Cap. 5 ¿Quién le teme al lobo feroz?

2.4K 28 14
                                    

Según me acercaba a Forks las voces de mi manada saturaban cada una de las neuronas de mi pobre cerebro. El primero, como no, fue Jake.

-"Se puede saber donde carajo has estado estos días? Casi nos morimos del susto"

-"Jo, tío, déjame al menos llegar. Pareces una abuela preocupada"

-"¿Abuela preocupada? Encima el niñato me llama abuela preocupada. En cuanto te ponga la zarpa encima te vas a enterar.

-"Jake, controla un poco."

-"Cierra el hocico, Embry. Con un enano contestón ya tengo suficiente."

Genial, si Jake estaba en ese plan, no quería ni imaginarme cómo se pondría Sam. Como no estaba muy lejos de mi casa, decidí cambiar de fase. Por lo menos no me darían la turra. Fué un auténtico alivio dejar de oir sus voces furiosas. Caminé despacio (para qué mentir, estaba completamente acojonado), intentando pensar en cómo les contaba yo a éstos que me piraba a Canadá, a vivir con una chica a la que había conocido apenas cuatro días atras y que para más inri no era mi imprimación. Al primero que ví fue a Quil. Su pelambrera color chocolate brillaba bajo el sol. Se acercó a mí y me dió un empujoncito juguetón con el morro.

-Por lo menos tú no me abroncas, tío -Lanzó un ladrido de disgusto- Vale, vale. Lo reconozco. He sido un poco capullo marchándome sin avisar.

-Tú lo has dicho -la voz de Sam me dejó conjelado en el sitio. ¡Pero mira que puede llegar a dar miedo ese tío!- ¿Podemos saber en qué coño estabas pensando cuando desapareciste del colegio?

-En marcharme de aquí -ala, a bocajarro.

-Ah, mira que bien -Ahora era Jake. Jo, parecían un matrimonio abroncando a uno de sus hijos. No pude evitar reirme por lo bajo- ¿Qué es eso tan gracioso, Seth?

-Nada. Que pareceis mis padres.

-Pues tu madre casi se muere del susto, chaval -Las cejas de Jake estaban tan juntas que casi le hacían sombra a sus ojos- Hasta Leah ha estado a punto de venir aquí y movilizar a toda la policía del estado para buscarte.

-Pues lo llevabais crudo -me había empezado a cabrear. ¿Tan ensimismados están en su maravilloso mundo?- Porque no estaba ni en el país.

-¿QUE? -Sam y Jake lo gritaron a la vez. Lo que yo digo, un matrimonio mal avenido. Al final fue Sam el que habló. Jake estaba demasiado ocupado en  volver a respirar con normalidad para poder decir nada.

-¿Fuera del país? Podrías iluminarnos un poco para que podamos comprender por qué narices te marchaste así.

El resto de la manda estaba allí. No habían cambiado de fase, por lo que sólo podía interpretar sus pensamientos a través de sus miradas. Y en ese momento todas eran de decepción y enfado. Y terminé por cabrearme del todo.

-Mira tú que bien. ¿Cuánto tardasteis en daros cuenta de que no estaba?

-Dos días -Sam me miraba confundido.

-Dos días. Dos días sin saber nada de mí y ni os habíais preocupado. Pero claro, ¿qué importa dónde esté el pobrecillo de Seth mientras vosotros vivíais vuestra enorme felicidad?

-No pillo por donde quieres ir, Seth -Sam estaba realmente confundido. Traté de calmarme para que lo entendieran de una vez.

-¿Sabeis lo que es estar aquí con todos vosotros? Rezumais esa estúpida felicidad por cada uno de vuestros poros. Tanta ñoñería, tanto "amor verdadero", resulta vomitivo, Sam. ¿Cómo crees que me siento cuando todos mis amigos, mis hermanos, sólo tienen en mente a sus chicas? Me da igual que éstas sean unas crías -miré a Quil, que ladró por lo bajo- O que estéis a punto de casaros, como tú, Sam o como Jared. 

-¿Te molesta que seamos felices?

