XI

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-¿Kit?- dijo Sea al separarse de Kit.- ¿De que hablas?

- te haré mía.- sentenció Kit para volver a besarla.

Los cálidos y suaves labios de Kit hizo que Sea pierda la poca visión de la realidad y un deseo primitivo y salvaje la poseyó.
Ronroneó cuando la felina metió su lengua en su cavidad bucal, danzando con su lengua. La mezcla de calor en esa unión la hizo desear más así que Sea tomó del trasero a Kit y la atrajo hacia ella, sintiendo como ambos corazones se unían a un solo compás como si fueran uno.
Kit abandonó la caliente boca de la ninfa para comenzar a besar y a mordisquear el delicado cuello mientras Sea le manoseba el cuerpo.

- nunca estuve con una mujer.- dijo Kit mientras se embriagaba con el aroma de la multihibrida.

- nunca estuve con alguien.- admitió vergonzadamente la ninfa.

Eso hizo que el pecho de Kit se hinchará de felicidad.

- ahora estarás conmigo.

Ambas eran novatas en este tipo de relación pero eso no importó, ambas encontrarían su ritmo.

- ¿Y si no te gusta?- preguntó la ninfa y Kit sonrió.

- solo déjate llevar y no tengas miedo a nada, tienes derecho sobre mi.

Entonces Kit la besó mientras  estrujaba el trasero redondito de su chica arrancándole un gemido.
Kit bajó su boca y mordió su cuello para seguir con su camino y llegar a los pezones erguidos de su hembra. Miró con picardía a la ninfa antes de meter uno  de esos pezones en su boca chupando como si fuera el mejor dulce. Había chupado los pezones de los machos en el sexo pero nunca el de una hembra,  era más dulce y tierno, comprobó que eso volvía loca a Sea ya que la ninfa comenzó a gemir y a rasguñar su espalda levemente. Kit quiso ser más osada y bajó su mano al coño húmedo de la ninfa, sabía que los machos siempre daban placer allí, así que buscó a tientas ese botón del placer y cuando lo encontró lo frotó suavemente ganándose más gemido y jadeos.

-Kit...me gusta eso.

- lo sé, a mi me gusta lo que escuchó.- lamió el pezón y lo mordió levemente para luego seguir con el otro sin dejar de tocar el clítoris.

Sea estaba hundida en un mar de placer, nunca había experimentado eso. Se restregó más contra la mano de Kit buscando más de ese placer que solo la hembra podría darle de repente un habré la cegó cuando una ola de calor fuerte la golpeó con todo su poder. Un grito pequeño y agudo se escuchó cuando el orgasmo llegó dejándola mareada y casi sin equilibrio.

Miró a la felina que sonreía complacida mientras lamía sus dedos disfrutando del delicioso olor que la ninfa desprendía. Sea no pudo evitar sentir hambre de Kit y en un movimiento rápido Sea la puso contra la pared besándola con ternura mientras bajaba por el cuello de Kit y descender hasta su zona sur arrodillándose frente a Kit para obligarla abrir las piernas y por instinto acercarse a esa zona húmeda.
Las fosas nasales de Sea se dilataron al sentir un aroma dulce desprender de allí y tímidamente con la punta de su lengua la pasó apenas por el clítoris.

- Sea...- jadeó Kit.

Aquel jadeó hechizó a Sea y queriendo más de eso comenzó a lamer el brote hinchado de la felina para luego culparlo con ansias y de forma salvaje como si bebiera el agua más dulce del mundo. Tomó desde el trasero de Kit mientras chupaba aquella fruta prohibida, Kit tomó su cabeza y la obligó a quedarse allí.

Kit no podía comparar la hábil lengua de Sea con la de los machos, era más caliente y habilidosa, sabía dónde tocar exactamente. Entonces sintió la lengua desviarse a su entrada y embestirla con ella provocando más placer.

- Sea...sigue más, estoy cerca.

Podía sentir como se contraía al sentir la húmeda lengua entonces, Sea le mordió en la cara interna de su muslo izquierdo y eso fue el detonante del placer para Kit.

Sea disfrutó de la sangre de Kit invadir en su boca pero más fue sentir aquello calientes líquidos frutos del éxtasis de Kit tocar sus papilas gustativas, chupó la herida tanto como el coño de Kit sintiéndose satisfecha con  ello.

Kit la obligó a levantarse y la besó compartiendo el sabor entre ellas. Las manos de la especies recorrieron desesperadamente el cuerpo de la multihibrida para luego morderle el hombro sacándole sangre y gemidos a Sea quién comenzó a frotarse contra el cuerpo de Kit ronroneando, ambas ronroneaban como dos gatas en celo que sentían el placer invadirlas.

- tu sangre es adictiva.- dijo la felina queriendo morderla de nuevo.

- es tuya.

Kit agarró a Sea y la puso  a espaldas a ella contra la pared y puso una mano en el coño de Sea mientras le lamía y mordía el cuello. Aquella mano intrusa tocó los adorables pliegues de la ninfa haciendo que está se ectremezca y gruñiera.

- tranquila gatita, esto te gustará.- dijo Kit en su oído.

El dedo corazón de Kit comenzó a hacer círculos en la intimidad de Sea haciendo que está gimiera su nombre, de repente el dedo entró en su cueva secreta haciendo que Sea diera un respingo.

- Kit...- dijo con voz débil mientras la felina la penetraba con su dedo y luego agregó otro.- más, Kit.

Kit sonrió cuando Sea comenzó a restregar su trasero contra ella. Deseo haber tenido pene para poder penetrarla así como los machos lo hacen.

- si fuera un macho te penetraria salvajemente, te lo haría por detrás como mi compañera, sentirías todo mi pene abrirte para luego llenarte de mi semen.

- ¡Para Kit!- aquellas palabras eran tan crudas y excitantes que solo se imaginó que los dedos eran en realidad el pene de Kit.

- no pararia hasta que sienta tus paredes sacarme mi semilla.- le mordió la oreja mientras aumentaba más los movimientos.- te gustaría bebé.

- si... Me gustaría.- Sea estaba perdida en el placer nuevamente cuando sintió el cuarto dedo entrar en ella y como Kit apretujaba sus pechos, entonces esa ola recién conocida y caliente la volvió a recorrer el cuerpo para apretar sus muslos atrapando la mano de Kit allí.

La felina le lamió el cuello cuando su mano sintió algo caliente mojarla, la corrida de Sea. Kit ronroneó ante los gruñidos y gemidos de Sea.

Una vez recuperada de los espasmos del orgasmo, Sea buscó los labios de Kit y la besó con salvajismo mientras aflojaba los muslos dejando ir su mano.

Ese beso fue de puro amor entre ambas hembras, un amor que sabían que había existido  desde hace millones de años, durante miles de vidas.

- Kit.

-¿Si?

- te amo, estoy enamorada de ti.

Kit sonrió para volver a besarla mientras le sujetaba de la cintura.

Nadie le quitaría a Sea, ella le pertenece. Su Sea estaría para siempre con ella.
Mataría a quien intentará arrebatarla, por ella podría levantar el maldito infierno.

010: Sea. Nuevas Especies 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora