9-4-2015
Ayer fui a su casa.
Gritos salían de ésta.
Las luces estaban apagadas y algunos adornos estaban rotos.
Me asomé por la ventana del cuarta de Ali y entré.
La morena estaba apoyada a la puerta, con los ojos cerrados
y la piel llena de colores azules y morados.
Dije su nombre, ella abrió los ojos,
primero confundida y luego asustada.
Susurró que me marchára, yo me negué.
Ella me suplicó y me prometió una explicación.
Luego besó mi mejilla y me entregó una nota.
Sin saber que hacer, salí de su casa.
Y no falta decir, que muy preocupada.
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El diario de Mia.
De Todo"Una chica con la cabeza en las nubes, el corazón hecho añicos y un diario como confidente."