viii. bird

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I swear to God I'm going to throw that thing into the sea, JJ

I swear to God I'm going to throw that thing into the sea, JJ

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Anne

Pestañeo un par de veces para comprobar si lo que estoy viendo es real o producto de mi imaginación. Pero está ahí: John B tenía razón. Cojo el sobre entre mis manos, en el cual puedo leer Para Bird. No sé qué coño significa eso, pero si se trata de algo que ha dejado Big John para su hijo, estoy segura de que él lo sabrá. Esto es muy fuerte, hemos encontrado algo, una pista. Así, le paso a John B lo que he encontrado y, a continuación, Kiara y JJ me ayudan a salir de ahí.

— Eso no parece oro —comenta Pope, situándose al lado de John B, expectante por que nuestro amigo dijera algo, al igual que todos. Los demás imitamos su acción y nos acercamos a ellos.

— Joder —suelta JB mirando a Pope— Es de mi padre —justo lo que necesitaba escuchar, por lo que no pude evitar sonreír aliviada. Teníamos algo.

— ¡Código rojo, código rojo! —y cómo no, algo tenía que fastidiar el momento. En este caso JJ, que poco más y se ahoga con el humo del cigarrillo que había encendido— ¡Narcos! Tíos, vayámonos de aquí —alcé una ceja e iba a decirle qué se habrá confundido, que era imposible que nos hayan encontrado de nuevo, pero antes de poder emitir una sola palabra, vi cómo a los lejos se acercaba un coche. Mierda, ¿no nos pueden dejar ni un día de descanso?

— ¡Vamos, vamos! —nos dijo Kiara mientras me empujaba por la espalda para que corriera detrás de la tumba.

— Son los que asaltaron tu casa —informó JJ a John, a la vez que imitaban nuestra acción. Una vez que estábamos todos escondidos me di cuenta de algo: las linternas.

— Chicos, apagad las luces ya —les susurré.

— En ello estoy, mi capitana —me contestó JJ mientras apagaba la linterna de su frente.

— John B, la luz —le susurró/gritó Kie a JB, quien no era capaz de apagarla hasta que, finalmente, lo consiguió. Espero que no nos hayan descubierto. Para asegurarme, asomé un poco mi cabeza, con la intención de intentar ver qué estaban haciendo.

— ¿Crees qué son ellos? —me preguntó JJ.

— No lo sé, no veo nada estando tan a oscuras —le contesté. Tras eso, pude vislumbrar cómo un coche paraba a unos metros de nosotros, bajándose de él dos personas con sus linternas. No podía saber quiénes eran porque no había luz suficiente, solo podía escuchar sus voces.

— Mierda, ese de ahí lleva una pipa —señaló JJ. Iba a proponer pensar algo para salir de este maldito lugar, pero antes de poder decir nada, Kie se me adelantó.

— A la mierda —y tras esas tres simples palabras, se levantó y echó a correr en dirección a la caravana, descubriendo nuestra posición y alertando a aquellos dos individuos. Así, no nos quedó otra que seguir su ejemplo y empezar a correr a toda hostia para no ser capturados.

pogues [jj.m.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora