2-3-2015
Tenía más cortes que Lance.
Su sonrisa era triste pero a su misma vez feliz.
Me miró incitándome a decir mi secreto.
El miedo se apoderó de mí, lo sentia recorrer todo mi cuerpo.
De mi boca salió primero, como un susurro y luego, como un lamento.
No podía ver la expresión de Lance, porque había comenzado a llorar.
Sin embargo, él me abrazaba tratando de darme consuelo,
de hacerme sentir mejor.
Y de verdad se lo agradezco.
ESTÁS LEYENDO
El diario de Mia.
De Todo"Una chica con la cabeza en las nubes, el corazón hecho añicos y un diario como confidente."