CAPITULO VI

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2.

Todos estaban reunidos frente a la nueva construcción en el pueblo, una iglesia, grande y con un diseño muy clásico, similares a las Iglesias en tiempos antiguos.

Vegeta estaba justo al lado del castaño, después de creer que podría comer en paz el peli purpura lo amenazo con quitarle la mitad de los diamantes que que se ganara al final del mes, pero no habría problema si solo dejaba los cultivos donde se hallaban.

-No tenía ni puta idea de esto tio.

Confeso Rubén susurrando le a vegeta. El mayor se en corvo un poco para responderle al menor.

-No entiendo porque me impresiona.

El castaño sonrió amplia mente al escuchar las palabras sarcástica del contrario.

Willy estaba leyendo un pergamino que le fue dejado por los dioses.

-En resumen -menciono willy ya cansado de leer todo lo que informaba el pergamino.
-¿Quien quiere ser el nuevo cura de karmaland?

Todos se quedaron callados.

-Oh vamos chavales, que aquí uno que otro santo se salva -sonrió divertido.

Fargan sonrió a sus adentros con ironía, willy hablando de actos santos, le parecía una imagen paralela, willy o permanecía en cárcel o andaba poniendo minas por todo karmaland.

-Que yo me postuló.

Todos dirigieron las miradas al castaño, se sorprendieron por completo, el castaño no era un buen ejemplo a seguir frente a las reglas de karmaland, pero pese a eso, seria bueno tener como cura a uno de los suyos, ademas de los posibles beneficios que con llevaría.

El fumador se quedo con el castaño, fumaba un cigarrillo sin filtro, últimamente se sentía totalmente complacido por aquel tipo de cigarrillos, aunque siempre debía escuchar las quejas e incontables regaños que el peli naranja le acusaba por su ya ¨vicio¨.

Había veces en las que deseaba dejar de fumar solo por su bienestar, también por no escuchar los constantes reclamos de lolito, sabia que el solo buscaba a toda costa una vida para el libre de un vicio como era el de fumar, pero ya fumar se había vuelto una necesidad natural, como dormir o comer.

El castaño miraba asombrado cada parte de la iglesia, aunque no tuviera una segunda planta y la única era bastante grande y espaciosa, sonrió entre dientes, grandes sillas de madera, unos grandes cristales con diseños que contaba lo ocurridos con el señor de los cielos, el hijo de Dios.

Se sentía muy claro el olor de limpieza, un olor de que nadie había pasado mas de 2 horas en esa construcción, un podio muy grande de madera gruesa y pintado de manera fina en tono castaño oscuro, prolijo con un diseño simple. Ademas de la enorme cruz blanca, sus ojos se abrieron como luces, era todo tan satisfactorio, tan bien organizado, podía decir que si vegetta estuviera ahí estaría mas que orgulloso de los constructores del edificio.

-Hey tio deja de sonreír que se te caeran las mejillas -molesto comico.

-¡Mangel! -chillo el castaño- Mirad chaval que esto es digno de los dioses.

La alegría que desprendía su sonrisa se impregnó en mangel.

Rubius miro a Mangel, la sonrisa ladina que tenía aun con el cigarrillo en sus labios, lo miro un poco más, analizando los razgos tan marcados de su rostro y noto algo en lo que nunca se fijo, sus labios tenían un tono descolorido a los de vegetta.

Los de vegetta eran un poco más grandes y voluminosos.

¡ESTO ES ILEGALISIMO! [RUBEGETTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora