XV

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Sea despertó a media noche por un agudo dolor en su vientre, uno que la hizo gruñir no sabía lo que era pero sí que le había dolido.

Miró a su lado y Kit no estaba en la cama,  estaba trabajando le tocó el turno de noche, agarró la almohada de su felina por puro instinto y la olió para soltar un jadeó de dolor ante la necesidad de su cuerpo.

Necesitaba una ducha o se sentiría  ardiendo.
Sin muchas ganas de levantarse y de mala gana lo hizo, caminó sintiendo que la habitación parecía un horno, se sentía sudorosa y le dolía el cuerpo.

Eso la asustó.

No sabía que le sucedía pero cada paso hacia la puerta era un dolor en su cuerpo y el parecía quemar. Abrió la puerta débilmente y se adentró al baño, cargó la bañera con agua caliente y tomó su celular que por suerte había quedado en el baño.

"Hola ¿Vas a tardar en llegar a casa?"-le escribió a Kit.

Comenzó a desvestirse y ni bien tocó el agua se sintió tan bien que gimió de puro placer, puro éxtasis, pura comodidad.

No sabía que le sucedía pero sabía que esto no era normal, deseaba que Kit viniera y la tocara, la deseaba de sobre manera. Necesitaba que la amara como ella sabía hacerlo.
Recordó las pocas experiencias sexuales que han tenido, siendo amabas mujeres se concentraban más en los gestos amorosos y honestos que los sexuales, sin embargo ahora sentía hambre por ser poseída, hambre por ser devorada, hambre por el placer.

-Kit...- gimió cuando se pellizcó los pezones pensando en ella, eso hizo que sus escamas verdes azuladas se estremecieran, necesitaba de su toque.

Se auto acarició soltando un gemido y gruñó, necesitaba más. En ese momento su teléfono sonó, una llamada de Kit.

-¿Estás bien?- pregunto su gatita al otro lado de la línea.

-no...- gimió adolorida, escucharla solo hacía que doliera más por ella.

-¿Que tienes? ¿Estás lastimada?- Kit estaba demasiado alterada

- ven...- gimió cuando acarició levanté su pliegue vaginal y gimió.

-¿Sea?- gruñó la felina bajando del muro preocupada.- voy para allá.

- Kit...rápido.

La llamada se cortó. Y Sea no pudo evitar seguir tocándose bajo el agua caliente. Su mente iba a fantasías sexuales oscuras. Deseaba que Kit la sometiera, ser su sumisa, se imaginó a ella desnuda mostrando su hermoso cuerpo de reloj de arena con esos pechos redondos abundante y naturales con ese trasero muy relleno que quería morder.

-¡Kit!- gimió más fuerte mientras aceleraba sus caricias, necesitaba el contacto de otra piel.

Podía sentir a su animal interior levantar la cola para Kit, aunque sabe que ella no podrá penetrarla como un macho, aún así se preparaba para ella. Entonces lo entendió.

Estaba en celo. En un terrible celo.

El agua la ayudaba pero necesitaba acurrucarse al cuerpo caliente de Kit, necesitaba ser mimada y amada. La necesitaba terriblemente.

Los movimientos se hicieron rápidos logrando un orgasmo brusco y abundante que la hizo gritar de éxtasis.

En ese momento en que Sea se encontraba jadeando la puerta se abrió estruendosamente encontrando a Kit quien parecía sudorosa.

- Kit...- gimió Sea sintiendo su animal arañar  dentro de ella por lo ansiosa que estaba por mostrarse sumisa ante su AMA.

Los ojos de la especie de volvieron negros puro al ver a Sea excitada hasta no poder más, el dulce aroma bailaba en aire provocando que algo se despertara en ella.

Como una fiera cazando a su presa se desvistió sin quitarle los ojos de encima, su instinto animal tomó el control y antes que Sea diga algo, Kit la besó con un salvajismo primitivo, de forma posesiva y bruta dejandole en claro algo, Sea era suya.

Sea parecía sentirse en la cumbre del éxtasis cuando los labios de Kit la tomaron como la hembra alfa que era. Sea se sentía sumisa ante la presencia de la especie pero eso le gustaba, le encantaba.

Kit decidió adueñarse del cuerpo de la ninfa y recorrió con posesividad su cuerpo, pasando por cada escama caliente y arrancándole jadeos a Sea. Sin pensarlo más, dejó un camino de besos por el cuello de Sea mordisqueando lo en el proceso para finalmente llegar a su paraíso, los pechos de Sea. Aquellos globos tersos que ahora parecían más grandes, metió uno en su boca y lo chupó con premura adorando el sabor de preguntó ¿Cómo sería la leche de Sea? Ronroneó de solo pensarlo, quería probarla de todas las formas que pudieran existir.

-Kit...- gimió Sea provocando que a la felina algo se prendiera más.

Kit metió sus dedos  en la entrada de Sea, que estaba viscosa y húmeda por el agua. Comenzó a penetrarla mientras chupaba al otro pezón, luego agregó otro dedo y otro hasta tener cuatro dedos en la cavidad caliente de Sea. Necesitaba más.
Kit se sentó entre las piernas de Sea, paso una pierna por encima de la de ella y la otra lado por debajo de ella y sin darle tiempo de explicar ella frotó su coño con la de Sea provocando un dulce roce que las hizo gemir. Nunca lo habían hecho pero Kit en busca de saber cómo satisfacer a su mujer miró un vídeo porno lésbico para entender cómo hacer el amor con ella, está posición se llama "tijeras".
Ambas resfriegaron sus sexos entre si gimiendo el nombre de la otra, había una especie de unidad y la presencia del agua caliente hacia que el placer fuera más grande.

Sentir ambas rajas juntarse y tocarse era como el cielo según Sea, era glorioso. Su cuerpo comenzó a sentirse más caliente y su respiración entrecortarse. Se vendría pronto. Sea tomó a Kit y la besó fundiéndose ambas en el amor mutuo que había en ellas.

Kit se alejó de sus beso para poder lamer y morder el cuello de Sea provocando que el placer llegué a su punto de ebullición y el éxtasis las reclamé.
Sea se vino primera gruñiendo y gritando el nombre de Kit.

Kit por otro lado aún le faltó un poco así que se levantó y cogió la cabeza de Sea y la llevó a su zona. La imagen era realmente erótica y obscena: Kit sometiéndola de forma poderosa y Sea siendo sumisa mientras le lamía la zona íntima de su ama
Era una hermosa imagen y una que recordaría para siempre.

Sea dió solo unas cuantas lamiditas más para finalmente chupar el clítoris hinchado de la felina y provocar que ella se corriera en la boca de Sea. Kit la miró y sonrió, verla con mejillas si robadas, con sus escamas, sus labios y el rastro de su corrida por el rostro solo la hizo volver a excitarse prometiendo una noche donde nadie dormiría.

010: Sea. Nuevas Especies 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora