cafeína cuando no es recomendable ni mucho menos bueno, tomarla cuando padece de TDAH. Él es solo eso y nada más.

Lydia frente a él parece notarlo ese lunes durante el almuerzo, en la pequeña mesa del patio escolar, de que algo está trabajando arduamente en su cabeza mientras comen.

—Suéltalo. — le dice ella sin mirarlo. Aparentemente su comida es mucho más llamativa que su propio lio cerebral.

Él puede ver a Scott del otro lado, sobre el hombro de Lydia, junto a Allison. Eso le da más sentido del porqué está compartiendo el almuerzo con Lydia y el pequeño imbécil de Jackson.

Tambien le da respuestas, que no pidió, de que sí, en el bosque, Scott estaba pasando, por sexta vez, en el ciclo del dolor y ahora puede ver que lo han superado para seguir con el bueno, el que no atenta contra las los hombros de Stiles, felicidad.

¡Ah, el amor!

— No pasa nada. — él le responde.

A cambio Lydia le dice: —Te conozco Stilinski. — quita la mirada de su plato, lo mira y continua. — Cuéntaselo todo a tía Lydia. — y le ofrece un guiño a Stiles y un mal gesto por parte de Jackson, también, recordando que él todavía está allí, junto a ellos. Como si Stiles fuera tan olvidadizo cuando ve popó de perro en la calle como para pisarla.

—No. enserio, no pasa nada. — reitera y se ríe, porque Lydia es la más cool de sus amigas (no se lo cuenten a Érica), y agradece a Dios de que ella le haya dicho que nada entre ellos iba a pasar ni aunque llovieran meteoritos de colores, cuando él estaba tras de ella como un maniaco.

Ahora puede disfrutar de ella de la mejor forma, siendo muy buenos amigos y su consejera privada en temas de hombres. Fue gracias a ella que descubrió su bisexualidad aparente.

— ¿Ok? Quiero suponer que no es el momento, pero cuando te digas a ti mismo que necesitas desahogar, lo que sé que tengas dentro de esa cabecita loca, solo llama.

— Cool. — dice con una sonrisa
¿Ven a lo que se refiere?

Esa tarde de mediodía termina su almuerzo como siempre lo ha hecho en estos casos con Lydia, sin olvidar a la sanguijuela de ojos azules que está pegada a Lydia.

Hablan de cualquier estupidez que le ha pasado durante las clases que no tiene juntos y de nada sin sentido en particular.

(...)

Stiles siente que no debería tomarle tanta importancia, esa vocecita dentro de él se lo está repitiendo constantemente, pero cada vez que el tema cruza su mente, ya sea por minutos o por horas, siente una pequeña opresión en su pecho que se inclina más hacia el lado izquierdo, en su corazón.

Es estúpido, lo sabe. Pero conoce a Derek, más de lo que quería admitir en persona. Conoce a Derek, lo poco que el hombre lobo le ha permitido investigar rodeando su muro de músculo, belleza sobrehumana, sarcasmo y mal genio.

No debería darle la importancia que le da. Porque es Derek y es Stiles. Sin embargo, no lo hace, no lo abandona, como nunca lo ha hecho antes ni lo hará ahora.

Y si Derek necesita a esta superpersona que pondrá un poco de color a su mundo gris, Stiles está dispuesto a intentar encontrarla. Porque para eso están los amigos, para eso está la manada y para eso están los sentimientos que en su pecho reprime cada vez que lo ve.

Él encontrará a esta persona.