preface

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We are the Pogues,
and our mission this summer...
is to have a good time, all the time

—John B

—John B

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Anne

Hacía un día espectacular. Bueno, como siempre en Outer Banks. Supongo que es lo que tiene vivir en esta isla. Me encantaba la sensación del sol chocando contra mi piel; cerrar los ojos, relajarme, y dejar que calentara mis mejillas. Sin duda me otorgaba un momento de paz que en pocas ocasiones tengo tiempo de disfrutar.

—¿Qué habrá?¿Una caída de tres metros? Te doy una probabilidad entre tres de sobrevivir— decía Pope.

Sin duda mi calma había durado más bien poco. Cuando abrí los ojos, me encontré con John B en el tejado, haciendo equilibrismo solo con una pierna. Sí, en el tejado de una casa...que no era nuestra. Podríamos decir que a mis amigos y a mi nos gusta mucho eso de colarnos en las casas ajenas que los Kooks están construyendo para su disfrute personal. Es bastante entretenido: la cotilleamos un poco, ponemos música (normalmente, esto corre a cargo de mi y mi guitarra) y bebemos unas buenas cervezas frías. El paraíso, si me lo preguntáis. Hasta que a alguno de estos imbéciles le da por hacer el tonto y turbar mi pequeño momento de tranquilidad.

—¿JB quieres bajarte de ahí? Si te caes y tienes alguna posibilidad de salir con vida, juro que yo acabaré por rematarte— Sí, ser agradable no es uno de mis fuertes.

John B pasó de mi olímpicamente (qué raro, para qué me va a hacer caso) y, siguiéndole el juego a Pope, se chupó el dedo para luego levantarlo y ver hacia qué dirección soplaba el viento.

—¿Lo hago?

Me di con la mano en la frente. Esta persona no tiene remedio, así que si quiere matarse allá él, pero yo paso de organizar el funeral. Si eso que se ocupe Pope, es más sentimental para estas cosas. Mientras, JJ estaba a mi lado bebiendo una lata de cerveza y mirando lo que hacían los otros dos. Por mi parte, decidí ignorarlos y coger mi guitarra para tocar algunos acordes sin sentido. Así me distraía y dejaba de prestar atención a estos mononeuronales.

— Sí, salta— dijo Pope animándole. La madre que lo parió— Mientras, yo te dispararé— decía a la vez que lo apuntaba con un destornillador.

—¿Sí?¿Me dispararás?— dijo John, haciendo con sus manos como si tuviera una pistola y apuntando a Pope.

—Hey Ann, toca algo que suene súper tétrico. Ya sabes, como si fuera un funeral, para conmemorar la, en breves, muerte de nuestro amigo— me dijo JJ, a lo que no pude evitar reírme.

—A sus órdenes mi capitán.

—¡Eh! Van a poner retretes japoneses con calentadores de toallas— dijo Kiara apareciendo en la terraza tras echarle un vistazo a la casa en la que nos encontramos.

pogues [jj.m.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora