cap. 10 El lobo solitario

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SETH P.V.O

          Aquellos ojos me dejaron de piedra. Mi cerebro desconcetó de mi cuerpo por unos segundos. Cuando fui capaz de apartar la mirada, me estremecí. ¿Me había imprimado? Observé a la chica detenidamente. Nada. No sentía nada por ella que no fuese mera curiosidad. Sin poder evitarlo, solté un suspiro de alivio. 

-¿Por qué suspiras, monstruito? -me sonrió de manera juguetona.

-Nada, rarita. Cosas de lobos -Era muy fácil hablar con ella. Val soltó una carcajada.

-No sé. Por un momento te quedaste idiotizado mirándome.

-Son tus ojos. Cuando te miré fijamente, me quedé estático. Son...

-No sé que quieres decir -parecía molesta. Olí su miedo y otra cosa que no pude ubicar en ese instante.- Solo son de un color raro.

-Si tú lo dices... -decidí no inquietarla más. Ya descubriría su secreto- Me tengo que ir. Me están esperando.

-¡Ah! -Sonó.. desilusionada. Por el sonrojo de sus mejillas, pillé por dónde iban sus pensamientos. Solté una carcajada.

-No. No me está espereando ninguna chica. Y créeme. Jake no se vería nada bien con falda. Es... demasiado rudo y masculino.

-¿Jake? -Val se veía confundida, cosa que me pareció sumamente adorable.

-La persona que me está esperando. Mi amigo. Por tu cara he deducido que creías que me esperaba alguna chica...

-¡¡NO!! -al gritar dio un saltito- Me tengo que ir. Mañana nos vemos, chico lobo.

-Hasta mañana, pues. -La despedí agitando la mano y me perdí entre los árboles. Cuando estaba a unos buenos doscientos metros del aparcamiento, me desnudé y entré en fase. Inmediatamente, me llegó la voz de Jake.

-¿Se puede saber donde coños estás? Llevo esperando media hora.

-Problemas. -le mostré lo que había pasado al terminar las clases.

-¿Estás tonto o te lo haces, chico? A nadie se le ocurre enfrentarse a una cosa de esas solo. Tira inmediatamente a la casa de Sam que te vas a enterar.

-Sí, mami. 

   Corrí tranquilamente hacia la casa de Sam. De seguro las dos manadas estaban allí. El silencio en mi  cabeza me indicó que nadie estaba en fase. Sólo yo. Tentado estuve de irme a dar un garbeo y que les saliesen canas esperando. Pero si enfadaba a Jake más de lo que ya estaba, seguro que volvía a utilizar su maldita autoridad de alfa. Cuando divisé la casa detuve mi carrera y revertí la fase. Me vestí con total parsimonia y caminé bien despacio hacia allí. Tenía ganas de ver hasta dónde podía tensar la cuerda del mandato alfa. Vi a Jake y Sam en la entrada, con cara de pocos amigos. Solté un sonoro suspiro que ellos escucharon sin ningún problema. Me pare delante suyo y permanecí en silencio, mirándolos desafiante.

-¿Se ha divertido el niño esta noche? -Sam estaba que bufaba. Sus ojos brillaban con la furia contenida. No me daba ningún miedo, pues había crecido presenciando sus arranques de genio, parecidos a los  de Paul.

-Bastante. Ha sido... interesante. Exceptuando las clases, que son mortalmente aburridas...

-¿A qué estás jugando, Seth? -Jake no levantó la voz en ningún momento, cosa que me escamó. Su tono era... de decepción. Me encongí de hombros.

-Tenía un asunto pendiente con esa sanguijuela. -Sonreí de manera bastante macabra.- Ahora la deuda está saldada.

-¿Era uno de ellos? -Jake seguía manteniendo ese tono que comenzaba a molestarme.

-Sí. Y antes de que os pongais en plan madraza -ambos me soltaron un gruñido- Os aviso. Cada vez que me tope con alguna de las sanguijuelas que me arrebataron a Anna, iré a por ellas. A muerte. Y no pienso parar hasta que me las cargue a todas. Y me da igual si estoy solo, acompañado o delante de una multitud. Pienso acabar con todos ellos.

-No. -Jake imprimió a su voz el mandato alfa. Pero estaba tan enfadado que me resistí.-  No vas a hacerlo. Y no intentes sublevarte que no te va a funcionar. Tú no tienes el gen alfa en tu sangre.