-Lo que me molesta es que habeis perdido la perspectiva de la realidad -Dí un puñetazo a un árbol y éste salió despedido unos diez metros, arrancado de cuajo. Todos me miraron, sorprendidos. ¿Desde cuando tenía tanta fuerza?- Es imposible convivir con vosotros. Os habeis vuelto monotemáticos. Y yo no quiero esto.

-Ya verás como todo cambia cuando...

-Ni se te ocurra decirlo, Sam -mi voz se endureció- No-quiero-imprimarme. No lo quiero. -Me lanzaron miradas sorprendidas.- No quiero ser un bobo con el seso sorbido que se comporta como un lerdo mononeuronal cada vez que ve a su novia-amiga-comoquerais llamarlo.

-¿Te parecemos lerdos mononeuronales? -Jake me miraba entre enfadado y divertido.

-No me jodas, Jake. Que hasta que te topaste con Nessie renegabas de todos los imprimados. Lo siento pero yo me largo de Forks y del país.

-¿Y dónde te vas a ir, si aún eres un criajo? -Sam estaba de verdad cabreado. Di dos pasos hacia él y pegué mi nariz a la suya. No me había dado cuenta de que era más alto que él.

-Me piro bien lejos de aquí. Pero no creas que te voy a decir nada. No me apetece encontrarme con una manada de chuchos superdesarrollados fastidiándome la vida. -Retrocedí y me giré para ir a la casa de mi madre- Ah, por cierto. Y no voy a estar tan desamparado como creeis.

Y allí les dejé. Me sentía bastante relajado. Ahora que lo había soltado todo camina más liviano. Cuando llegué a mi casa me volví a poner nervioso. Lo de Sam y Jake había sido una nimiedad en comparación con lo que me esperaba en casa. ¿Alguna vez habeis visto un oso pardo de los grandes cabreado? Pues al lado de mi madre mosqueada ese oso sería un chiguagua. Entré intentando pasar desapercibido, pero me captó a la primera.

-¡SETH! -no pude evitar retroceder un paso- ¿Por qué narices no me has llamado para decir que venias?

Me quedé como noqueado. ¿Quién era esa señora y qué había hecho con mi madre? 

-Mamá.... lo siento mucho. Debí llamar para decirte que estaba bien....

-Cierra la boca, Seth, pareces bobo ahí plantado. -Me señaló una de las sillas de la cocina. Me senté a toda velocidad. Se me quedó mirando un rato en silencio.- Has crecido estos días. Y estás un poco más delgado. Seguro que no has comido en condiciones.

¡Desaparezco varios días y a ella sólo le preocupa que coma en condiciones! Debió leer mis pensamientos en mi cara, porque, después de plantar delante mío un plato gigantesco de pasta, se sentó.

-No voy a abroncarte, Seth. Creo que entiendo los motivos por los que.... saliste corriendo. Leah habría hecho lo mismo de no ser por el problema que tuvimos con.... ellos.

Y por ellos se refería a los Vulturis. Que mi madre parezca en la parra la mayor parte del tiempo no quiere decir que no se entere de lo que la rodea.

-Me voy a ir de Forks y de la reserva, mamá. -la miré unos segundos. No vi cambio alguno en su mirada.- Lo siento, pero no aguanto más aquí.

-Te entiendo. Necesitas buscar tu propio camino, lejos de la manda y de todo lo que conlleva.

-Sí. Necesito espacio para mí mismo. -sonreí un poquito- Además...

-¿Como se llama?

-Anna. -Jo, las madres dan verdadero miedo. ¿Tendrán telepatía por algún gen exclusivo de su gremio?- Pero vive lejos de aquí.

-No me digas nada más. Por si acaso -Señaló con la cabeza el exterior. No pude evitar reirme. Con lo fino que es el oído de todos, seguro que tenían puesta la oreja para enterarse de dónde iba.- Te prepararé ropa, dinero y algo de comida. ¿Cómo vas a irte?

-De momento en avioneta y luego a cuatro patas -se levantó, me dió un beso en la coronilla y salió. Desde mi cuarto la pude oir.

-Has sido muy valiente, Seth. Al enfrentarte a las manadas y a tus amigos.

-Ya, mamá, pero ¿quién le teme al lobo feroz?

LO QUE SIGNIFICA SER  YO: SETH CLEARWATERWhere stories live. Discover now