Día 4

1.9K 238 148
                                    

Hinata movía su pierna de manera nerviosa y tenia el ceño fruncido.

Llevaba casi una hora esperando a su novio y se negaba a creer que lo había dejado plantado. Uh... Como Miya Atsumu lo hubiese dejado plantado conocería de verdad quien era Hinata Shouyo.

Es que lo peor de todo, tenía el descaro de llegar tarde cuando había sido él el que lo había citado para verse. Había rechazado una tentadora oferta de Kageyama de ir a ver un partido de voleibol en el estadio metropolitano de Tokio -aún si sabía que era uno de los intentos del pelinegro para salir juntos. Pero... duh, es voleibol, es difícil el no poder negarse- solo por quedar con su novio.

Cuando vio que se tardó demasiado perfectamente podría ir hasta el apartamento que tanto el rubio insistía en que compartiesen pero que él alegaba que todavía no estaba preparado para dar ese paso. Puede que llevasen cinco años como novios después de regresar de Brasil y entrar en los Black Jackals, pero le gustaba las cosas como estaban.

Tener una relación sentimental con un compañero de equipo ya era bastante arriesgada. Habían peleas que acababan con besos apasionados en las duchas del gimnasio; que provocaba un ambiente algo tenso entre los compañeros de equipo. El ir a vivir juntos podría ser la llama que encendiese la mecha para todo y temía que acabase explotando.

El quería a Atsumu. Y no quería que una estúpida convivencia lo arruinase.

Escuchó la campanilla de la cafetería en la que estaba esperando al tonto rubio sonar, y por inercia movió sus ojos hacia la puerta viendo al susodicho que tanto había esperado entrar de manera tranquila. Al tenerlo justo en frente, le regalo una sonrisa mientras se sentaba y su sangre empezó a hervir.

—Llevo esperando una hora.

—Lo siento. Algo surgió.

Hinata le escaneó con la mirada y luego le sonrió.

—¿Podrías contarme?- alzó una de sus piernas y empezó a acariciar de manera sugerente la pierna del contrario.

Este dio un respingo por la acción del menor y se sonrojó lentamente mirando a todos lados de manera nerviosa comprobando si alguien les prestaba atención.

—Yo... S-samu me llamó. Tuvo problemas con... la tienda.

—¿Enserio?- dijo preocupado guiando su pie hacia la entrepierna del otro.— Debería llamarlo para saber si necesita ayuda.- sugirió mientras sacaba su teléfono.

—¡No hace falta!- gritó el otro y Hinata alzó una ceja.— Ya se solucionó el problema.

—Me alegro oír eso.- movía en círculos su pie y el rubio apretaba los dientes.— ¿Por qué no vamos al baño y le echamos seguro a la puerta? Hace tiempo que no nos divertimos.

—Yo... Es mejor que no.

—¿Por qué no? Con la infinidad de veces que lo hemos echo en los vestuarios... Quiero que me des como cajón que no cierra, Tsumu~

El rubio trago duro.

Hinata se hizo para el frente y apartó su pie de la entrepierna del mayor. Le miró con una sonrisa y le hablo dulce.

—Ahora, se un buen chico y dime donde esta tu hermano.

—... ¿Qué?

—No me tomes por idiota, Samu.- alargó su mano y le acarició su mejilla.— Si pretendes hacerte pasar por tu hermano al menos échate bien el spray en el pelo y cambia el peinado.- le dio un par de palmadas.— Además, tu personalidad te delata. Tsumu es más... atrevido. ¿Entiendes?- hizo su mano un puño y se lo acercó a la boca y movió su lengua hacia un lado de su mejilla interna y la movió por ella.

Mi sueño eres tu (AtsuHina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora