Aprieta la manivela de la puerta con fuerza, llegando justa de tiempo a su primera clase del curso y sentándose en el único hueco que encuentra libre. Su compañero se la queda mirando, observando con atención su rostro: el lado derecho de la cabeza que lleva rapado, el tinte azul que adorna sus rizos, las capas de maquillaje negro que cubren sus ojos y las indiscutibles pecas.
—Eres Martina Pueyo, ¿verdad? —la reconoce Toni.
—¿Tiene eso alguna importancia? —responde ella malhumorada, hundiendo la cara en su mochila.
El aula de cocina recibe a sus dos profesores, ante la sorpresa de todos, sobre todo la de Martina, que pega un respingo en su taburete.
—¡Manuel! —exclama su amigo Alex, centrándose en el joven vestido con chaquetilla— ¡No me digas que has repetido curso!
Varias personas reciben su comentario con una risa, pero es Jordi Cruz, su profesor, quien toma el relevo.
—Por suerte para todos, Manuel no repite curso. Me complace daros la noticia de que ha empezado el Grado de Ciencias Culinarias y Gastronómicas en la Universidad de Barcelona y que cada miércoles lo tendremos aquí como practicante. Así que va a tener la misma autoridad que yo y nos deleitará con varias clases, explicaciones, experiencias y retos que tendréis que superar.
La clase se ve inundada por comentarios de aprobación de la nueva dinámica y compañía. Esta asignatura presenta otra cara atractiva para todos, excepto para la chica de pelo azul, que ha sentido como el pasado del que tanto ha intentado escapar ha vuelto a golpearle con la fuerza necesaria para lanzarla bien lejos y dejarla sin ánimo.La narración se traslada a la nueva vida de estudiantes universitarias, donde la gaditana llega agotada a la puerta de su piso. Entra sigilosamente y se deja caer en el sofá, evitando molestar a sus dos compañeras; pero su mejor amiga tiene el oído muy agudo. Sale de su habitación y, fijándose en el resacoso estado de Rocío, se sumerge en la cocina para volver con un par de zumos de naranja, cafés con leche, tostadas y galletas.
—Gracias, Marti. Así da gusto sufrir la resaca.
Sin embargo, la chica de gafas le dirige una mirada inquisitiva.
—Esto se te está yendo de las manos. ¿Dónde has dormido hoy? ¿Con otro chico?
El timbre que resuena por toda la casa ahoga la respuesta de Rocío. Martina chasquea la lengua, sin más remedio que ir a abrir la puerta. Inmensa es su sorpresa cuando reconoce al chico de la visita.
—¿Está Rocío?
Martina la llama, escondiéndose en la esquina del pasillo para poder estar al tanto de la conversación.
—Te habías dejado esto —le dice el chico a Rocío, tendiéndole un pañuelo de cuadros lilas.
—Este pañuelo no es mío —contesta ella, arrugando la nariz.
—Solo era una excusa para volverte a ver —confiesa él, regalándole un pequeño beso en los labios—. ¿Quedamos esta tarde?
—Ahora mismo no lo sé —contesta abrumada. Esto no entraba en sus planes—. Me lo pienso y te envío un WhatsApp, ¿vale?
Él asiente decepcionado, perdiéndose lentamente por las escaleras.
—¿Ese era Manu Gil? —le pregunta Martina cuando vuelven a estar solas— ¿Has dormido en su casa?
—Sí, lo conocí ayer en la discoteca. ¿Qué pasa con él? —le parece curioso que conozca su identidad.
—¡¿En serio no has oído hablar de Manu Gil?!
—¿Es un sicario o qué?
—¡En mi facultad es un mito!
—Todos los de tu carrera están fatal. ¿Cómo era? ¿Estudios de la Estupidez Humana?
—¡Antropología Social y Cultural, idiota! —la corrige— ¡Es el mito de todo el campus! Está en Tercero de Periodismo y fue el único que se enfrentó a los que organizaron las novatadas, consiguiendo que su clase no tuviera y cambiando los tornos: ¡se las hicieron los novatos a los veteranos! Desde entonces creó la Comisión de Novatadas y todas las facultades tienen la obligación de tener su aprobación para hacerlas. Cada vez son más inquietantes y divertidas. Manu Gil es una eminencia.
—Menuda chorrada.
—Parece que le interesas —le insinúa.
—Pues él a mí no.
—Pues bien que te lo has tirado.
—Buenas noches, novata —le espeta Rocío, cerrándole la puerta de su habitación en la cara y refugiándose en la oscuridad de su habitación.
Siempre que se divierte con otros chicos, se le aparece su primer amor, pero en ningún lugar halla restos de esa culpabilidad que al principio la apresaba. Al final ha sido ella quien se ha aprovechado de su decisión.
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Reconstrucción
Teen FictionManuel y sus amigos empiezan el primer año de universidad, mientras que sus compañeros de cursos inferiores siguen en el instituto La Élite. ¿Cómo habrán cambiado sus vidas desde "la batalla de la Élite? ¿Qué nuevas historias surgirán? ¿Qué otras s...