pogues [jj.m.]

xix. guilty

You'll pay for what you did.
For everything

Anne

Sin dudarlo ni un solo segundo y, antes de que si quiera pudiéramos darnos cuenta de lo que estábamos haciendo, ya nos encontrábamos todos dentro de la caravana de John B rumbo al aeropuerto para joderle los planes a Ward y recuperar lo que es nuestro. Yo me encontraba mirando por la ventana, intentando procesar un poco todo lo que ha pasado durante estos días: hemos encontrado un tesoro perdido, nos han disparado en incontables ocasiones, tenemos problemas con el hombre más poderoso de la isla y, por si fuera poco, nuestras vidas se estaban yendo a la mierda poco a poco.

Y todo ese sacrificio no iba a quedarse en nada.

— Bien —la voz de JJ interrumpió el silencio que se había instalado en el vehículo. Dejé de mirar por la ventana y me giré para prestarle atención mientras él continuaba jugando con las balas nuevas que había conseguido para su pistola— Entonces llegamos allí arrasando, hacemos que Ward Cameron suplique clemencia como un perro, pillamos todo el oro que podamos y nos largamos pitando —sí, definitivamente podía resumirse así nuestro plan.

— Y lo mandamos al sur —siguió diciendo John B, con la vista fija en la carretera.

— A través del canal —maticé, llevándome las rodillas al pecho.

— Que el tiempo ayude... —continuó Pope.

— Y rumbo a Cuba —finalizó Kiara. Sin duda el plan apestaba por todos lados, pero era la única carta que nos quedaba por jugar. Era un todo o nada.

— ¿A Cuba? ¡Anda ya! —inquirió el rubio— A Xcalak, la joya de Yucatán —sonreí levemente al escucharlo mencionar ese lugar. Desde que éramos unos críos siempre ha tenido gran fascinación por ese lugar— Pensadlo: langostas enormes, mangos y sin... —se paró unos segundos antes de continuar— ...pensar en el dinero —añadió, colocando el cargador del arma en su lugar, hasta arriba de munición.

Solté un leve suspiro y devolví mi vista hacia la carretera, sin querer pensar mucho en las consecuencias que tendría sobre nosotros lo que estábamos a punto de hacer. Era una total y completa locura, pero no teníamos nada que perder, y muchos menos a estas alturas de la película, así que a la mierda. A los pocos minutos, John B aparcó la caravana en una de las zonas exteriores a la pista de despegue del aeropuerto: lo único que nos separaba de ella, era una gran valla que se erguía delante de nosotros, prohibiéndonos el paso.

— Vamos allá —el comentario de Pope nos hizo reaccionar a todos, por lo que salimos corriendo de la caravana hacia la valla, a ver si conseguíamos ver a Ward y, si Pope no había fallado en sus deducciones, debía de estar cerca.

— ¿Cuál es el plan? A grandes rasgos —preguntó Kie a JB, pero este estaba demasiado concentrado en intentar encontrar a Ward entre tanta gente que había allí.