       Cerré con fuerza los ojos y me concentré. Ahí estaba la maldita orden de no hacer nada contra los vampiros que la mataron. Ataqué con todas mis defensas mentales. Un dolor lacerante me cruzó de lado a lado la cabeza. Caí de rodillas incapaz de resistirlo. Pero me negué a obedecer. Seguí empujando esa orden fuera de mi mente. El dolor iba en aumento.

-¡PARA, SETH! -la voz de mi hermana llegó distorsionada hasta mí. Abrí con dificultad los ojos. Todo a mi alrededor estaba borroso. Lancé un aullido por el dolor. Algo cálido empapaba la parte inferior de mi rostro. Levanté una mano y ví sangre. Leah estaba a mi lado, arrodillada. Llorando. ¿Leah llorando? Eso era imposible. Hacía años que no derramaba ni una sola lágrima.- Por favor, hermanito. No me hagas esto. No te resistas.

      Sacudí la cabeza, negándome. Nadie me iba a impedir aniquilar a esos monstruos. Por un momento pasó por mi mente la pregunta de qué demonios hacía mi hermana allí. Pero la voz alfa de Jake resonaba aún en mi cerebro, prohibiendo mi venganza. Lancé un último ataque y luego la oscuridad se hizo a mi alrededor.

JAKE P.V.O

         La lucha de Seth contra mi mandato nos dejó alucinando y bastante acojonados. Leah, que había vuelto a la reserva a petición mía, en un intento de hacer reaccionar al chico, lloraba arrodillada al lado de ese cabeza dura, que en esos instantes estaba inconsciente.

-¡Qué le has hecho, Jacob! -me lanzó una mirada asesina.

-Yo nada. Prohibirle enfrentarse solo a los vampiros que mataron a su novia. Pero es tan idiota que se ha negado a acatar el mandato. 

-¿Por qué se ha desmayado?

-Ni idea, Leah. Hasta ahora, el único que se enfrentó a un mandato alfa fui yo, pero jugaba con ventaja. Sólo me limité a reclamar mi lugar por derecho. Tu hermano... no sé que consecuencias tendrá todo esto.

  Nos quedamos mirando a Seth en silencio. Comenzaba a revolverse en el suelo. Abrio los ojos de golpe a la vez que soltaba un aullido que nos puso los pelos de punta. Se sentó y nos observó en silencio.

-Ya no está. -Sonrió de tal manera que me asustó. Y mucho.- Tu voz de alfa no está en mi cabeza. Por lo menos el último mandato.

-¿Sigues perteneciendo a la manada? -la voz de Sam era totalmente neutra.

-Creo que sí. Aún siento a mis hermanos. Pero de manera muy débil. -Seth me miró fijamente- ¿Por qué?

-No tengo ni idea, chico -me encongí de hombros- Nunca la tribu tuvo tantos lobos. Ni dos manadas viviendo en paz juntas. Todo esto se nos ha quedado grande. Tendremos que descubrirlo sobre la marcha. ¿Cómo te sientes?

-Como si Embry y Collin estubiesen cantando en mi cabeza a pleno pulmón - solté una carcajada. Todos conocían lo malos que eran esos dos cantando.

-Estás bien, entonces. Anda, ve a lavarte un poco. Que casi matas a tu hermana del susto. Ha llorado y todo....

-Como lo cuentes por ahí juro que me hago un abrigo con tu adorable pellejo, Jacob -Me metí corriendo en la casa. Leah era capaz de cumplir su amenaza.

SETH P.V.O

         Me dejaron solo fuera de la casa. Suspiré, aliviado. Había mentido. Ya no era miembro de la manada. Aunque, por alguna extraña razón, podía seguir sintiendo a mis hermanos. Incluso sentía a los miembros de la manada de Sam. Dolorido y agotado, me levanté. Contemplé detenidamente la casa de Sam y sonreí. No sabía qué me había pasado, ni qué demonios me deparaba el futuro. Lo que sí sabía era que ahora nada podría detenerme en mi venganza. Mientras me adentraba en el bosque para entrar en fase, a mi mente volvió la imagen de unos ojos violetas. Y una lucecita se encendió en mi interior. Fuese lo que fuese Val, gracias a ella ahora era libre. Me había convertido en un lobo solitario.

LO QUE SIGNIFICA SER  YO: SETH CLEARWATERWhere stories live. Discover now